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IU intenta convencer a Sánchez Gordillo para que deje la política por enfermedad
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TEME QUE SEA EXPULSADO DEL PARLAMENTO

IU intenta convencer a Sánchez Gordillo para que deje la política por enfermedad

Sánchez Gordillo trae de cabeza a IU: no abandona el escaño y sigue como alcalde de Marinaleda. O no: “Con Juan Manuel no se sabe, depende de la hora del día..."

Foto: El parlamentario de IULV-CA Juan Manuel Sánchez Gordillo (EFE)
El parlamentario de IULV-CA Juan Manuel Sánchez Gordillo (EFE)

Juan Manuel Sánchez Gordillo anunció que optaba por su escaño en el Parlamento andaluz y que dejaría de ser alcalde de Marinaleda, cargo que ostentaba desde 1979. El día de su renuncia oficial, el pasado sábado, cambió de opinión. No soportó la presión de sus ediles y suspendió el pleno municipal previsto para su retirada. Horas más tarde, ante la llamada de la cúpula regional de Izquierda Unida, volvió a su plan original. Aseguró que dejaba la alcaldía y que seguiría de diputado.

“Con Juan Manuel no se sabe, depende de la hora del día dice una cosa u otra”. El desconcierto se ha adueñado de la dirección regional de Izquierda Unida y de su grupo parlamentario. Admiten públicamente que no queda otra que “esperar”, lamentan el espectáculo y se muestran convencidos de que el histórico líder de la CUT sufre serios problemas de salud y debería de dejar la primera línea de la política. Así se lo han trasladado algunos responsables de IU Andalucía a su entorno más directo, pero es una decisión personal que Sánchez Gordillo no parece dispuesto a adoptar.

La ley de incompatibilidades avalada por el Tribunal Constitucional impide a un diputado andaluz compaginar su cargo con el de alcalde. Tras su ratificación, la norma ponía plazo para que quienes estuvieran en esa situación optaran. En total, siete alcaldes-diputados. Sólo queda Sánchez Gordillo por despejar su futuro. El miércoles deberá comunicar al Parlamento qué hará. Si no lo hace y sigue como alcalde, la Cámara tendrá que expulsarlo, un escenario que IU no quiere que se produzca pero que no descarta, tal y como están las cosas.

El líder jornalero no aparece por el hemiciclo desde hace meses. Su salud es delicada. Él achaca su baja a un problema de riñón, pero nadie en su entorno directo niega ya que junto a esta dolencia padece depresión y ciertos trastornos que le impiden estar al cien por cien. Lleva meses de medicación y muchos de quienes le aprecian admiten que lo mejor sería que tramitara una baja por enfermedad que le permitiera abandonar la primera línea y dedicarse a su recuperación. Ni su partido, la Candidatura Unitaria de Trabajadores (CUT), ni el propio afectado contemplan ese escenario.

El portavoz parlamentario de IU en Andalucía, José Antonio Castro, ha admitido públicamente que la actitud “un tanto mareante” de Sánchez Gordillo daña la imagen del partido y de las instituciones. No les gustaría que fuera el Parlamento el que tuviera que decidir la nulidad de su acta, y así se lo han hecho saber a su diputado. Consideran que no sería “justo” que saliera expulsado de la Cámara. Hay preocupación, pero también resignación y admiten que no pueden hacer nada más que esperar a que se decida. La cuestión es muy complicada. Se trata de proteger aspectos de su vida personal, pero el problema es que sus últimas maniobras tienen gran repercusión pública. Desde la dirección del partido no entienden que haya un pulso de Sánchez Gordillo por mantener todo su poder ni siquiera una estrategia premeditada para burlar la ley o chotearse del Parlamento. Lo achacan todo a su delicado estado.

Ajeno a toda la polémica, el líder jornalero sigue deshojando la margarita. Ya va contra reloj. El miércoles se reunirá la comisión del estatuto del diputado y si Sánchez Gordillo no ha renunciado a la alcaldía o no ha comunicado que deja el escaño será expulsado. Todo un número político que tampoco sería extraño para un histórico que hace dos veranos concitó una gran atención mediática con sus asaltos a supermercados o la ocupación de fincas.

Fuentes de la Cámara aseguraron a última hora de ayer que no habían recibido ninguna noticia sobre cuál sería finalmente su decisión. El alcalde eludió hacer más declaraciones públicas al respecto. Su intención inicial fue dejar sus responsabilidades como regidor en Marinaleda pero conservar su acta de concejal, lo que le permitiría seguir mandando en la sombra. A IU no le gustó el truco, pero transigió para evitar males mayores. La gran sorpresa fue que a última hora diera marcha atrás y lo hiciera, además, sin previo aviso. De momento, no hay convocado oficialmente ningún pleno extraordinario en el municipio sevillano para que Sánchez Gordillo pueda formalizar su renuncia. La última comunicación oficial en la Cámara autonómica es del pasado 11 de noviembre, cuando anunció que seguiría de parlamentario. Lo hizo también en el tiempo de descuento.

Todo puede ocurrir. La intención de Sánchez Gordillo de mantenerse en la Cámara y renunciar a la alcaldía llegó en un momento en el que el propio líder jornalero había anunciado que la CUT debatiría en una próxima asamblea su salida de IU y el salto a Podemos. Fuentes del partido de Pablo Iglesias, que públicamente ha defendido muchas veces al polémico político, invitaron a tomar con cautela este anuncio, dando a entender que no celebraban precisamente esta incorporación. El comité federal de la CUT fijó una reunión para el 30 de noviembre en la que se iba a abordar la salida de IU, algo que tendrían que decidir en asamblea en diciembre. La decisión de permanecer en el Parlamento daría a la CUT más proyección regional, en caso de que definitivamente se integrara en Podemos. Ahora, todas estas cuestiones están paralizadas a la espera de saber qué hará finalmente Sánchez Gordillo. Con él todo es imprevisible. Ahora más que nunca.

Juan Manuel Sánchez Gordillo anunció que optaba por su escaño en el Parlamento andaluz y que dejaría de ser alcalde de Marinaleda, cargo que ostentaba desde 1979. El día de su renuncia oficial, el pasado sábado, cambió de opinión. No soportó la presión de sus ediles y suspendió el pleno municipal previsto para su retirada. Horas más tarde, ante la llamada de la cúpula regional de Izquierda Unida, volvió a su plan original. Aseguró que dejaba la alcaldía y que seguiría de diputado.

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