El consejero de Economía nombró director de Energía a un jubilado por dos infartos
La Junta de Andalucía nombró director de Energía al hoy dimitido Luciano González pese a que había sido jubilado por sufrir dos infartos y sufriría el estrés de un alto cargo con un presupuesto de 200 millones
Celebraban el nuevo cargo. Fue en septiembre de 2013, en el restaurante La Mafia de Málaga. Tras su toma de posesión como consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, José [Pepín] Sánchez Maldonado le prometió a su íntimo amigo Luciano González que le reservaría un cargo en el organigrama de la consejería. Sólo le faltaba decidir cuándo y en qué función.
Transcurrieron casi cuatro meses para que González asumiera la dirección de la Agencia Andaluza de la Energía, en la que apenas ha estado 63 días (desde el 14 de enero hasta el pasado lunes). Fracasó el intento del consejero de colocarlo como su mano derecha en la Autoridad Portuaria de Málaga cuando era presidente de este organismo. Eso sí, oficialmente aún figura como director de esta agencia, ubicada en la Isla de la Cartuja, como consta en la web.
El alto cargo del Gobierno andaluz obligado a dimitir por la presidenta Susana Díaz por disponer de una finca ilegal de 130 metros cuadrados ubicada en terreno no urbanizable y un enganche irregular de luz y agua, como desveló El Confidencial, asumió un puesto de relumbrón a pesar de haber conseguido una jubilación anticipada por estrés tras sufrir dos infartos de miocardio que le provocaron incluso su ingreso en un centro hospitalario de referencia de Málaga.
González consiguió una “incapacidad física”, que técnicamente se denomina “incapacidad permanente por enfermedad”, que le permitía una pensión de más de 2.000 euros como maestro de Primaria, una profesión que no ha ejercido con regularidad. Se benefició de continuas liberaciones sindicales en UGT –donde fue expulsado, al igual que dos veces del PSOE– que le impidieron una ocupación efectiva de su puesto de trabajo, aunque sí le contabilizaban como trabajador en activo todos los años que le quedaban hasta la edad oficial de jubilación.
“Resulta paradójico que quien fue jubilado como profesor de Primaria por estrés se dedicara luego a la política, que es la actividad pública que genera más ansiedad. Los acontecimientos han demostrado que el cargo del director general de la Agencia Andaluza de la Energía provoca mucha tensión”, indica un sindicalista de FETE-UGT en Málaga. “Si lo jubilaban no podían trabajar en temas que tuvieran estrés”, añadió este miembro del sindicato.
Eso sí, el cerebro de los fondos de formación en la organización ugetista, de donde fue expulsado, al igual que del PSOE, no se conformaba con su jubilación. Continuaba con un papel muy activo en las bambalinas del partido en Málaga como “oráculo”, como le definen en su círculo de confianza, además de pertenecer a la Ejecutiva Provincial del partido y ser exmiembro del Comité Director.
Administraba 207 millones de euros
Luciano González también ocupaba desde 2005 la presidencia de la Fundación para el Desarrollo de la Formación Profesional (Fundefop). Y en la Agencia Andaluza de la Energía administraba un presupuesto de siete millones de euros, además de los 200 millones de euros del plan estrella de Susana Díaz para crear empleo: la construcción sostenible. Él mismo había colocado en la UGT al hijo del constructor de su casa ilegal.
“No sólo no sabía nada de Energía, sino que es un reconocido enfermo del corazón y encima jubilado. ¿Alguien así podía ser director general de una agencia pública que maneja tanto dinero público y no está capacitado ni siquiera para ser el jefe de estudios de un colegio?”, se pregunta un socialista próximo a la Agrupación Centro de Málaga, la que controla González con la ayuda (no al revés) de Sánchez Maldonado, vinculado a FETE-UGT a través de la UMA.
Pepín pone “en peligro” a Luciano
“Pepín”, abundan estas fuentes críticas del PSOE, “ha puesto en riesgo la vida de Luciano y también la suya al aceptar ser consejero. Ambos padecen del corazón y no deberían estar en esos cargos. ¿Cómo es posible que Pepín abandonara el Puerto de Málaga por no aguantar la presión de los trabajadores y sí pueda estar al frente de una macroconsejería con tanta responsabilidad? Es algo incomprensible y Susana Díaz debería haberlo tenido muy en cuenta, y sería en última instancia la responsable”. Sánchez Maldonado ignoró un pufo de cinco millones de euros en el puerto malagueño. En declaraciones a El Confidencial, quiso precisar que él fue a la Fiscalía y que en ocho meses hizo “mucho más” que su antecesor, el histórico dirigente socialista Enrique Linde.
A quien también ha puesto “en peligro” Sánchez Maldonado es a Susana Díaz. La presidenta de la Junta de Andalucía no quería que el caso le salpicara y ordenó que González dimitiera de su responsabilidad. El director general de la Energía cesó del cargo el lunes 17 por la tarde, aunque no se supo hasta las 13 horas del martes 18, cuando El Confidencial le preguntó si mantenía la confianza en su amigo González tras las revelaciones de este diario.
“El problema es que aunque es Pepín es quien nombra a Luciano, la firma de su nombramiento en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía lleva la rúbrica de la presidenta. Por eso Susana Díaz no se podía permitir el lujo de mantener ni un minuto más a un alto cargo de su Gobierno con una casa ilegal”, subrayan fuentes socialistas.
Celebraban el nuevo cargo. Fue en septiembre de 2013, en el restaurante La Mafia de Málaga. Tras su toma de posesión como consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, José [Pepín] Sánchez Maldonado le prometió a su íntimo amigo Luciano González que le reservaría un cargo en el organigrama de la consejería. Sólo le faltaba decidir cuándo y en qué función.
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