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¡Ave, Susana!

Ha sido tan veloz y tan implacable la irrupción de Susana Díaz en el poder, que ahora quien parece un 'griñanini' es el propio José Antonio Griñán

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz (EFE)

Ha sido tan veloz y tan implacable la irrupción de Susana Díaz en el poder, que ahora quien parece un griñanini es el propio Griñán. Cinco meses después de que su nombre sonara por primera vez en la escena nacional, la figura política de Díaz ha ido agigantándose y, de forma paralela, el recuerdo de Griñán, su mentor, se ha ido perdiendo en el horizonte, achicándose.Ahora es Griñán quien parece un griñanini, sí, porque en este tiempo todo el mundo en el Partido Socialista ha entendido que Susana Díaz es la nueva referencia de los socialistas y que, a partir de ahora, nada podrá construirse o rechazarse sin contar con su apoyo.

El congreso de su entronización definitiva, este fin de semana en Granada, ha sido dispuesto para que esa demostración de fuerza se haga efectiva. Susana Díaz Pacheco (Sevilla, 1974) será elegida secretaria general del PSOE de Andalucía por una mayoría abrumadora de los 778 delegados que acuden a la cita y la aclamaran efusivas las 2.500 personas que acudirán al Palacio de Congresos de Granada. Casi el doble de invitados que de delegados. Con eso está todo dicho de un encuentro que en el que nadie quiere ausentarse y, sobre todo, que la ausencia se pueda notar. Ave, Susana.

De todas formas, aunque esa sea la imagen exterior del Congreso del PSOE de Andalucía, aunque esa será la principal noticia, el desarrollo de la convocatoria socialista va a dejar valiosas pistas sobre la forma de ejercer el poder de Susana Díaz. Para empezar, algo que ya comenzó a dejar claro en la reciente Conferencia Política del PSOE: que la etapa de escarceos al margen de la Ejecutiva Federal que lidera Rubalcaba ya se han acabado.

Primera diferencia con su antecesor, José Antonio Griñán. Al contrario que este, la nueva líder de los socialistas andaluces ya ha hecho llegar a Rubalcaba que no va a provocar, ni con acciones ni con declaraciones, ningún problema de inestabilidad de la ejecutiva federal. A todo lo másque puede llegar es a admitir, como ha hecho estos días previos al congreso, que ella no apoyó a Rubalcaba como secretario general del PSOE, pero añadiendo a continuación que su obligación ahora es apoyarlo.

Susana Díaz y Alfredo Pérez Rubalcaba (EFE)Ya lo hizo en la Conferencia Política cuando se desmarcó y desbarató todos los intentos que existían para debatir sobre las primarias. Susana Díaz, como se adelantó aquí, comparte con el secretario general del PSOE que las elecciones primarias sólo pueden realizarse después de las elecciones europeas, que es el último test al que se va a someter Rubalcaba para decidir si se presenta en la batalla por la candidatura a la presidencia del Gobierno.

En función del resultado de las europeas, todas las posibilidades se abren, incluida la celebración de un congreso extraordinario para elegir secretario general antes incluso que las primarias. Susana Díaz, que respalda esa hoja de ruta, decidirá también en función de cuales sean los resultados electorales de los socialistas en las europeas.

La presencia de Chacón

Entonces, se dirá, ¿por qué asiste Carme Chacón al Congreso del PSOE andaluz? ¿Supone eso que Susana Díaz la apoyará en unas futuras primarias? En el PSOE andaluz, según las fuentes consultadas, se niega esta última posibilidad y se insiste en que ya cuando se encontraron ambas en la Conferencia Política, a la política catalana le quedó claro el cambio de posición de Susana Díaz con respecto al Congreso en el que se enfrentó con Rubalcaba.

Nada más coyuntural y efímero que las lealtades en política, que cambian como cambian los intereses. "Es más -se afirma- es probable que Carme Chacón venga al Congreso del PSOE andaluz a intentar palpar ella misma el ambiente entre la delegación andaluza, que se volcó con ella en buena medida en el último Congreso Federal. Chacón viene a eso, a hacer campaña, pero no será Susana la que la aúpe a una tribuna para darle relieve", insisten en el partido.

Carme Chacón (EFE)De hecho, salvo sorpresa, Carme Chacón no intervendrá en el Congreso del PSOE andaluz, que se abre con Rodríguez Zapatero y con Elena Valenciano y se cierra, como es costumbre, con la intervención del secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, una vez que haya sido elegida Susana Díaz para liderar a los socialistas andaluces.

Si Carme Chacón hace esa prospectiva sobre sus apoyos actuales en la potente federación socialista andaluza, lo que se encontrará, antes que nada, es el extraordinario cambio que ha experimentado el PSOE-A desde que Susana Díaz asumió, de facto, en julio pasado, la presidencia de la Junta de Andalucía y el liderazgo de los socialistas andaluces.

