Absuelven a dos acusados de agresión sexual a una mujer en una discoteca en Fuengirola

Un juzgado de lo Penal de Málaga ha absuelto a dos hombres acusados de agredir sexualmente a una mujer en una discoteca de Fuengirola. Uno de ellos, futbolista de categorías inferiores que actualmente juega en Francia, se metió en un reservado con la joven y de mutuo acuerdo comenzaron a tener sexo. Pasados unos minutos, ella se dio cuenta de que un amigo del chico se estaba masturbando al lado en la oscuridad. Al abandonar enfurecida la sala, uno de ellos le agarró del brazo. Ella entiende que la intención era forzarla, pero el juez cree que no.

“No se dan los requisitos para calificar las conductas de los acusados como un delito de agresión sexual. Y por todo ello, en suma, solo cabe el dictado de una sentencia absolutoria”, dice el fallo de la resolución a la que ha tenido acceso este periódico. Sobre el momento del agarrón el juez cree que “la forma en que se produjo dicho agarre, simplemente cogiéndole de la muñeca sin ni siquiera una fuerza relevante, obedecía más a la intención de querer apaciguar la situación, o buscar incluso una explicación para evitar una exposición pública de una forma de actuar tan censurable”.

El juez, de hecho, ni siquiera castiga el gesto de masturbarse a pocos metros de la pareja sin su permiso, ya que no le encaja siquiera en un presunto delito de exhibicionismo: “Recordemos que el exhibicionismo dejó de ser punible, salvo que se realice en lugares públicos y en presencia de menores”. Esta persona era el dueño de la discoteca Benavente, donde se produjeron los hechos 12 de marzo de 2023. Él le prestó a la pareja la llave para que entrasen en el reservado. Minutos después, él también accedió para usar un baño, pero en lugar de marcharse al terminar, se quedó dentro, oculto en la oscuridad.

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Sobre la actitud del otro, el futbolista que entró con la mujer en el reservado de mutuo acuerdo, la sentencia afirma que no hay “el menor indicio de que hubiese conocimiento por su parte de lo que el otro pretendía hacer y que inició, ni ningún tipo de convivencia entre ellos”.

La mujer reaccionó de manera airada al descubrir lo que estaba pasando. Así lo recoge el relato de hechos probados de la sentencia, dictada el pasado 23 de septiembre: “Se dio cuenta de su presencia muy pocos instantes después, cuando su visión se acostumbró a la oscuridad de la estancia, momento en el que entró en cólera”.

Elogia la reacción de ella

Antes de irse, dijo que conocía a gente y que les iba a tirotear. La sentencia disculpa esta reacción en la mujer, incluso elogia su reacción: “Su fortaleza mental de terminar tajantemente con la situación que estaba viviendo es francamente loable porque actuó de una forma absolutamente rotunda pese a la ofuscación que sintió por la situación tan vejatoria y ultrajante que estaba viviendo”. Sobre la amenaza de tirotearles, el juez dice que es “comprensible”.

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La resolución censura la actitud principalmente del joven que se masturbó porque “no cabe la menor duda de que quería ser partícipe en esas relaciones”. Pero añade que “no consta que dicha actitud, aunque censurable desde todos los puntos de vista y calificable con términos absolutamente peyorativos, pueda constituir un delito de agresión sexual”. “Ni siquiera la llega a tocar”, apunta.

Durante el juicio declararon las amigas de la mujer y dieron cuenta que al salir de la sala reservada estaba nerviosa, llorando y repetía que la habían querido violar. Sin embargo, la sentencia detecta contradicciones entre su declaración ante la policía y la que prestó en el juzgado.

En comisaría contó que la relación sexual fue inicialmente consentida, hasta el momento en el que entró en la estancia privada el otro hombre. En ese instante le pidió al chico con que estaba --defendido por el abogado Juan Gonzalo Ospina-- que parase y “él no lo hizo”. En el juzgado indicó que “sí se detenía o bajaba el nivel, disminuía la intensidad de la relación, todas las veces que ella se lo solicitaba”.

La sentencia no cree que la joven mintiese, pero apunta a que “algunos detalles puede recordarlos de una forma exacerbada por lo desagradable de la experiencia vivida, por la victimización secundaria debido a tener que recordar nuevamente y por el hecho de buscar alguna reparación ante la situación tan desagradablemente traumática vivida”.