La última presion de la Familia Real saudí echa abajo los rascacielos en Marbella

El Príncipe Salman y la Familia Real saudí advirtieron que abandonarían Marbella en el momento que una grúa moviese el terreno para construir el primer rascacielos en la ciudad malagueña. Así lo declaró a este diario el sobrino del príncipe Alfonso de Hohenlohe, a quien el soberano saudí ha autorizado a que lo comunique a las autoridades que competan en España.

Y parece que esta fuerte medida de presión ha surtido efecto porque el Pleno extraordinario convocado en Marbella para resolver esta cuestión esta misma mañana ha enterrado la orden de construir torres en la localidad.

Pablo de Hohenlohe aseguró que "la Familia Real saudí y todo su séquito se iría de Marbella en cuando comenzaran a construirse los rascacielos, y así me lo ha comunicado el propio hijo del Príncipe Salman. Y eso significaríaque más de seis mil personas que dan de comer a esta ciudad, entre séquito y demás, dejarían de venir a una ciudad que eligieron por las buenas prestaciones que han tenido hasta ahora”.

Los motivos que esgrime son de seguridad. El palacio de Al Riyad está en la loma más alta de Marbella, y si se construyera un rascacielos a menos de un kilómetro de la casa saudí se vería –esgrimen– todo el interior desde la mayoría de sus plantas, poniendo en peligro la privacidad y la seguridad de los saudíes.

En este sentido, la plataforma contra los rascacielos argumenta que no es la primera vez que alguien se marcha de Marbella porque le “plantan un edificio delante de su casa”. El actor Sean Connery "se fue de Marbella porque le hicieron al lado un edificio de cuatro alturas y le quitaban toda la privacidad de su chalé de Malibú", señala el promotor Francisco Gómez, integrante de la plataforma.

La plataforma ya tiene 2.000 firmas

La plataforma, que se constituyó el pasado 20 de diciembre, cuenta con 22 miembros, está en conexión con unas 1.200 personas a través de redes sociales y ya han reunido 2.000 firmas en contra de las torres.

Su coordinadora, Carola Herrero, ha aclarado que esta formación no tiene "ningún interés político". Sólo queremos que esta ciudad siga siendo como es”. Ella misma, junto a los miembros de la plataforma, entregaron ayer un escrito dirigido a la alcaldesa, Ángeles Muñoz, en el que piden que se anule, bien este viernes o en una próxima sesión plenaria, la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que se aprobó el 29 de noviembre.

En caso de que no ahubiera sidoasí, habrían solicitadola personación en el expediente y el acceso a toda la documentación, a efectos de "ejercer las acciones legales oportunas". Este escrito lo han acompañado por un manifiesto consensuado en el que expresan públicamente su postura contra los rascacielos y la argumentan. A todos ellos les une el rechazo al proyecto planteado por el equipo de gobierno del Ayuntamiento para construir rascacielos de hasta 50 plantas en cinco zonas del municipio. "No queremos estas edificaciones, apostamos por una ciudad sostenible con un modelo casi único en el mundo", precisa Herrero.

La concejala socialista en el Ayuntamiento de Marbella, Isabel Pérez, denunció ayer que la alcaldesa ha seguido adelante con el proceso pese a que el pasado diciembre dijo a los periodistas que no construiría los rascacielos. Páez afirmó que, a pesar de las declaraciones de la regidora, el Ayuntamiento firmó el envío del acuerdo para su publicación en el tablón de anuncios, en la página web del Consistorio, en el diario La Opinión de Málaga y en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). «Una vez publicado en el BOP, se abrirá un plazo de alegaciones de un mes, por lo que, si no se anula antes el acuerdo plenario, las torres seguirán adelante», advierte la concejala.

En este sentido, Juan Orbaneja, presidente de honor de la Asociación de Urbanizadores de España, matizó a este diario que "queremos que se respete la singularidad de Marbella, no vamos contra nadie. Hay que respetar a los promotores, pero no se puede perjudicar el bien común", y recordó que la torre de Río Real, que sobresale sobre la ciudad, tiene sólo 18 plantas. "La seguridad jurídica es imprescindible, en la época GIL se cambiaba todo y nadie lo paraba”.