El alcalde de Cádiz, 'Kichi', bloqueado un mes después de su investidura
Tras protagonizar varias polémicas y concitar una gran atención mediática, el regidor de Podemos aún no ha tenido vía libre de la oposición para poner el Ayuntamiento en marcha
Diez minutos. Es lo que duró el primer pleno ordinario del Ayuntamiento de Cádiz desde que José María González, Kichi, llegó al poder hace casi un mes. El regidor de Podemos, en minoría con sus ocho concejales de Por Cádiz sí se Puede y dos de Ganar Cádiz en Común frente a los dieciséis que suma la oposición, no ha logrado todavía poner en marcha el consistorio. PP (10 ediles), PSOE (5) y Ciudadanos (1) tumbaron sin debate su propuesta de rebajas salariales y organización interna. Aseguran que no discrepan de los recortes planteados, que suponen un ahorro anual de 400.000 euros, sino de unas formas “dictatoriales”, acusándolo de querer reorganizar salarios sin compartir previamente su propuesta. Sólo se aprobó el primer punto del orden del día, relativo al calendario para celebrar los plenos. El resto, del dos al nueve, tumbados.
Aunque todavía no ha empezado a gobernar, Kichi ha ocupado ya muchas líneas y minutos en los medios de comunicación. Retiró el cuadro del Rey y optó para su despacho por uno del alcalde gaditano Fermín Salvochea. Invitó a Pablo Iglesias a Cádiz y al ayuntamiento para arrancar por el Sur la “Ruta del Cambio”. Le ha dirigido una carta de su equipo de gobierno a Alexis Tsipras, para arropar su no al referéndum. “Si gana el no en Grecia, gana Cádiz”, suscribió.
Dos de sus ediles están acusados de desobediencia civil por tratar de frenar un desahucio, en una movilización en la que el propio alcalde participó desde un segundo plano. Después trascendió que la propietaria de la vivienda no era ninguna rica especuladora sino alguien que necesitaba el dinero del alquiler y que los inquilinos expulsados no dieron ni un céntimo a la propiedad de los 600 euros que les habían abonado desde el consistorio para pagar el alquiler.
La última cruzada del alcalde de Podemos la libra junto a su pareja, Teresa Rodríguez, frente al jefe Iglesias. Ellos están entre los principales promotores de la corriente interna que exige diálogo frente a las primarias impuestas por el secretario general. Mucha actividad de partido, le recriminan desde la oposición, mucho debate ideológico y político y poca gestión en una ciudad entre las quince con peores indicadores de España y con una tasa de paro del 33,6%, según el último dato del INE. Más bien ninguna. Claro que en ese bloqueo tienen todos los actores del ayuntamiento la misma responsabilidad.
Cuando está a punto de cumplirse un mes desde que los socialistas decidieron entregar la alcaldía de Cádiz a Podemos, después de dos décadas de mayorías absolutas de Teófila Martínez, que perdió su vitola de la alcaldesa más votada de España, José María González ha logrado una gran atención mediática y ha protagonizado varios episodios controvertidos, pero todavía no ha empezado a gestionar.
El consistorio aún no ha logrado dotarse de las reglas de juego que determinarán el funcionamiento ordinario de los plenos y los salarios de los ediles. El regidor ha llevado una propuesta al pleno que supone acotar los salarios de los concejales con un techo de tres veces el salario mínimo interprofesional, unos 1.900 euros mensuales, según fuentes de su equipo. Casi mil euros menos del salario fijada por el anterior equipo. El descuento más importante, donde se acumula casi la mitad del ahorro fijado, sale de las dietas por asistencia a los plenos. Frente a los 900 euros establecidos para cada edil, con una prima adicional de 741 euros para los portavoces, el alcalde propone recortes del 80% en estas cantidades. También apuesta por reducir el número de eventuales por grupo municipal y la asignación completa para cada partido, ya que ahora hay cinco actores políticos en el consistorio. “Ofendidos”, “agredidos” y disconformes con las “actitudes dictatoriales” del alcalde, esa fue la retahíla de calificativosque entonaron PP y PSOE. Ciudadanos, algo más suave, se limitó a decir que no veía “sano” arrancar el mandato con un “enfrentamiento”.
