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La sombra de Jesús Gil marca el juicio del 'caso Malaya' seis años después de su muerte
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EL PROCESO ARRANCA HOY EN MÁLAGA

La sombra de Jesús Gil marca el juicio del 'caso Malaya' seis años después de su muerte

All That Jazz. Malaya ha comenzado. La gota que dio el nombre a la mayor trama de corrupción llevada nunca a juicio en España inunda hoy

Foto: La sombra de Jesús Gil marca el juicio del 'caso Malaya' seis años después de su muerte
La sombra de Jesús Gil marca el juicio del 'caso Malaya' seis años después de su muerte

All That Jazz. Malaya ha comenzado. La gota que dio el nombre a la mayor trama de corrupción llevada nunca a juicio en España inunda hoy la Ciudad de la Justicia en Málaga con sus aguas turbulentas. Un total de 95 imputados intentan deslucir su acusación, detrás de la sombra del que fue su maestro de ceremonias: Jesús Gil. El proceso será claramente un juicio al gilismo. Como si de una función de teatro negro se tratara, con una iluminación estratégica de juego de luces y sombras a la manera de Stanislavsky, las defensas intentarán desde esta mañana irisar los 200.000 folios que engrosan un sumario en el que se prueba que uno a uno de sus figurantes contribuyó a saquear los bienes públicos de un municipio. Las acusaciones prevén que la estrategia de defensa de buena parte de los acusados, especialmente los ex concejales, tenga como objeto cargar sus presuntas irregularidades a las espaldas de Jesús Gil.

Gil siempre comentaba en las entrevistas que concedía que él, como el Cid Campeador, quería campar después de muerto a lomos de Imperioso y seguir en el campo de batalla. Y esta vez lo va a conseguir. Su grotesca sombra reluciría entre bambalinas en la Audiencia Provincial de Málaga. No sólo en los argumentos de las defensas de muchos de los acusados, sino en el mismo modus operandi de sus mismos pupilos, que responderán a su imputación en la trama de corrupción municipal amparados en el irregular modelo de gestión instaurado por el ex alcalde en Marbella. Cuentan allegados al ex regidor que pocos meses antes de morir Gil le dijo la famosa frase a Roca de “vete y se feliz” cuando se vio traicionado en el reparto de las comisiones que tenían establecidas en el organigrama. Ahora Roca lo tendrá en cuenta.

La Junta, también culpable

Roca no lo tiene fácil. Tal y como adelanto El Confidencial, la sombra de la duda no solo planeara sobre Jesús Gil. También esta vez empañará a la Junta de Andalucía y empezarán a revelarse datos en este proceso sobre los responsables del organismo que consintieron lo que ocurrió en este periodo. Rocío Amigo, la abogada de Juan Antonio Roca -al que la fiscalía pide 30 años de prisión; el Ayuntamiento marbellí, 39 años y la Junta de Andalucía, 40 años-, precisa en el pliego de alegaciones que “la Junta ha convalidado, casi al 100%, el instrumento de planeamiento de la ciudad".

En su escrito, rechaza una por una las acusaciones de blanqueo, prevaricación, malversación, fraude y cohecho para el que han dibujado como principal imputado de la trama. "Cada uno de los hechos consignados contaron con la anuencia de quien hoy acusa, que estaba (o debió estar) ejerciendo sus preceptivas labores de control". Según ha sabido este periódico de una de las defensas, durante la vista se producirán muchas sorpresas en este macrojuicio. “Testificaciones de los imputados que hasta ahora nadie pensó que pudieran hacerse publicas, se harán”, explican.

Juan Antonio Roca no sólo rechaza uno a uno los argumentos de sus acusaciones del caso Malaya, sino que va más allá y pergeña una critica a los impedimentos que hubo en una etapa en la que no se permitió a los equipos de gobierno del GIL que dirigieron Marbella entre 1991 y 2006 que abordaran la modernización del municipio por intereses "puramente partidistas" y mero "enconamiento personal" de quien debía "velar por el buen fin de la economía" local, en alusión a la Junta de Andalucía, que condujo al Ayuntamiento a una situación financiera "insostenible".

El juicio durará lo que quiera Roca

La duración del proceso va a estar determinada por la declaración de Roca. En tiempo material, el proceso se ha cuantificado en más de un año. Pero dependerá ante todo de los acuerdos con los acusados, y, sobre todo, de si Roca se decide a “contar todo lo que sabe y hasta ahora no ha dicho”. ¿Tirara de la manta? Esa es la gran pregunta que se hacen los magistrados José Godino, Rafael Linares y Manuel Caballero-Bonald que desde esta mañana, toga en cabeza y martillo en mano, están dispuestos a sentenciar bajo la óptica de miles de miradas.

La Fiscalía Anticorrupción pide en su conjunto penas que suman más de 450 años de prisión y reclama multas que superan los 4.000 millones de euros. Dentro de la sala se han dejado varias hileras de sillas para que entre el público, y varias cámaras retransmitirán a través de una señal institucional el plenario para los más de 350 periodistas acreditados. Las unidades móviles de las cadenas de televisión ya llevan varios días de guardia fuera de la Ciudad de la Justicia, y se ha acotado una zona para el photocall de los acusados. Reserven sus asientos. All That Jazz.

All That Jazz. Malaya ha comenzado. La gota que dio el nombre a la mayor trama de corrupción llevada nunca a juicio en España inunda hoy la Ciudad de la Justicia en Málaga con sus aguas turbulentas. Un total de 95 imputados intentan deslucir su acusación, detrás de la sombra del que fue su maestro de ceremonias: Jesús Gil. El proceso será claramente un juicio al gilismo. Como si de una función de teatro negro se tratara, con una iluminación estratégica de juego de luces y sombras a la manera de Stanislavsky, las defensas intentarán desde esta mañana irisar los 200.000 folios que engrosan un sumario en el que se prueba que uno a uno de sus figurantes contribuyó a saquear los bienes públicos de un municipio. Las acusaciones prevén que la estrategia de defensa de buena parte de los acusados, especialmente los ex concejales, tenga como objeto cargar sus presuntas irregularidades a las espaldas de Jesús Gil.

Juan Antonio Roca