Escraches a Alaya: la juez sufre el ‘pim, pam, pum’ de los sindicatos
La juez más polémica de España ha despertado un rifirrafe entre sindicatos, 'asociaciones projueza' y políticos. Alaya es una ‘Garzona’, un personaje mediático que transciende la Justicia y que resiste las presiones. Sólo ella sabe hasta cuándo
La juez más polémica de España, instructora de macrocausas de corrupción en Andalucía, ha despertado un 'pim, pam, pum' entre sindicatos, 'asociaciones projueza' y políticos. Unos la defienden a ultranza, otros la quisieran desde hace tiempo en la cuneta profesional. Alaya es una ‘Garzona’, un personaje mediático que transciende la Justicia. “La juez de porcelana”, expresión acuñada por el escritor Antonio Soler, resiste las presiones a favor y en contra. Sólo ella sabe hasta cuándo.
Alaya sufrió el pasado jueves un escrache en la puerta de los juzgados de Sevilla. Cuando entró en el vetusto edificio del Prado de San Sebastián, varios sindicalistas la increparon al grito de: “Fea", "pija” y "Alaya, 'pepera', métete en la lechera”. Los representantes de UGT no ocultaban con estos comentarios su indignación ante el arresto de Rafael Mera, secretario general de este sindicato en Cádiz, y Roberto Carmona Soto, exsecretario de Desarrollo Industrial de Comisiones Obreras, durante el transcurso de la segunda fase de la Operación Heracles (caso de los ERE falsos). Un grupo de los que increpó a Alaya se fue luego a comer a uno de los restaurantes más caros de la capital andaluza.
Francisco Carbonero, secretario general de Comisiones Obreras en Andalucía, aclaró que las protestas sindicales se centraban en “apoyar a los arrestados” y contra la actuación judicial, que ha demostrado cómo se enriquecieron los sindicatos. “Queríamos denunciar las detenciones absolutamente innecesarias, abusivas y casi de secuestro”, señaló Carbonero en la cadena Ser.
El vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Fernando de Rosa, condenó los insultos lanzados contra Alaya: "Que se presione a una juez con unas manifestaciones ante las puertas del juzgado, increpándola e insultándola, es una de las escenas más tristes que últimamente he visto en nuestra sociedad", indicó de Rosa. En la misma línea se mostró el fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce.
“La gente está muy 'quemada' y en esas actitudes ha podido influir que los procesos de detención que se han llevado a cabo han sido injustos. Lo importante es que un proceso de estas características no tenga esta dilación en el tiempo, que acabe cuanto antes y que se resuelva ya; no es bueno que se eternice”, explica Dionisio Valverde, ex vicesecretario general de UGT Andalucía, en declaraciones a El Confidencial.
Alaya “habla” por sus gestos y autos
Valverde, que señaló a este diario que consideraba posible que la publicación del despilfarro en comilonas y fiestas en la anterior gestión de UGT se podría deber a “una vendetta de personas que salieron en el ERE interno”, no entiende cómo Alaya ha podido mantener imputados durante dos años y pico. “Me parece una barbaridad que haya gente que pueda estar así durante dos años y se la llame a declarar”, sostiene el ex mano derecha de Manuel Pastrana en UGT Andalucía.
La juez jamás ha concedido una entrevista, ni habla a su entrada en el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla. Es más, incluso requisa los móviles a los abogados y a los que llama a declarar. También prohíbe que se graben sus interrogatorios. Alaya no habla, pero sí lo hace a través de “sus gestos y autos, susceptibles de crítica porque son opinativos”, relata a El Confidencial un destacado miembro de la Ejecutiva Regional del PSOE andaluz.
Este socialista comparte la misma idea que expresó la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, el pasado viernes en el programa de Carlos Herrera en Onda Cero: ni aplaudir ni criticar a los jueces en la puerta de los juzgados. Alaya fue arropada el pasado 25 de julio por el colectivo La Resistencia en la declaración ante la juez de Manuel Gómez, ex interventor general de la Junta de Andalucía, e imputado en la trama de los ERE.
Los claroscuros de la instrucción
“Lo que tienen que dejar es a los jueces tranquilos. Hay jueces, como Alaya, que se exhiben; deberían ser más discretos”, explica un dirigente del PSOE andaluz, tras criticar una instrucción de la magistrada sevillana “demasiado larga” que podría dar lugar a sentencias “frustrantes” como la de Malaya. “La instrucción en España es muy lenta y laboriosa; se lleva hablando de cambiarla desde hace mucho tiempo y se debería hacer para evitar lo que está pasando con Alaya”, añade este socialista.
“Que un juez se haga protagonista nunca es bueno: mientras más desapercibido pase, mucho mejor”. Alaya seguirá siendo el foco de atención del escándalo de los ERE, con una instrucción muy cuestionada por sus formas, como ya adelantó El Confidencial, llena de claroscuros.
La juez más polémica de España, instructora de macrocausas de corrupción en Andalucía, ha despertado un 'pim, pam, pum' entre sindicatos, 'asociaciones projueza' y políticos. Unos la defienden a ultranza, otros la quisieran desde hace tiempo en la cuneta profesional. Alaya es una ‘Garzona’, un personaje mediático que transciende la Justicia. “La juez de porcelana”, expresión acuñada por el escritor Antonio Soler, resiste las presiones a favor y en contra. Sólo ella sabe hasta cuándo.