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Santana: la historia del mayor fracaso industrial de la Junta
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LA FÁBRICA EMPLEABA A 1.200 TRABAJADORES EN LINARES

Santana: la historia del mayor fracaso industrial de la Junta

Quince años después y tras invertir 600 millones de euros, la Junta de Andalucía fracasa en su intento de reflotar Santana Motor. El Gobierno andaluz lanza

Foto: Santana: la historia del mayor fracaso industrial de la Junta
Santana: la historia del mayor fracaso industrial de la Junta

Quince años después y tras invertir 600 millones de euros, la Junta de Andalucía fracasa en su intento de reflotar Santana Motor. El Gobierno andaluz lanza ahora Linares-futuro, un plan que vislumbra otras inversiones, pero lejos de la automoción. Es el definitivo sayonara a esta localidad jienense como centro de producción automovilística nacional.

La fábrica empleaba a 1.200 trabajadores de Santana. El acuerdo laboral firmado esta semana contempla prejubilaciones para 792 personas mayores de 50 años y recolocar a los menores de 50 en empresas de la zona con contratos indefinidos y bajo el convenio del metal. La Junta y el PSOE se alegran de este fin. El portavoz del PP en el Ayuntamiento linarense y en la Diputación de Jaén, Antonio Martínez, no oculta su disgusto por los efectos en una ciudad con una población de 62.000 personas y 7.000 desempleados. "Es un día de luto para Linares, nosotros no vamos a apoyar a los enterradores de Santana”.

La situación era ya insostenible. Sólo en los dos últimos años la empresa arrojó pérdidas de 80 millones de euros. La Junta de Andalucía controlaba el 100% del capital de la compañía. Tanto Manuel Chaves como José Antonio Griñán no contemplaron en ningún momento retirarse de Santana, pero la escasa competitividad de sus modelos, falta de pedidos y sobre todo el fin de la fabricación del Suzuki Jimny impidieron el despegue empresarial.

La historia de Santana Motor se remonta a 1956. En ese año se creó la Metalúrgica de Santa Ana para fabricar maquinaria agrícola. Suzuki aterrizó en Linares en 1982, cuando se había acabado la licencia de fabricación de los automóviles todoterreno Land Rover, iniciada en 1961. En 1991 se convirtieron en el accionista mayoritario. Y en 1993 tomaron el 83,75% del accionariado y apenas dos años después se retiraron por completo de la empresa.

La Junta de Andalucía se hizo cargo de la empresa con el objetivo de buscar un socio industrial y más carga de trabajo. Mientras, continuó inyectando dinero para intentar salvar a Santana Motor. La Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía adquirió en 2007, por 8,1 millones de euros, unos terrenos industriales de 46.497 metros cuadrados propiedad de la empresa. No sirvió de nada.

Las negociaciones de la Junta con la italiana Iveco y la rusa TagAz fracasaron a finales de 2010. Los empleados de Santana Motor empezaron el año sabiendo que el final estaba más cerca que nunca. El Gobierno socialista promociona Linares-Futuro como la solución definitiva a los males empresariales de la zona y avanza la presencia de fábricas de fibra óptica y centros tecnológicos de vanguardia.

Los linarenses no se creen este plan Marshall de la Junta de Andalucía. Griñán ordenó la presencia en el municipio de hasta tres consejeros (Empleo, Innovación  y Hacienda) como operación de marketing para para vender el acuerdo. Pero fueron tantas veces las que prometieron que jamás se cerraría la planta automovilística que ahora sólo espera que el motor arranque otra vez, San.

Quince años después y tras invertir 600 millones de euros, la Junta de Andalucía fracasa en su intento de reflotar Santana Motor. El Gobierno andaluz lanza ahora Linares-futuro, un plan que vislumbra otras inversiones, pero lejos de la automoción. Es el definitivo sayonara a esta localidad jienense como centro de producción automovilística nacional.