El infierno de San Celedonio: otra residencia convertida en ratonera

Su nombre completo es Centro de Mayores Santísima Virgen y San Celedonio. Está ubicada en Madrid, en la calle Condes del Val 11, a solo unas manzanas del Santiago Bernabéu. Y para desgracia de los ancianos que viven y reciben asistencia allí, es una nueva ratonera a causa de la infección del virus Covid-19. El primer residente en morir fue hace once días. Y desde entonces, la cifra no ha dejado de aumentar. Ya son doce y sin solución a la vista, como denuncian familiares y trabajadores.

Antes de que San Celedonio, tutelada por una fundación del Arzobispado de Madrid, se convirtiera en un lugar de muerte ha llegado a alojar a 163 residentes. A día de hoy, el complejo cuenta con 145 ancianos, de los cuales 30 están aislados con sintomatología clara, cinco en situación grave, y otros diez tienen síntomas iniciales. En total, el coronavirus tiene a un tercio en cuarentena y a los otros dos en riesgo de contagio.

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La situación es crítica. Cinco fallecidos llegaron al hospital, donde dieron positivo por Covid-19. Otros siete lo han hecho en la residencia con síntomas claros, pero sin diagnóstico. “Hace días que en la Comunidad de Madrid los hospitales no admiten derivaciones de personas de residencias con deterioro cognitivo y en situación clínica muy grave”, explica con pesar un directivo de la residencia. “El virus está generalizado y sin control”.

El patrón de San Celedonio es similar al de otras residencias de ancianos convertidas en focos de contagio. “No se cuenta con los medios necesarios para la atención que requieren las personas mayores”, reconoce otro trabajador, que además denuncia la exposición del personal que atiende a los mayores de manera permanente. El 50% de de la plantilla está en cuarentena y solo se ha podido cubrir la mitad de las plazas. “Falta personal”.

Llamada de auxilio

La llamada de auxilio del equipo gestor al Arzobispado ha sido infructuosa. O demasiado tarde. O todo a la vez. El pasado domingo 8 de marzo, la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid emitió una instrucción a todas las residencias de mayores de la región, públicas y privadas, para limitar las visitas con el objeto de disminuir el riesgo de infección por coronavirus. En esa fecha, había solo ocho fallecidos por el virus.

Las personas mayores han sido las primeras en caer a manos del Covid-19. El viernes 6 de marzo, una semana antes del anuncio del estado de alarma, Madrid cerró los 213 centros de mayores de la región tras la muerte de los dos ancianos. Hasta ese momento, los fallecidos eran mayores de 73 años y tenían patologías previas. Desde entonces, los focos en residencias se han multiplicado: Madrid, Valdemoro, Torrejón, Morata de Tajuña…

Falta de recursos

En el caso de San Celedonio, la situación se ha complicado cada día. Al tiempo que aumentaba el número de infectados caía el número de trabajadores, además de padecer la falta de material adecuado para esta eventualidad, como la mayoría de centros de estas características. Tenía una unidad especializada en Alzheimer y demencias, además de personal especializado en geriatría, pero todo eso ha resultado inútil.

La situacipon es tan crítica que ayer jueves el ministro de Sanidad, Salvador Illa, adelantó un protocolo (futura orden ministerial) de actuación para los profesionales sanitarios de estos centros. Por su parte, el vicepresidente segundo Pablo Iglesias anunció un paquete de ayudas económicas para reforzar la atención domiciliaria de personas mayores; mantener y aumentar las plantillas de los centros sociales y residencias de mayores; y asistir a personas sin hogar.