La Junta tiembla ante la venganza del “chorizo, putero y alcohólico” de los EREs falsos

Los nuevos escándalos de la trama de los EREs falsos provocan nervios no sólo en San Vicente, la sede del PSOE andaluz, sino en dirigentes socialistas que hasta ahora permanecían callados. “Es un chorizo, un putero y un alcohólico”. La frase es propiedad de Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, y se refiere a Francisco Javier Guerrero, exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía.

El principal ejecutor del fondo de reptiles de 700 millones de euros que él mismo desveló hace poco menos de un año a la juez Mercedes Alaya, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, recibió esta semana este inesperado azote dialéctico de Rodríguez Villalobos (no en un canutazo de los periodistas, sino nada menos que en el pleno de la Diputación sevillana), que muestra cómo en lo orgánico (el PSOE) y en la Junta cunde el miedo ante nuevos tirones de la manta del exalto cargo de la Consejería de Empleo.

Guerrero declarará ante la magistrada el próximo 7 de marzo. En esta cita judicial se prevé que quien fuera mano derecha de los exconsejeros José Antonio Viera y Antonio Fernández aporte más datos y documentación que implique a Viera y Fernández, muertos políticamente y a los que José Antonio Griñán abandonó a su suerte. La autodestrucción del PSOE sevillano y la dimisión como secretario general de Viera despejó el camino.

El argumento de la Junta de Andalucía (“Lo de los EREs es cosa de cuatro golfos”) hace ya meses que no se corresponde con la realidad, de ahí los nervios de socialistas como Rodríguez Villalobos. Sostiene el abogado de Guerrero, Fernando de Pablos, que las palabras de la Diputación de Sevilla son “fruto de un calentón”. Lo que más ha dolido al exdirector general de Trabajo es que se le tache como “putero”. “Se ha pasado con la terminología y un presidente que representa a una diputación debe cuidar su lenguaje”, argumenta de Pablos.

El presunto puterío de Francisco Javier Guerrero tiene su origen en la declaración ante la Guardia Civil de Juan Francisco Trujillo, exconductor de Guerrero, más conocido como el chófer de la cocaína, como publicó El Confidencial, que aseguró que ambos dilapidaban los fondos de los parados andaluces en juergas, alcohol y polvo blanco, es decir, en coca. Entre cubatas y música, diseñaban el monumental engaño. “Una tarde, tras dejar aparcado el vehículo oficial de la Junta, Guerrero le explicó a su subordinado el modus operandi tomando un trago: ‘Yo reparto el dinero para ayudas sociolaborales y no tengo necesidad de justificar nada”.