El pasado martes, el alcalde de Podemos se reunió con cada uno de los grupos políticos. Con ninguno entró en el fondo de la propuesta que iba a llevar al pleno. Sólo Ciudadanos, aseguran desde su equipo, mostró interés por el contenido de sus reajustes. Kichi aseguró que no quería pactos de despacho y que su oferta estaba abierta al debate y cambios en el pleno municipal. La oposición se mostró indignada con sus formas y lotildan de prepotente. Alegan que debe ser consciente de que gobierna en minoría y tiene que acompasarse a esta realidad política. Tras el portazo a su propuesta y el pleno exprés abocado al fracaso, el PSOE presentó públicamente un plan de ajustes y recortes municipales que permitiría una reducción de 933.348 euros, por encima de lo que preveía el alcalde. Desde Por Cádiz sí se Puede insisten en que no tenían conocimiento de esa propuesta.
El PSOE se pensó mucho brindarle su apoyo. A día de hoy, el pacto de investidura aún no ha sido bien digerido por un sector de los socialistas
El alcalde gaditano no se verá directamente afectado por los recortes. Él cobrará su salario como diputado provincial. Unos 6.000 euros al mes que no irán íntegros a su bolsillo. Según se ha comprometido públicamente, respetará la nómina máxima de 1.880 euros al mes que fijó en su programa electoral, lo mismo que cobraba como profesor, y donará el resto. Es el compromiso habitual de los cargos públicos de Podemos. La secretaria general de este partido en Andalucía, Teresa Rodríguez, ya lo hizo como eurodiputada y lo vuelve a hacer como diputada andaluza. Rodríguez, que es pareja de Kichi, salió a colación desde las críticas del PP. Afean a la pareja política de moda, “los Clinton de Cádiz” como los apodan, que cobren mucho más de lo que dijeron que harían. Fuentes próximas a ambos dirigentes aseguran que todo lo que excede tres veces el salario mínimos interprofesional se entrega en donaciones.
Este viernes hay prevista una nueva reunión de los portavoces del Ayuntamiento y el regidor ha mostrado su disposición a llegar “al fondo” del asunto. Intentará llegar a un acuerdo, insisten fuentes del ayuntamiento gaditano. No se sabe cómo se lo pondrán de difícil. No han logrado un acuerdo para lomás básico, la composición y el funcionamiento económico del ayuntamiento. Quedan por delante acuerdos muchos más complicados como la reestructuración de las ocho empresas municipales, con directivos blindados y plantillas sobredimensionadas. El alcalde ha encargado una auditoria de la deuda municipal y se muestra dispuesto a no pagar la parte que considere ilegítima. El PSOE se pensó mucho brindarle su apoyo. Hubo un controvertido debate interno. El pacto de investidura, que también estuvo precedido de un choque por las formas, aún no ha sido bien digerido por un sector de los socialistas.
Diez minutos. Es lo que duró el primer pleno ordinario del Ayuntamiento de Cádiz desde que José María González, Kichi, llegó al poder hace casi un mes. El regidor de Podemos, en minoría con sus ocho concejales de Por Cádiz sí se Puede y dos de Ganar Cádiz en Común frente a los dieciséis que suma la oposición, no ha logrado todavía poner en marcha el consistorio. PP (10 ediles), PSOE (5) y Ciudadanos (1) tumbaron sin debate su propuesta de rebajas salariales y organización interna. Aseguran que no discrepan de los recortes planteados, que suponen un ahorro anual de 400.000 euros, sino de unas formas “dictatoriales”, acusándolo de querer reorganizar salarios sin compartir previamente su propuesta. Sólo se aprobó el primer punto del orden del día, relativo al calendario para celebrar los plenos. El resto, del dos al nueve, tumbados.