La cohesión del PSOE-A

Nada que ver con la etapa de José Antonio Griñán en la que las ocho agrupaciones del PSOE andaluz presentaban numerosas fisuras internas y disputas cruzadas. La cohesión del PSOE-A fue la primera misión de Susana Díaz y la desarrolló a plena satisfacción con el resultado conocido: ni siquiera llegaron a poder celebrarse unas elecciones primarias para elegirla a ella como futura presidenta de la Junta de Andalucía porque todo el aparato del PSOE se enrocó, hizo piña en torno a ella, e impidió incluso que otros aspirantes pudieran presentarse.

En este congreso, la cohesión se va a ver reflejada en la composición de la nueva ejecutiva, que volverá a ser de integración de todas las agrupaciones provinciales. Lo más significativo en este sentido es la elección de Micaela Navarro como nueva presidenta del PSOE andaluz. Los enfrentamientos de ayer, que fueron cruentos en la etapa de Griñán, entre la ejecutiva regional y el PSOE de Jaén que controla, dirige y maneja Gaspar Zarrías se enterraron en julio pasado y ahora Susana Díaz elige a una destacada socialista de esa agrupación provincial, a una dirigente de ese sector, para colocarla en la presidencia del PSOE andaluz. Micaela Navarro, postergada por Griñán, vuelve al primer plano, pero al servicio de Susana Díaz que le ha perdonado la vida política.

Micaela Navarro (EFE)Esa designación de Micaela Navarro es tan significativa y representativa de la forma de ejercer el poder de Susana Díaz como lo es, pero en sentido contrario, la decisión de sacar de la ejecutiva regional a Mario Jiménez, que hasta ahora llevaba el peso del partido en la región. Susana Díaz no quiere sombras en ninguna mesa que ella presida y la salida de Mario Jiménez de la ejecutiva federal se venía presumiendo en el PSOE andaluz desde hace meses.

El partido lo dirige Díaz

"El adelanto del congreso regional en el que Susana Díaz desalojará a Griñán de la secretaría general de los socialistas andaluces es una jugada a dos bandas que persigue desplazar, definitivamente, a Mario Jiménez", se adelantó aquí a principios de octubre. Y eso es lo que va a ocurrir este fin de semana, cuando Mario Jiménez deje la vicesecrataria general del PSOE andaluz y pase a ocupar la portavocía del PSOE en el Parlamento andaluz, un cargo menor cuando, como es el caso, los socialistas ocupan también el Gobierno y la presidenta es Susana Díaz. "El partido lo voy a dirigir yo", le dijo el otro día a todos los secretarios provinciales cuando les anunció algunos de los cambios del Congreso. Es posible que a ninguno de los que la escuchaban les cupiera la menor duda de que, en efecto, va a ser así.

Pero, ¿y por qué se presumía en el PSOE que Susana Díaz acabaría apartando a Mario Jiménez a un segundo plano? Pues por la misma razón por la que, hace tres años, se cayó de los carteles Rafael Velasco, que hasta entonces era el delfín de los jóvenes dirigentes del PSOE andaluz en los que se apoyó Griñán cuando ascendió a la presidencia de la Junta de Andalucía.

Eran tres en competencia directa, Rafael Velasco, Mario Jiménez y Susana Díaz. Los griñaninis, como se les conoció en Andalucía, por ser todos ellos dirigentes políticos que no conocían otra vida que la vida del partido y que, incluso, habían sacado sus estudios universitarios con dificultad. Rafael Velasco se vio obligado a dimitir cuando se filtraron a la prensa algunos escándalos familiares. ¿Estaba Susana Díaz detrás de esas filtraciones? En el PSOE andaluz no son pocos los que defienden esas tesis, pero la verdad es que nada se sabe con certeza y, sobre todo, que los escándalos familiares existían.

Quedaba Mario Jiménez al frente del partido y estaba claro que Susana Díaz no iba a delegar en él ni una gota de poder. Una vez más, Susana Díaz no es Griñán, que dejaba a Mario Jiménez, como 'número dos', el control efectivo del partido. Susana Díaz, como demostrara este congreso, ha llegado para quedarse, para mandar, para intentar abrir una nueva era. Congreso de aclamación, congreso de cohesión, congreso de ajuste de cuentas pendientes. ¡Ave, Susana!

Ha sido tan veloz y tan implacable la irrupción de Susana Díaz en el poder, que ahora quien parece un griñanini es el propio Griñán. Cinco meses después de que su nombre sonara por primera vez en la escena nacional, la figura política de Díaz ha ido agigantándose y, de forma paralela, el recuerdo de Griñán, su mentor, se ha ido perdiendo en el horizonte, achicándose.Ahora es Griñán quien parece un griñanini, sí, porque en este tiempo todo el mundo en el Partido Socialista ha entendido que Susana Díaz es la nueva referencia de los socialistas y que, a partir de ahora, nada podrá construirse o rechazarse sin contar con su apoyo.

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