El drama del inmigrante de Mali que se cayó de la valla de Melilla a una altura de 6 metros

Diara Mamadou tiene 20 años y es natural de Mali. El 21 de noviembre se cayó de la valla de la frontera de Melilla a una altura de seis metros. Su sueño era alcanzar España, Europa. Las heridas le causaron un gran cefalohematoma. Durante muchas semanas estuvo más cerca de la muerte que de la vida: permaneció 14 días en la UCI. Hace un par de días le dieron el alta médica en el Hospital Comarcal de la ciudad autónoma. Ahora se encuentra en el masificado CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Melilla.

El joven aún no se ha recuperado. Sufre un coágulo y en cualquier momento podría tener una recaída. La ONG Prodein de Melilla denuncia la situación de Mamadou y exige al Gobierno que le trasladen a una residencia donde “se pueda curar de su minusvalía”. También piden para Mamadou un permiso de residencia en España por razones humanitarias. “No se va a recuperar hasta que el coágulo se disuelva y el CETI no es el sitio para que vuelva a estar bien del todo”, subraya a El Confidencial el responsable de Prodein en Melilla, José Palazón.

El CETI está saturado y las asistencias sanitarias no son suficientes. Hay 2.000 personas donde tendría que haber como máximo 450. “No es ni apto para los refugiados sirios”, lamenta Palazón. “Estamos intentando que el chico vaya a algún tipo de residencia del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales que trate este tipo de minusvalía”, relata a este diario el miembro de la ONG.

“Está en una habitación y por la noche lo encierran en una enfermería. Espero que no le ocurra nada. ¿Cuánto tiempo piensan tener así al chaval? ¿Una semana, un mes, un año? Así no puede estar, desde luego. En el CETI hay peleas. No es un sitio para él. Tiene que estar en un sitio donde se pueda curar tranquilo”, subraya Palazón.

Un joven desorientado

Mamadou habla con dificultad en su idioma local. Balbucea y se expresa de modo incoherente. “No tengo ganas de comer”. “Voy a esperar a que venga mi padre”. “Mi padre ha muerto hace tiempo”. Son las palabras del joven, desorientado, que tiene el auxilio de los efectivos de la Cruz Roja que están en el CETI.

El informe médico, fechado el pasado martes y firmado por el doctor Alfredo Gutiérrez, relata cómo el inmigrante, que entró en coma en el servicio de Urgencias del hospital y estuvo intubado y con ventilación mecánica, abría los ojos de “forma intermitente”, con una respuesta verbal “inconexa”, “a veces de ningún tipo, otras con monosílabos y otras en su dialecto, de frases cortas”.

El CETI está saturado y las asistencias sanitarias no son suficientes. Hay 2.000 personas donde tendría que haber como máximo 450

El día en que se cayó Diara Mamadou, una treintena de inmigrantes permanecieron encaramados en lo alto de las vallas fronterizas entre Melilla y Marruecos. Estuvieron más de nueve horas y se negaban a bajar pese al intento de la Guardia Civil de convencerlos por el riesgo que suponían las fuertes rachas de viento que se registran en la zona junto al paso fronterizo de Barrio Chino. Los bomberos apuntalaron la valla, que no paraba de moverse. Al final cedió por el peso.

Sobre Mamadou cayeron otros tres inmigrantes. Luego vino el coma. Ahora espera una salida.