Feijóo aguarda la "invitación" de Moncloa para asistir al funeral de Estado por la dana

Las heridas políticas y sociales que provocó la devastadora dana que azotó a la Comunidad Valenciana y que dejó 229 fallecidos siguen sin cicatrizar. A menos de una semana del primer aniversario de la tragedia, la tensión institucional continúa al alza y amenaza con marcar el funeral de Estado que organiza el Gobierno en la Ciudad de las Artes y las Ciencias el próximo 29 de octubre. La prioridad es dejar todo el protagonismo a las familias de las víctimas, cuyas asociaciones rechazan la asistencia de Carlos Mazón.

El acto estará encabezado por los Reyes y por el presidente del Gobierno. Y el jefe de la oposición, por su parte, también quiere estar presente. La aparente urgencia de mantener las distancias con el Ejecutivo en plena competencia con Vox llevó a Feijóo a borrarse de dos actos en los que también participaba Felipe VI. En junio, tras el informe de la UCO que acabó con Santos Cerdán en prisión, se ausentó de un evento en el Palacio Real por el 40 aniversario de la adhesión de España a la UE. Y en septiembre tampoco se dejó ver en la apertura del año judicial por la presencia del fiscal general del Estado, actualmente procesado, y del propio Pedro Sánchez.

Feijóo no quiere descuidar la pugna con un Vox al alza, pero tampoco llevar su órdago institucional tan lejos como Abascal. El pasado 12 de octubre, el líder ultraconservador consumó el progresivo alejamiento con la Corona —que ha ido en aumento desde la ley de amnistía— con la inédita decisión de plantar al Rey y no acudir ni al desfile militar ni a la posterior recepción en el Palacio Real, con la asistencia de Sánchez como justificación. Por ahora, en el equipo de Abascal no aclaran si seguirá el mismo guion con el funeral por las víctimas de la dana.

Génova no cruzará la línea de la "antipolítica" de la que, a ojos del PP, bebe el partido situado a su derecha. En el entorno de Feijóo confirman que su intención es asistir al homenaje el próximo 29 de octubre, aunque, eso sí, aguardan a que llegue una "invitación" por parte de Moncloa. Génova asegura que por ahora no se ha formalizado ese ofrecimiento, e incluso hay quien duda que se pueda producir ante la escalada de tensión política y judicial. Solo un día después, Sánchez se sentará en la comisión de investigación del Senado por la presunta "corrupción" de su entorno político y personal a instancias de Feijóo.

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Pese a las dudas que manifiestan los populares, en Moncloa dan por supuesto que se llamará a Feijóo para acudir al funeral y no se explican que Génova pueda desconfiar al respecto. Se trata de una cuestión básica de "protocolo". "Siempre hemos dado por hecho que él estaría invitado", señalan fuentes gubernamentales. Los precedentes así lo atestiguan. El Gobierno contó con el jefe de la oposición para viajar a El Vaticano, a las exequias de Francisco, como parte de la delegación española que encabezaron los Reyes, y de la que también formaron parte las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz y el ministro Félix Bolaños.

El mismo trato se dispensó al antecesor de Feijóo al frente del PP, Pablo Casado, en el Homenaje de Estado que el Ejecutivo celebró en julio de 2021 para honrar a las víctimas mortales de la pandemia. En aquella ocasión la invitación fue más allá del principal partido de la oposición y se citó a todos los portavoces de los grupos parlamentarios. Solo Abascal declinó el ofrecimiento.

Moncloa no ha hecho público aún quién asistirá esta vez al acto por los fallecidos de la dana, pero las fuentes consultadas ven prácticamente seguro que se vuelva a llamar a los representantes de las formaciones con representación en el Congreso. Con cualquiera de las fórmulas precedentes, Feijóo tiene garantizado un sitio.

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Desde el Ejecutivo se apunta en todo caso a que "se está hablando con las familias primero para empezar por ahí el listado" y, al margen de las principales autoridades del Estado, estarán presentes los allegados de las 237 víctimas mortales —incluyendo a los fallecidos de Castilla-La Mancha y Andalucía—. La opinión de los familiares es que no debe ser un "acto de políticos".

Tensión por la asistencia de Mazón

A diferencia del funeral laico por los muertos por coronavirus, esta vez no está prevista la participación de todos los presidentes autonómicos. Ahora el Gobierno se decanta porque asistan solo los dirigentes de las autonomías afectadas por esa dana: la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía.

Esta criba institucional presenta un inconveniente. La Asociación de Víctimas Mortales Dana 29O rechaza la presencia de Mazón en el funeral. Pero parece difícil que la Moncloa pueda vetar su presencia. En el equipo del presidente regional aseguraban hasta ahora que este acudiría a una cita tan señalada, a pesar del malestar que perdura en una parte importante de la sociedad valenciana por los errores en la gestión de las inundaciones y sus devastadoras consecuencias.

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La tensión escaló este viernes. "Para nosotros es muy doloroso saber que, 12 meses después, la persona que fue el máximo responsable de la muerte de nuestros familiares esté ahí", reiteró Rosa Álvarez, presidenta de la mencionada asociación, que ha mantenido en las últimas horas reuniones con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; y la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé. "Por protocolo es así, pero podría tener la deferencia de no acudir", afirmó. La ministra de Trabajo, por su parte, se limitó a asegurar que, pese al enfado de las asociaciones, el Gobierno "hace institucionalmente lo que tiene que hacer".

Un año después de la tragedia, y pese al ruido interno, Feijóo no ha ejecutado el relevo de Mazón. En Génova persisten las dudas respecto a su continuidad, y tampoco despejan la incógnita de si repetirá incluso como candidato. Si acude finalmente a Valencia, el presidente popular se enfrentará a los fantasmas de un debate que el PP no ha zanjado y que sigue siendo un foco de desgaste. Génova decidió que la fecha de la comparecencia de Sánchez en la Cámara Alta fuese el 30 de octubre, una cita inédita que puede ayudar al PP a diluir la resaca del homenaje a la catástrofe, marcado previsiblemente por las críticas al barón valenciano.