El Supremo envía a la cárcel a Pedro Pacheco, ex alcalde de Jerez de la Frontera

Considera autores de estos ilícitos también a los exasesores andalucistas José López Benítez y Manuel Cobacho.En el caso del primero, la penase eleva a 2 años y 10 meses y 15 días de prisión porque firmó dos contratos y en el de Manuel Valeriano Cobacho Márquez, la condena pasa de dos años y 3 meses a 2 años, 7 meses y 15 días porque solo intervino en uno.

La Sala de lo Penal hace suyo el relato de hechos de la sentencia de instancia que declaró probado que el Pleno del Ayuntamiento de Jerez, el 18 de enero de 2005, nombró al personal eventual de confianza de los partidos políticos que lo componían y, en concreto, designó a dos personas por parte del PSA.

El entonces Teniente de Alcalde, Pedro Pacheco, valiéndose de su puesto directivo en dos sociedades municipales y con la finalidad de conceder una prestación mensual a militantes de su partido, nombró como asesores a los otros dos condenados, sin contraprestación alguna, ordenando pagos por un total de 206.833,66. Unos nombramientos, según la sentencia, que trató de maquillar bajo la forma de contratos de asesoría o de naturaleza laboral utilizando las empresas municipales como si fueran suyas.

Un histórico de la política andaluza, a la cárcel

Pedro Pacheco fue alcalde de Jerez de la Frontera 24 años y uno de los políticos más particulares de Andalucía. En los albores de la democracia, se convirtió en uno de los regidores más jóvenes del país. Tomó el bastón de mando de la ciudad con 29 años y hoy, a los 65, el Supremo lo conduce a prisión. Ahora muchos coetáneos proclaman que no supo irse a tiempo. Histórico del Partido Andalucista, candidato a la Junta de Andalucía, diputado autonómico más de veinte años y eurodiputado, Pacheco ha sido uno de esos políticos de personalidad arrolladora, populista y polémico, capaz de pactar con todos y pelearse con todos. Con una característica dicción ceceante y licenciado en Derecho en los tiempos en que Felipe González era profesor en la Universidad de Sevilla, el histórico andalucista atesora posiblemente las intervenciones más impetuosas y desmesuradas en el Diario de Sesiones de la Cámara andaluza.

Quienes le han visitado en su despacho del ayuntamiento de Jerez posiblemente habrán pasado por su bodega y se habrá dejado aconsejar en materia de vinos, una de sus grandes aficiones. Famosa se hizo aquella frase con la que proclamó allá por 1985 que “la justicia es un cachondeo” en mitad de una pelea por derribar el chalé de Bertín Osborne. Aquello le valió una condena de inhabilitación por desacato que fue revocada por el Supremo. El mismo tribunal que dos décadas más tarde le escribe el epílogo más deshonroso que puede tener un político y le sube a cinco años y medio la condena por prevaricación y malversación. El origen: la contratación irregular como asesores en empresas municipales de dos compañeros de partido. El Supremo considera probado que era solo una tapadera para que sus compañeros de filas tuvieran una asignación mensual sin trabajo conocido en el Ayuntamiento.

Corredor de maratones, habitual del de Nueva York,con incontinencia verbal, sus detractores siempre le han afeado su prepotencia y sus defensores su visión política y su vanguardismo. Salió del PA en 1993, tras una guerra interminable con su gran adversario, el también andalucista Alejandro Rojas Marcos. Creó entonces el Partido Andaluz de Progreso y lo sacrificó un año después para volver a sus orígenes. La salida del PA sería definitiva en 2000, cuando fundó el Partido Socialista de Andalucía (PSA).

Ocupó los carteles del PA como candidato a la Junta en 1990, 1996 y 2004. “Se han cebado conmigo. Parece que quieren cargarme a mí los delitos cometidos por Urdangarin, Bárcenas y la Gürtel”, declaró tras conocer su condena hace un año y mientras aventuraba una dura batalla para lograr su inocencia. Si nada lo remedia, será el primer histórico de la política andaluza en entrar en prisión. Su particular guerra con la exalcaldesa socialista Pilar Sánchez, a la que apoyó en 2005 una moción de censura para arrebatar el mando al PP, partido al que dos años antes él mismo había aupado al poder municipal, está en la génesis de su condena.Se llevaron mutuamente a los tribunales.