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Ascenso y caída de Del Nido, el ‘pajarito’ que acabó en la jaula
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EL PRESIDENTE DEL SEVILLA, CONDENADO A SIETE AÑOS DE PRISIÓN

Ascenso y caída de Del Nido, el ‘pajarito’ que acabó en la jaula

El abogado José María del Nido se convirtió en el “gurú” y en la cabeza pensante que guió los pasos de Julián Muñoz en la conquista

Foto: Ascenso y caída de Del Nido, el ‘pajarito’ que acabó en la jaula
Ascenso y caída de Del Nido, el ‘pajarito’ que acabó en la jaula

El abogado José María del Nido se convirtió en el “gurú” y en la cabeza pensante que guió los pasos de Julián Muñoz en la conquista del poder en Marbella allá por finales de los noventa. Sin embargo, lo que en aquel entonces eran dinero y parabienes para el actual presidente del Sevilla, ayer trocó en un duro varapalo que puede hacer que acabe con sus huesos en la cárcel.

Julián Muñoz figuraba en la casi totalidad de las 23 sociedades municipales creadas por los abogados de Jesús Gil, sociedades posteriormente investigadas por desviar fondos municipales al Atlético de Madrid, por fraude a la Seguridad Social y por emisión de “facturas falsas”. Muñoz sabía que estampar la firma en esos papeles iba en su sueldo. Pero con el ‘Caso Camisetas’, a Muñoz le tembló el pulso y acabó imputado en el proceso.

Esa tesitura fue aprovechada por Del Nido, actual presidente del Sevilla, para ejercer como abogado de Muñoz y “tejer sus amistades”. El juicio fue duro y la sentencia inhabilitó a Jesús Gil y Pedro Román como alcaldes pero, casualidad del destino, Muñoz quedó absuelto. Fue entonces cuando Del Nido le puso en bandeja de plata la alcaldía a su “protegido”. No hay duda: el togado fue el artífice de la ascensión meteórica de Julián Muñoz en Marbella.

Del Nido se convirtió en el hombre de confianza de Julián Muñoz y en el principal letrado del Ayuntamiento y sus 32 sociedades municipales. Poder llama a poder. Jesús Gil no veía estas amistades peligrosas con buenos ojos. Nunca le gustó este abogado sevillano de “poco pelo” y desconfiaba constantemente de él. Siempre tuvo claro que “defendido y letrado” serían condenados algún día. Así lo manifestó abiertamente en distintas entrevistas que concedió a este medio: “El ‘pajarito’ (como llamaba despectivamente a Del Nido) tarde o temprano acabará entrando en la jaula, es un golfo, y su marioneta, Julianín, tres cuartos de lo mismo. Son como José Luis Moreno y su muñeco”.

Julián Muñoz, que había dejado el bar por su cetro en la alcaldía, defendía a capa y espada a Del Nido. No dejaba que nadie manchara su honor. Incluso cuando los técnicos del Ayuntamiento denunciaron sus altas retribuciones y el trato de favor que se dispensaba a algunas de las empresas relacionadas con el abogado. Pero no lo pudo tapar por mucho tiempo. El escándalo estalló mediaticamente, cuando el prófugo y exconcejal Carlos Fernández hizo la denuncia pública.

Sinergia pura y dura

La “sinergia” entre  José María del Nido y Julián Muñoz era tal que, según cuentan los que trabajaban con ellos en el Ayuntamiento, el máximo edil no sabía dar un paso si no se lo marcaba antes el abogado. Casi coincidiendo con el nombramiento de Julián Muñoz como alcalde en funciones, Del Nido se situó en un despacho contiguo en el Consistorio. Solo les separaba una puerta, lo que da una idea de la dependencia que tenía ‘Cachuli’ de su ‘pajarito’.

Gil nunca escatimó críticas a ambos, esgrimiendo que fue Del Nido el que organizó el entramado que permitió a Muñoz desviar su patrimonio. Para ellos, Gil solo era un “cero a la izquierda” y ninguno “echaba cuentas”. Iban a lo suyo y punto. Del Nido tenía mucho trabajo asumiendo la defensa de los miembros de la corporación municipal y, sobre todo, la de Julián Muñoz, el alcalde con más procedimientos en su contra de España. Defender casi un centenar de causas era todo un reto.

Muñoz fue absuelto en numerosos casos como los de Moansa, Sierra Blanca o el patrocinio del jinete Azpitarte. Y viendo que “se escapaba de todo”, se iba creciendo. Hasta ese momento había conseguido salir indemne en los juzgados gracias a la defensa de su ‘superhombre’: “Al final, con un buen abogado nunca pasa nada”. Hasta que llegó la sentencia del ‘Caso Minutas’, que ha hecho que su refranero pierda sustancia: siete años y medio de prisión para el abogado y la misma pena para el cliente.

En esta ocasión, el mimetismo entre ambos ha sido tal que el letrado y  el ex alcalde han sido condenados por fraude en concurso con prevaricación y malversación de caudales públicos.

Dos vidas (y dos matrimonios) paralelos

Los gustos de ambos son coincidentes. Del Nido se separó de su esposa, la abogada Ángeles Carrasco, también condenada en el ‘Caso Minutas’ a dos años de cárcel por malversación de caudales públicos, al tiempo que lo hiciera Julián Muñoz. A diferencia de su compañero, el presidente del Sevilla se mostró discreto y generoso con la madre de sus hijos.

La sala tercera de la Audiencia Provincial de Málaga ha considerado que existen suficientes indicios para concluir que Muñoz favoreció a su amigo para que éste se enriqueciera a costa del erario municipal. Jesús Gil se preguntaba si Del Nido actuaba como único beneficiado en estos “tejemanejes” o si repartía las ganancias con su “cliente”. El regidor acusaba a Del Nido de ser quien puso a buen recaudo el dinero de Julián Muñoz y que las cuentas de ambos se desviaron a Luxemburgo.

Para unos, el presidente del Sevilla es el testaferro de Muñoz, para otros, Julián Muñoz es la ‘marioneta’ del abogado. Al juez le da igual lo que sean. Lo único que tiene claro y ha probado es que ambos deberán penar con la condena de siete años y medio de su libertad.  

El abogado José María del Nido se convirtió en el “gurú” y en la cabeza pensante que guió los pasos de Julián Muñoz en la conquista del poder en Marbella allá por finales de los noventa. Sin embargo, lo que en aquel entonces eran dinero y parabienes para el actual presidente del Sevilla, ayer trocó en un duro varapalo que puede hacer que acabe con sus huesos en la cárcel.

José María del Nido