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El 'homo sanchistus', el aplauso a María Corina y más impuestos: "Que paguen"
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SESIÓN DE CONTROL

El 'homo sanchistus', el aplauso a María Corina y más impuestos: "Que paguen"

Dos clamores han cruzado el Hemiciclo en la sesión de control, uno de izquierda a derecha y otro de derecha a izquierda. El primero pedía más impuestos y el segundo un reconocimiento a la Nobel de la Paz. En medio, la caja B del PSOE

Foto: El PP aplaude a María Corina Machado, "heroína de la democracia y Premio Nobel de la Paz". (Europa Press/Marta Fernández).
El PP aplaude a María Corina Machado, "heroína de la democracia y Premio Nobel de la Paz". (Europa Press/Marta Fernández).
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Hace ahora diez años, un joven Pedro Sánchez felicitó en Twitter a Svetlana Aleksievich por su Premio Nobel de Literatura. Su último libro, que no el mejor, era "El fin del homo sovieticus", una magnífica descripción polifónica sobre el prototipo de persona moldeada por el laboratorio social de la URSS hasta colectivizar individuos narcotizados que después tuvieron que renunciar a sí mismos para hacerse al capitalismo. No fue esa la única felicitación de Sánchez a un Nobel, tampoco de la Paz, y por eso canta por soleares que el Gobierno español se resista a felicitar a María Corina Machado después de recibir tan ilustre reconocimiento. Y por eso esta mañana Cayetana Álvarez de Toledo se ha interesado por ello en una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados que, cómo no, ha pivotado sobre los escándalos de corrupción que cercan al presidente del Gobierno, aunque esta vez han surgido otros temas importantes.

Esta mañana, dos clamores han cruzado el hemiciclo, uno de izquierda a derecha y otro de derecha a izquierda. El primero ha sido un grito y el segundo un aplauso seguido de un silencio. El grito, que pronto lucirán en sus camisetas los jóvenes que aún no se han pasado a Vox, es el principal pegamento de esta izquierda parlamentaria que se sabe minoría, pero que, sin embargo, gobierna. Lo verbalizó Gabriel Rufián, en esa versión capitalina y sofisticada a la que ha evolucionado: “¡Que paguen!, ¡que paguen!”.

El grito del portavoz de ERC reduce la solución al problema de la vivienda a dos medidas: subir impuestos a los ricos y considerar la vivienda un derecho fundamental, como el aborto, a pesar de que la propuesta del Gobierno no sólo no aumenta sino que reduce la protección constitucional a la interrupción voluntaria del embarazo. Rufián, que desde hace tiempo va como un pincel y luce trajes a medida, se empieza a parecer mucho a los ministros de Franco inaugurando viviendas sociales en los años cincuenta. Los extremos se tocan, también en el hemiciclo, donde, cómo no, también se habló de Franco (y de Videla), pero eso fue en el capítulo del aplauso, del que ahora hablaremos.

Foto: gobierno-justifica-corina-nobel-de-la-paz

Así que la proclama de Rufián se sumó a otros gritos previos contra la ricos. El “que paguen” ya resuena como sonó el “que vivan las caenas” o el “que muera la inteligencia”, eslóganes dogmáticos que hacen fortuna en esta España nuestra: a la banca y a las eléctricas se suman ahora los fondos buitre, signifique eso lo que signifique; y a los ricos en general, esos que al levantarse se abotonan la chaqueta ceñida como ahora lo hace Rufián, que también se parece cada vez más a los diputados de la República (la Segunda, no la catalana, que ni existió, ni existe y nada hace pensar que vaya a existir) cuando la cosa se puso fea en el Congreso. Y con esa matraca ya son 81 subidas de impuestos aprobadas (según el instituto liberal Juan de Mariana) por un Gobierno que cubre la falta de Presupuestos haciendo caja, y me refiero a la caja A de Hacienda, no a la B del PSOE.

El problema de subir impuestos como recurso fácil es que por el camino arrasas a la clase media y a los autónomos, esos sufridos ciudadanos a los que ningún Gobierno atiende y a los que este les quiere apretar un poco más el cinturón. Ay, dónde quedó aquel Zapatero que dijo en portada de El País en 2004 que bajar impuestos es de izquierdas.

