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Susana Díaz salta al ruedo y convoca las primeras elecciones de un año decisivo
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Susana Díaz salta al ruedo y convoca las primeras elecciones de un año decisivo

La presidenta de la Junta firma hoy lunes la convocatoria y finiquita el pacto con IU, tras año y medio en la presidencia y entre el ruido por su marcha a Madrid

Le daba vueltas desde que terminaron las vacaciones de verano. Hoy lunes, en el Palacio de San Telmo, con toda solemnidad, Susana Díaz estampará su firma en el adelanto electoral. Andalucía estrenará el 22 de marzo en España un año políticamente decisivo. Sólo se le ha adelantado Grecia, bromean en su círculo. Se escapa del pelotón de las municipales y autonómicas, Cataluña y las generales. La dirigente socialista asume una decisión de gran riesgo, calculado y meditado. Si le sale bien, afianzará su liderazgo en un PSOE que da síntomas de descomposición. Los socialistas insisten, quizás más de lo que debería ser normal, en que Susana Díaz no se montará en el AVE hacia las generales o la secretaría general del PSOE y que su última parada es Andalucía. El tiempo lo dirá, pero el adelanto electoral está íntimamente ligado al futuro de los socialistas.

La sombra de que convoca por tacticismo, capricho o por intereses personales acompañará a Díaz toda la campaña. En la cuneta del anticipo electoral queda el pacto de PSOE e IU y el que ha sido vendido a machamartillo como el único gobierno de izquierdas en España capaz de plantar cara a Mariano Rajoy. También sale herida de muerte la posibilidad de alianzas de PSOE e IU en un futuro inmediato. La irrupción de Podemos puede llevar a Andalucía a un escenario de ingobernabilidad si no es posible un pacto con el partido emergente de Pablo Iglesias.

Vídeo: Susana Díaz convoca elecciones anticipadas

Hace cuatro meses, en septiembre, en plena negociación del Presupuesto andaluz para 2015, Susana Díaz sorprendió al poner sobre la mesa que si no se aprobaban las cuentas convocaría a las urnas, una afirmación de Perogrullo, dijeron entonces sus socios de Gobierno de IU. Empezaban a sonar los tambores de adelanto electoral que hoy redoblan. Desde entonces, PSOE e IU han estado enzarzados en tiras y aflojas. La dirigente socialista meditaba su jugada, pero no encontraba argumentos para romper el pacto. IU nunca acabó de creerse ese riesgo. Cada vez más gente alrededor de la presidenta la aconsejaba sobre la conveniencia de saltar al ruedo electoral más pronto que tarde.

El PSOE andaluz lleva encargando encuestas desde hace meses. Podemos empezaba a aparecer como una fuerza emergente capaz de robarles la cartera y el PP era retratado como un partido hundido. Díaz continuaba inmersa en una apretada agenda, con actos y reuniones en Madrid que seguían perfilando su proyección nacional. No habían pasado ni los cien días de rigor del estreno de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE y desde Andalucía ya emitían señales de desasosiego y desapego hacia el líder que habían encumbrado.

Mientras, IU seguía a lo suyo. El coordinador regional, Antonio Maíllo, hombre reposado y de carácter muy opuesto al de Susana Díaz, también jugaba sus cartas. Entre ellos nunca ha existido ni química ni conversación. Desde Andalucía impulsaron a Alberto Garzón como candidato a las generales convencidos de que sólo con nuevo rostro y nuevo discurso podrían frenar la fuga de votos al partido de Pablo Iglesias. Afloró el debate interno sobre la convergencia con Podemos y la necesidad o no de mantener las siglas de IU. Empezaban a evidenciarse las fracturas internas. Mientras que la vieja guardia encarnada por el vicepresidente del Gobierno andaluz, Diego Valderas, y los comunistas de toda la vida, como José Luis Centella, apostaban por la alianza con el PSOE, las voces críticas dentro de IU crecían pidiendo romper el pacto.

Izquierda Unida se fabricó un acto interno en mitad de su propia tormenta. Un asamblea bien gestionada por Maíllo que sirvió para acallar las voces críticas y consolidar una estrategia de diferenciación con el PSOE, lógica en tiempo preelectoral. Se programó someter el pacto a referéndum de sus bases en junio si las leyes prioritarias en su agenda no se habían aprobado. Se anunció una gran comisión de investigación sobre la corrupción en Andalucía. La jugada les habría salido muy bien si no fuera porque Susana Díaz encontró en esta asamblea el argumento perfecto que llevaba meses buscando para librarse de unos socios que la incomodaban, que no consideraba fiables ni estables.

