Susana Díaz recula y da la razón a IU para cerrar la crisis de la Junta

… Y Susana Díaz perdió. A la 1.40 de la madrugada la presidenta de la Junta de Andalucía se comprometió a firmar la derogación del decreto por el que se suspendían las competencias de Vivienda a la Consejería de Fomento de la Junta que pilota IU. La norma tiene se ha publicado este sábado en el BOJA (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía). La coalición de izquierdas gana el pulso al haber convencido al PSOE, en una negociación muy dura entre los dos partidos de Gobierno, de que la entrega de las llaves a ocho familias alojadas en sus viviendas procedentes de la Corrala Utopía en Sevilla “era legal y cumplía con todos los trámites jurídicos correspondientes”, según fuentes cercanas a la dirección de IU consultadas por El Confidencial.

Con todo, la erosión y la falta de confianza entre los miembros del bipartito es más que manifiesta. A las 23.30 horas de anoche habían llegado a una especie de pacto en falso que condenaba a la Junta de Andalucía a un Gobierno inestable. Se acercaron posturas, pero IU seguía empeñada en cancelar el pacto de modo momentáneo: “Hasta que no se retire el decreto”. Susana Díaz no quería quitar a Izquierda Unida las tres consejerías que atesora en el Gobierno andaluz… hasta los ya muy próximos comicios autonómicos.

Quien tenía las ideas muy claras era el vicepresidente Diego Valderas, que llegó el jueves por la mañana al Parlamento andaluz y le reconoció a un diputado del PSOE:

-Pero ¿cómo me voy a ir ahora del coche oficial? ¡Con lo que nos ha costado llegar aquí!

Valderas no lo decía con ironía. Tampoco en tono de broma, aunque lo pareciese. Lo expresaba muy en serio. En la etapa de la pinza entre el PP e IU en Andalucía, él fue el presidente de la cámara autonómica y admite que en la oposición ha pasado mucho frío y que es mejor retener el poder que perderlo por el asunto de la Corrala Utopía de Sevilla.

No opinaba así el califa Julio Anguita, que instó a la coalición de izquierdas a “irse con dignidad”. “Lo valiente es no aceptar la humillación”, resaltó. Antonio Maíllo, el coordinador de IU en Andalucía, no lo tenía tan claro. Tampoco José Antonio Castro, portavoz en el Parlamento. Maíllo y Castro fueron los cabecillas de la rebelión contenida, a medio gas, con la suspensión “momentánea” del acuerdo de Gobierno de Andalucía tras retirar Susana Díaz las competencias de Vivienda a la Consejería de Fomento de la Junta que pilota Elena Cortés.

En la tarde del viernes, cambió el equipo de IU que intentaba negociar un acuerdo. Maíllo y Castro abandonaron el Comité de Enlace para dejar paso a subordinados del líder regional. El PSOE mantuvo a los mismos miembros: el consejero de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios; el número 2 del partido, Juan Cornejo, y el portavoz parlamentario, Mario Jiménez. Los tres en perfecta coordinación con la presidenta Díaz, en mitin político en Huelva con Elena Valenciano.

Hacia la medianoche la reunión finalizaba, aunque los presentes aseguraron que continuarían dialogando por teléfono. Habrá que ver qué dice del acuerdo hecho público ya de madrugada el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, quien antes había apelado al liderazgo de Díaz y tenía muy claro un escenario de elecciones anticipadas.

No todos en el PSOE confiaban a ciegas en el criterio de la presidenta. El exjefe del Ejecutivo andaluz, padre político de Susana Díaz, tenía sus dudas. El senador José Antonio Griñán estimaba que el bipartito de la Junta, que él mismo impulsó en su día, "ha funcionado bien”, aunque especificaba: “Hay que pensar que ninguno tiene la razón del todo”. ¿Un mensaje de cómo ha manejado Díaz esta crisis?