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Los casos de corrupción descomponen IU Sevilla a pocos meses de las municipales
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SEMANA NEGRA

Los casos de corrupción descomponen IU Sevilla a pocos meses de las municipales

Dos de sus nombres clave son imputados en la operación Enredadera y motivan la baja como militante de quien fue su hombre fuerte, Antonio Rodrigo Torrijos

Foto: Antonio Rodrigo Torrijos (i), junto a Cayo Lara y Diego Valderas (EFE)
Antonio Rodrigo Torrijos (i), junto a Cayo Lara y Diego Valderas (EFE)

Ha sido una semana negra para Izquierda Unida en Sevilla. Los casos de corrupción acorralan a esta formación en la capital andaluza y obligan a tomar decisiones a escasos meses de las próximas elecciones municipales de mayo. El exteniente de alcalde de la formación en la ciudad, Antonio Rodrigo Torrijos, remitió el pasado miércoles un comunicado anunciando su baja “voluntaria” en la formación hasta que se aclaren sus problemas con la justicia. No son uno ni dos, sino tres, los casos por los que quien fue hombre fuerte de IU tiene que sentarse en el banquillo en los próximos meses. Lo hace para “no perjudicar” a la organización en el recorrido judicial que tiene pendiente. Al término, convencido de su “inocencia y su honestidad”, volverá a solicitar el alta como militante, según se recoge en la nota que emitió.

Un día antes de anunciar esta decisión, Torrijos se sentaba ante la juez Mercedes Alaya como imputado en la conocida como Operación Enredadera, la trama de presuntos sobornos y dádivas a cambio de contratos públicos orquestada por la empresa Fitonovo, que llevó a más de treinta detenidos en siete comunidades autónomas. Se acogió a su derecho a no declarar. Junto a él también fue imputado el actual portavoz municipal de IU en el Ayuntamiento hispalense, José Manuel García. Sin embargo el partido ha cerrado filas con quien se barajaba como próximo cartel electoral en las municipales. La dirección local apela a la “presunción de inocencia”, mientras que en la cúpula regional algunas voces, como la del coordinador regional, Antonio Maíllo, o la de la consejera de Fomento, Elena Cortés, han advertido de que si es imputado en firme tendría que ser apartado de su cargo. La tensión interna es evidente. El lunes comparecerá ante la juez.

placeholder Diego Valderas, junto a Antonio Rodrigo Torrijos en 2011. (Efe)

Pero no es el único escándalo que salpica a la formación. El ex primer teniente de alcalde y exportavoz de la formación está procesado en el caso Mercasevilla por el “concurso fraudulento” para la venta de sus suelos. De este hilo tiró Alaya hasta desembocar en casos como el de los ERE o el llamado Madeja, precuela de la actual Enredadera. La Fiscalía de Sevilla ha pedido para él dos años de cárcel, la misma pena que para otros ex altos cargos socialistas. El actual responsable de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, ha sido quien directamente sugirió a Torrijos que diera el paso de solicitar su baja en la formación. Acumula un tercer caso en los tribunales referido a la Fundación DeSevilla. Se investigan las presuntas irregularidades en casi un millón de euros en ayudas concedidas por el anterior equipo municipal a países en vías de desarrollo. La denuncia la puso el PP cuando llegó a la alcaldía.

Calvario judicial

El calvario judicial de Torrijos no es nuevo. Hace un año ya renunció a su acta como concejal acorralado por las numerosas sospechas que manchan su gestión. Su renuncia dio entrada al actual portavoz, también salpicado ahora en los escándalos. Entonces Maíllo sí lo respaldó y aseguró que seguiría teniendo un papel clave en la formación. Su tercera imputación ha desbordado ya la paciencia de una IU amenazada por Podemos y que trata de reinventarse. El exteniente de alcalde se llevó el primer revés a escasos días de las pasadas elecciones municipales de 2011. La juez Alaya lo imputó por el caso Mercasevilla el día que arrancó la campaña electoral y lo citó a declarar a sólo 48 horas de que los ciudadanos fueran a votar. A IU no le quedó otra que cerrar filas con su candidato imputado, aunque hubo voces que entonces ya pidieron su dimisión.

Un año antes ya estaba en el punto de mira. La foto del dirigente de izquierdas ante una suculenta mariscada en Bruselas, acompañado por el principal imputado en Mercasevilla, su exdirector general Fernando Mellet, golpeó duramente su credibilidad política. La imagen se correspondía a 2008, antes de que saltara el escándalo de la lonja sevillana, pero el PP encontró en la instantánea su mejor percha para hacer una dura oposición al comunista.

Ahora, eliminado quien fue el hombre fuerte de IU en Sevilla, queda por ver qué va a pasar con quien tomó su testigo, el actual portavoz municipal, José Manuel García. El lunes, cuando comparezca ante Alaya por Enredadera, se despejará su futuro político y se adivinan las tensiones internas. La ejecutiva regional lo destituirá si es imputado. La dirección local confía en salir indemne a sólo medio año de las municipales. El actual portavoz municipal tomó el relevo señalado como un “estupendo candidato” para la alcaldía, aunque el tiempo ha ido diluyendo esa posibilidad.

Sobre todo porque IU ha apostado abiertamente en la capital sevillana por su integración en una plataforma electoral con Ganemos ante los datos contundentes de las encuestas que advierten de que la federación de izquierdas está por los suelos y que Podemos se erige como la segunda fuerza política en la ciudad. El futuro de IU en la capital andaluza cada día es más incierto. Ganemos trata de avanzar en su camino como partido político con cada vez más voces convencidas de que ha existido un intento de IU por patrimonializar el movimiento y la advertencia de Podemos de que su integración es un “lastre”. Si ese matrimonio no se consuma, las posibilidades electorales de IU en la capital andaluza son, según los sondeos, muy preocupantes. Eso afecta también directamente a las posibilidades del PSOE, que necesitaría repetir un pacto postelectoral.

El varapalo judicial al partido en Sevilla contamina la renovación que se ha producido en la cúpula regional de la formación, que gobierna en coalición con el PSOE en Andalucía y que hasta la irrupción de Podemos y las pasadas europeas vivía uno de sus momentos políticos más dulces. La nueva operación puesta en marcha para aupar al malagueño Alberto Garzón a la secretaría general y el mensaje de que IU ha comenzado su renovación desde el Sur puede tener en Sevilla un inmenso lunar negro. Y de nuevo Alaya es la juez que tiene la palabra.

Ha sido una semana negra para Izquierda Unida en Sevilla. Los casos de corrupción acorralan a esta formación en la capital andaluza y obligan a tomar decisiones a escasos meses de las próximas elecciones municipales de mayo. El exteniente de alcalde de la formación en la ciudad, Antonio Rodrigo Torrijos, remitió el pasado miércoles un comunicado anunciando su baja “voluntaria” en la formación hasta que se aclaren sus problemas con la justicia. No son uno ni dos, sino tres, los casos por los que quien fue hombre fuerte de IU tiene que sentarse en el banquillo en los próximos meses. Lo hace para “no perjudicar” a la organización en el recorrido judicial que tiene pendiente. Al término, convencido de su “inocencia y su honestidad”, volverá a solicitar el alta como militante, según se recoge en la nota que emitió.

Izquierda Unida Caso ERE
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