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Los funcionarios de la Junta acorralan a Griñán en el Palacio de San Telmo
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LA DEBACLE DEL GOBIERNO ANDALUZ (I)

Los funcionarios de la Junta acorralan a Griñán en el Palacio de San Telmo

Llámenlo/a Alberto o Pepa. Rozando los cuarenta. Formación superior. ¿Sueldo? 40.000 brutos al año. Tiene un puesto de estructura en la Junta de Andalucía, logrado por

Foto: Los funcionarios de la Junta acorralan a Griñán en el Palacio de San Telmo
Los funcionarios de la Junta acorralan a Griñán en el Palacio de San Telmo

Llámenlo/a Alberto o Pepa. Rozando los cuarenta. Formación superior. ¿Sueldo? 40.000 brutos al año. Tiene un puesto de estructura en la Junta de Andalucía, logrado por oposición, y se rebela (¡y de qué manera!) contra el decretazo del enchufismo de Griñán. En la Andalucía del régimen socialista (30 años consecutivos de poder), los hay que teniendo su puesto fijo y con sólida preparación intelectual temen represalias de los jefes que actúan de comisarios y chivatos de altos cargos. Aquí un ejemplo palpable de cómo se cocina la debacle del Gobierno andaluz.

Después de trabajar en la empresa privada, donde ahora mismo podría ganar el doble, decidió cumplir con su “vocación de servicio público”. No entiende cómo la Junta de Andalucía pretende instaurar una administración paralela que hará funcionarios a 20.000 personas sin ningún examen. “Tengo conciencia social, lo que quiero es que haya igualdad y, por encima de todo, que no se abuse de nadie”, explica este funcionario a El Confidencial.

Los empleados públicos andaluces protestan (el 13 de noviembre lo hicieron 40.000  personas) no porque les hayan reducido el sueldo, quieran trabajar menos horas o sean del PP. La reprobación no cumple parámetros ideológicos. Es variopinta: gente de Izquierda Unida. Los que desean en el poder a su Mesías Javier Arenas. Y también votantes socialistas. Su lucha es otra, lejos de la política, aunque nadie obvia que los populares intentan aprovechar la coyuntura para desestabilizar aún más al ya de por sí debilitado Ejecutivo Griñán. UGT denuncia que el discurso del sindicato CSIF, el más batallador en esta guerra, “tiene conexión directa con el del PP”.

El decreto-ley 5/2010 contempla la creación de agencias públicas en las que se mezclará a los funcionarios con el personal laboral. A los funcionarios no se les obligará su trasvase a esas agencias públicas pero, si no lo aceptan, precisan los sindicatos, “se les hará la vida imposible”. Y cuando se conviertan en personal laboral, la Junta podrá implantar un ERE y “nos echarán a todos a la calle”.

“Los enchufados del PSOE”

A los empleados públicos no les gusta nada que a partir de ahora para los puestos de altos directivos no se exija un funcionario de carrera, ni que tampoco se tenga en cuenta la experiencia en este puesto. “Imagínate quiénes van a entrar ahí, los enchufados, los que tienen carné del PSOE. Mis amigos me dicen que por qué no monto un blog y cuento toda la verdad”. Facebook cuenta con grupos como este: Por una Administración Pública Andaluza más justa y eficiente que la actual.

Una funcionaria de la Junta cuenta su opinión, bien distinta a la de su compañero. Eso sí, también a condición del anonimato. Salvo los portavoces sindicales nadie se quiere mojar. Hablan a las claras, pero sin identificarse. Esta empleada pública, pongamos que su nombre es Victoria, no cree que ningún funcionario vaya a perder sus derechos. “El decreto permitirá una fórmula más parecida a la empresa privada; es solidario, lo que falta es gestionar bien todo esto y dialogar mucho más. Hay mucha desinformación, en ningún sitio está escrito que se entrará sin oposición”.

Otra clave. Dentro de dos meses se celebran elecciones sindicales en el sector público y los representantes de los trabajadores están ya de precampaña intentando captar adeptos a su causa. “Hay sindicatos”, argumenta Victoria, “que movilizan a la gente de modo poco transparente y otros que lo han hecho porque si no se quedaban sin espacio”.

Andalucía podría servir de “laboratorio o conejillo de Indias” para que el Gobierno Central implante este decreto en toda España y lo adopten otras comunidades autónomas. “No lo podemos permitir”, añade Alberto/Pepa, quien considera que esta norma se convertirá en el comienzo de la externalización de la Junta. El Gobierno andaluz niega la privatización de los servicios.  

Productividad y motivación

¿Hacen falta controles de productividad en la administración sureña? El estatuto básico del empleado público ya lo contempla. “Lo que sí echamos de menos es la falta de reconocimiento  porque da igual lo que hagas. Queremos objetivos claros para estar más motivados”, señala Victoria, “harta de que desde fuera nos desprestigien; es un problema que empiece a calar en la opinión pública que no hacemos falta. Ya sabemos lo que sí hará Mariano Rajoy si gana en 2012: adaptar el modelo Cameron y despedir a funcionarios”.

Los empleados de la administración andaluza continúan sus movilizaciones. No hay ya acto público en la comunidad autónoma al que asista Griñán o un consejero de la Junta que carezca de una orquestada sinfonía de silbatos y pitadas. Al ruido le acompaña el atrezzo de pancartas y caretas bufonas con el rostro del presidente andaluz.

La movilización se fue de las manos el pasado jueves. En Torretriana, el edificio administrativo más grande de Andalucía (trabajan 2.000 personas, unos 700 son funcionarios), la Policía nacional agredió a un grupo de empleados públicos que querían protestar en la mesa de diálogo convocada por la consejera de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía, Carmen Martínez Aguayo. Anunciaron la toma del Palacio de San Telmo. La rueda de prensa de Griñán y la ministra Rosa Aguilar del pasado sábado cumplió con el guión previsto: grupos de funcionarios enrabietados en las puertas de la Presidencia de la Junta.

Martínez Aguayo calcula que la reforma de la administración andaluza supondrá un ahorro de 180 millones de euros, aunque esta cifra será menor, ya que las agencias públicas aumentarán los gastos salariales de la Junta, como reconoció ayer la consejera en una entrevista concedida a El País, en la que admite su error: “Nos hemos equivocado en algo”.

Griñán, a instancias de su consejera, no piensa derogar el decreto, como solicitan los sindicatos más activos, CSIF y USTEA. El presidente de la Junta de Andalucía no contaba con esta revuelta que acorrala a un jefe del Gobierno andaluz “al que se le ha puesto mala cara; está más desganado”, como señala a este diario el director de una empresa de recursos humanos de Andalucía. Si es que hasta ya su número 2 (Mar Moreno) confiesa que Griñán tomó el timón en medio de una “tormenta perfecta”, tan perfecta que se adivina el comienzo de la debacle socialista.

Llámenlo/a Alberto o Pepa. Rozando los cuarenta. Formación superior. ¿Sueldo? 40.000 brutos al año. Tiene un puesto de estructura en la Junta de Andalucía, logrado por oposición, y se rebela (¡y de qué manera!) contra el decretazo del enchufismo de Griñán. En la Andalucía del régimen socialista (30 años consecutivos de poder), los hay que teniendo su puesto fijo y con sólida preparación intelectual temen represalias de los jefes que actúan de comisarios y chivatos de altos cargos. Aquí un ejemplo palpable de cómo se cocina la debacle del Gobierno andaluz.

Funcionarios José Antonio Griñán