Gibraltar advierte del impacto del bloqueo en la economía de Cádiz

El Gobierno de Gibraltar cuenta con la experiencia de haber sufrido un Muro de Berlín. “Ya hemos vivido casi 20 años con la Verja cerrada. Eso, lejos de debilitarte, te fortalece, sobrevivimos perfectamente y España lo sabe”, subrayan fuentes cercanas a las autoridades gibraltareñas. La presión política y fiscal del Ejecutivo español contra la colonia británica hundirá la economía de toda la Comarca de Gibraltar, en especial la de La Línea de la Concepción, ya que hay 6.000 vecinos de este municipio gaditano que trabajan en el Peñón. Además, 30.000 españoles cruzan a diario la frontera y 10.000 españoles tienen empleo en la colonia.

Gibraltar es uno de los empleadores más importantes de la provincia de Cádiz. Y con esta gran baza cuenta el Gobierno gibraltareño. “Si vas contra un ente económico como el nuestro está claro que dificultas el potencial de empleo y la distribución de riqueza, que va disminuyendo bastante”, precisan estas mismas fuentes. Destacan que la prensa local de la zona (Europa Sur y Área) e incluso el PP de La Línea de la Concepción no están de acuerdo con las medidas de bloqueo que pretende el Ministerio de Asuntos Exteriores, como la posible implantación de un peaje de 50 euros por entrada y salida del Peñón.

“Las medidas de bloqueo”, añaden estas mismas fuentes gibraltareñas a este diario, “no sirven para nada: “No son ni productivas ni constructivas, sino que destruyen a ambos lados de la frontera”. El Gobierno de Gibraltar, sorprendido por el plan de retirada de todas las concesiones de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, calcula que si se adopta este peaje, supondría una recaudación de 36.000 euros al día, frente a los 10 euros que cuesta la tasa por congestión en el centro de Londres o los 40 euros al año que cuesta en Suiza la utilización de las autopistas.

El Ejecutivo de la colonia extraña no sólo del fin del Foro Tripartito, impulsado durante la etapa de Miguel Ángel Moratinos al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, sino de cómo el ministro Margallo rechaza mantener cualquier tipo de vinculación con el Ejecutivo gibraltareño. En la colonia británica consideran que esta medida no hará si no producir más problemas y crear más incertidumbre sobre un territorio siempre con demasiados intereses en disputa.

Contra los “torturadores” y a favor del arrecife

Al margen de las acusaciones de ciudadanos gibraltareños contra efectivos de la Guardia Civil a los que se les tildaba de “torturadores”, insultos rechazados por el Ejecutivo gibraltareño, uno de los problemas que ha desatado el conflicto en la zona radica en los bloques de hormigón que se está arrojando al mar en aguas en las que faenan pescadores españoles. El Gobierno de la colonia cree que se trata en realidad de un arrecife artificial, del estilo de los que ha construido la Junta en la costa andaluza. “Así tratamos de cuidar el medio ambiente y reavivar la fauna marina. Este arrecife no estaba siendo usando como caladero, afecta a muy poca gente”, indican fuentes del Ejecutivo gibraltareño.

Fuentes de la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles) ya destacaron en declaraciones a este diario que este nuevo conflicto es “una cuestión política”. “Nos vemos involucrados en este enfrentamiento por culpa de la alta permisividad del Gobierno de Gibraltar y por ciertas actitudes que no se pueden permitir de ciudadanos del Peñón hacia los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”, denuncian.

La alcaldesa de localidad gaditana de La Línea de la Concepción, Gema Araujo (PSOE), anunció el domingo que convocará este lunes "con carácter de urgencia" a la constituida Mesa de Gibraltar para tratar los pormenores originados a tenor de las retenciones que se producen estos días en la frontera con la colonia británica, así como la creciente tensión a ambos lados de la Verja.