Los socialistas se muestran hoy convencidos de que IU quería hacer saltar el Gobierno por los aires antes de las elecciones generales y no estaban dispuestos a dejar que fueran sus socios quienes manejaran los tiempos. Aseguran que han conocido su agenda política interna y los han “pillado con el carrito de los helados”. Los socialistas pusieron el grito en el cielo con lo que ocurrió en aquel cónclave interno de IU. Sin embargo, sólo dos días después se aprobaba el Presupuesto andaluz con más respaldo de toda la legislatura. Ni uno de los diputados de IU se abstuvo o eludió votarlo, como sí había ocurrido con los anteriores.

placeholder Juan Manuel Moreno, líder del PP andaluz (EC)
Juan Manuel Moreno, líder del PP andaluz (EC)

La convocatoria electoral que hoy lunes firmará la presidenta de la Junta de Andalucía es una crónica anunciada desde hace semanas. Cuando Díaz dio un paso al frente para hablar en primera persona de la zozobra y la inestabilidad de su Gobierno, comenzó su famoso relato. La prerrogativa de convocar las elecciones la tiene el presidente, es su máximo poder y la dirigente socialista va a utilizar su principal arma. Es cierto que desde que llegó a la presidencia a dedo y elegida por su antecesor, José Antonio Griñán, ha oído duras críticas por su falta de legitimidad y por no haber pasado por unas elecciones. Cuando en el último minuto descartó optar a la secretaría general del PSOE en unas primarias, a la lideresa socialista le criticaron duramente su poca valentía política y su miedo a las urnas. Ahora Susana Díaz, empoderada por su entorno y embarazada de tres meses, retoma esos argumentos para preguntarse retóricamente por qué le afean que convoque elecciones.

El sábado en un acto público en Sevilla perfiló su argumentario de campaña. Duros ataques a Podemos y al PP y defensa cerrada de la gestión de su gobierno. Ni una palabra de sus socios. Pero IU no se lo va a poner fácil. El sentimiento de traición aflora y la campaña que se avecina será dura. Andalucía no ha bajado del millón de parados, el malestar está instalado en profesionales de la sanidad y la educación que se revuelven cada vez que oyen hablar de que en esta comunidad se han evitado los recortes. El caso ERE llegará al Supremo con el desfile de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán ante el juez, posiblemente en mitad de la campaña. Ninguna encuesta publicada hasta hoy da a Susana Díaz mayoría absoluta. Los sondeos sitúan a los socialistas en Andalucía en una marca muy parecida a la que obtuvieron en 2012. La única gran diferencia es el hundimiento del PP que pronostican los sondeos y los populares niegan. El equipo de Juan Manuel Moreno Bonilla habla de empate técnico.

Susana Díaz juega con el manejo de los tiempos políticos y con el factor sorpresa. Podemos se rearma y deberá activar de inmediato la designación de su candidato, posiblemente la aspirante a la secretaría general, Teresa Rodríguez. IU tiene que perfilar su discurso si se radicaliza y reniega del pacto y de los socialistas o si defiende los dos últimos años de gestión en el Gobierno andaluz. El líder del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, se enfrentará a las urnas apenas un año después de haber aterrizado en Andalucía y con un índice de conocimiento no demasiado alto entre los andaluces. Jugará la baza de la recuperación y de la ineficacia y la parálisis en la Junta. Lo dijo Winston Churchill: "El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que predijo". Ahora, en Andalucía, se abre ese tiempo de predicciones, con un electorado más imprevisible que nunca.

Le daba vueltas desde que terminaron las vacaciones de verano. Hoy lunes, en el Palacio de San Telmo, con toda solemnidad, Susana Díaz estampará su firma en el adelanto electoral. Andalucía estrenará el 22 de marzo en España un año políticamente decisivo. Sólo se le ha adelantado Grecia, bromean en su círculo. Se escapa del pelotón de las municipales y autonómicas, Cataluña y las generales. La dirigente socialista asume una decisión de gran riesgo, calculado y meditado. Si le sale bien, afianzará su liderazgo en un PSOE que da síntomas de descomposición. Los socialistas insisten, quizás más de lo que debería ser normal, en que Susana Díaz no se montará en el AVE hacia las generales o la secretaría general del PSOE y que su última parada es Andalucía. El tiempo lo dirá, pero el adelanto electoral está íntimamente ligado al futuro de los socialistas.

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