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Susana Díaz no quiere ahora la foto contra la corrupción que pidió a Rajoy hace un año
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OFERTA DE PACTOS

Susana Díaz no quiere ahora la foto contra la corrupción que pidió a Rajoy hace un año

Se suma a la carrera de medidas de transparencia y busca el fichaje de un experto “independiente” que cobrará como alto cargo y velará por su cumplimiento

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, conversa con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, conversa con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

Hace un año la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se estrenó en La Moncloa con la oferta de un gran pacto anticorrupción a Mariano Rajoy y la petición de que liderara medidas de regeneración política. Enfadó a su entonces secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no estaba en esa estrategia sino en la de acorralar al PP con el caso Bárcenas. Apenas doce meses después, la líder socialista ha dejado muy claro que no quiere ninguna foto ni pacto con el PP sobre este asunto.

Para explicar ese giro de 180 grados en su convicción política, Díaz asegura que ya pasó el tiempo de esos acuerdos y que no es una foto “lo que espera la gente”. En este año, según el consejero de la Presidencia del Gobierno andaluz, Manuel Jiménez Barrios, “ha llovido mucho”. Entonces, Díaz estrenaba mandato con la misión central de alejar escándalos como el de los ERE de su gestión. Ahora, tras las tarjetas black de Caja Madrid o la reciente trama Púnica en la comunidad madrileña, los socialistas sienten que cualquier acercamiento al PP en este asunto puede perjudicarles. “Ya no tiene credibilidad, los ciudadanos no lo entenderían. La gente está hasta las narices”, argumenta el número tres de la Junta.

Se cambian las tornas. Rajoy ignoró hace un año la oferta de la socialista porque no le interesaba aliviar la losa de la corrupción que lastraba al Gobierno andaluz. Ahora es Díaz la que no piensa darle ni un poco de oxígeno al presidente. El líder del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla, que ofrece ahora un acuerdo del que antes renegaba, la ha acusado públicamente de haber dado orden a Pedro Sánchez para que no cierre ningún pacto nacional. En el equipo de la presidenta de la Junta niegan que ella haya liderado la operación política pero sí confiesan que, en esta ocasión, la sintonía con el secretario general es total y ambos están dispuestos a no acordar nada. Aquí sí coinciden las estrategias.

La contraoferta de Díaz pasa por acelerar la batería de medidas de transparencia con las que tomó posesión y con las que trataba de driblar la herencia de escándalos que recibía de sus antecesores. En estos meses, la Junta, donde también está IU, ha aprobado una ley de transparencia que no entrará en vigor hasta junio de 2015, ha reforzado los controles de los fondos públicos tras los desmanes aflorados y ha adoptado medidas como la publicación del listado de empresas que se beneficiaron de exoneraciones a la hora de justificar sus subvenciones o la revelación de las actas de los ‘consejillos’, que había reclamado la juez Mercedes Alaya.

Pero también en este tiempo, el Gobierno andaluz ha visto elevar el número de imputados en los ERE a 229, tiene a los dos últimos expresidentes a los pies del Supremo y ha sufrido el desgaste de un nuevo caso, el del fraude de los cursos de formación. En esta última investigación, Díaz se ha retractado de medidas anunciadas como la publicación de las entidades en las que la Junta ha detectado irregularidades. Ahora alegan que prima la ley de protección de datos y admiten las presiones de la patronal andaluza para salvaguardar los nombres de las empresas con presunto fraude.

Se busca nuevo alto cargo de la transparencia

En este escenario, el Gobierno de Susana Díaz opta por sumarse a la carrera de los políticos para abanderar la transparencia. Acelerará la entrada en vigor de la ley con dos promesas para el primer trimestre del próximo año. Habrá un portal donde consultar todas las subvenciones y ayudas públicas concedidas por la administración. Se constituirá el Consejo Andaluz de Transparencia, un nuevo órgano de control al frente del cual se situará a un “experto independiente”, que debe acreditar al menos 15 años de experiencia en la administración y que será nombrado con el Parlamento.

El Gobierno andaluz invitará en los próximos días a PP e IU a retomar las negociaciones abiertas para impulsar este nuevo paquete de medidas, que se acompañarán también de más incompatibilidades y un código ético para los altos cargos o reformas en el Reglamento del Parlamento y la Cámara de Cuentas.

El nuevo vigilante “imparcial” de la transparencia podrá ocupar el cargo por cinco años sin que pueda renovarlo. Tendrá sueldo como alto cargo. El Presupuesto de 2015 prevé 60.000 euros para poner en marcha este nuevo órgano de control. Habrá otros componentes designados por la Junta, el Parlamento, el Defensor, la Cámara de Cuentas, los ayuntamientos, universidades y asociaciones de consumidores. Estos cobrarán dietas por asistir al consejo, pero no tendrán sueldo. Se desconoce la remuneración. De este órgano dependerán las sanciones que se impongan por incumplir la ley de transparencia entre 200 y 400.000 euros, según la gravedad, e inhabilitación para responsables públicos.

Aunque Díaz no quiera ninguna foto de PSOE y PP contra la corrupción, su Gobierno sí que llevará estas medidas al Parlamento para iniciar una negociación política que ya ha sido abierta y enterrada en varias ocasiones en los últimos meses. Han existido contactos “muy preliminares” en los últimos días, según el Ejecutivo andaluz. El clima no invita a pensar en un acuerdo, por más que este cayendo en la calle y la indignación ciudadana reviente vía encuestas el tablero político.

PSOE e IU acusan a los populares de querer hacer fracasar las negociaciones y la oposición insiste en que la oferta de la Junta es una pose y que su deseo es aprobar las medidas “por lectura única”. De que sea Moreno Bonilla, líder del PP andaluz, quien lidere el acuerdo junto a Susana Díaz se pueden ir olvidando en las filas de la oposición. La presidenta no quiere foto y no la habrá, insisten en su entorno más directo.

Hace un año la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se estrenó en La Moncloa con la oferta de un gran pacto anticorrupción a Mariano Rajoy y la petición de que liderara medidas de regeneración política. Enfadó a su entonces secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no estaba en esa estrategia sino en la de acorralar al PP con el caso Bárcenas. Apenas doce meses después, la líder socialista ha dejado muy claro que no quiere ninguna foto ni pacto con el PP sobre este asunto.

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