Y ahí entró Alberto Núñez Feijóo para intentar empatizar con los trabajadores y las familias frente a los “jetas”y los “sinvergüenzas” y vincular la economía general del españolito con el particular crecimiento del entorno del presidente: “Las familias que sufren para llenar la cesta a fin de mes ven cómo en el Partido Socialista y en su Ministerio de Transportes corren los billetes como en un prostíbulo, y su reacción no es disculparse como haría cualquier presidente decente, sino otra subida de impuestos”.

El presidente, a lo suyo, a pesar de que hemos visto los fajos de billetes en el despacho de Ábalos y el logo del PSOE en un sobre con billetes y esta misma mañana la empresaria que dijo haber llevado 90.000 euros a Ferraz se ha ratificado en el Senado. “Son bulos, son mentiras, son insidias. Deje de hablar de la caja B, que si ha existido ha sido en su partido, y mientras tanto este Gobierno seguirá haciendo de España una economía con triple A”. Y esa es la paradoja de nuestra economía, una distorsión entre el poder adquisitivo del españolito y la buena marcha de los indicadores macro. Tiene parte de razón el Gobierno cuando se queja: qué estaríamos diciendo si las agencias de rating estuvieran penalizando a España en lugar de aplaudirla, o si el crecimiento del PIB no fuera el mayor de la zona euro. Pero también tiene razón el PP con las urgencias que sufren las economías familiares, y si los sindicatos y las patronales ya han olido la sangre por algo será.

Y en ese pim pam pum ha irrumpido Álvarez de Toledo (PP): “Les pido que aplaudamos en pie a María Corina Machado, heroína de la Democracia y Premio Nobel de la Paz”. Y ese fue el segundo clamor de la sesión, el aplauso de una bancada popular puesta en pie frente a un Gobierno que permaneció sentado, ajeno, incapaz de explicar los motivos por los que Sánchez no la ha felicitado a pesar de que sí lo hizo con Juan Manuel Santos o con los premiados tunecinos. O a la citada Alexievich.

Me pregunto quién describirá en España el “Homo Sanchistus”, ese que justifica los escándalos de este presidente y las subidas de impuestos con el principal argumento de que, si no, vendrán “la extrema derecha y la derecha extrema” como ha repetido una semana más el ministro Bolaños para equiparar a Vox y al PP y no responder a lo que se le pregunta. ¿Quién describirá a ese ciudadano que cae en las redes propagandísticas de un Gobierno que no responde a la oposición sino que la ataca para retener al 'homo sanchistus', esa víctima del laboratorio que un día engendraron José Luis Ábalos y Santos Cerdán, después perfeccionó Iván Redondo y ahora dirige Diego Rubio. Ese libro está por escribir.

Foto: sindicatos-autonomos-empresas-debilidad-gobierno

El aplauso a María Corina tuvo su dosis de emoción, pero también fue sintomático: no lo siguieron los socios del Ejecutivo, como era de esperar, pero tampoco Vox, comprometido como el que más con la oposición venezolana, pero incapaz de seguir al PP. Fueron 58 emocionantes segundos que cruzaron el Atlántico para dar ánimos a las víctimas de Nicolás Maduro y que en el hemiciclo permitieron visualizar que la pinza existe: un Gobierno incapaz de hacer un gesto hacia la oposición venezolana y un Vox que no acompaña al PP ni cuando están esencialmente de acuerdo.

Hace ahora diez años, un joven Pedro Sánchez felicitó en Twitter a Svetlana Aleksievich por su Premio Nobel de Literatura. Su último libro, que no el mejor, era "El fin del homo sovieticus", una magnífica descripción polifónica sobre el prototipo de persona moldeada por el laboratorio social de la URSS hasta colectivizar individuos narcotizados que después tuvieron que renunciar a sí mismos para hacerse al capitalismo. No fue esa la única felicitación de Sánchez a un Nobel, tampoco de la Paz, y por eso canta por soleares que el Gobierno español se resista a felicitar a María Corina Machado después de recibir tan ilustre reconocimiento. Y por eso esta mañana Cayetana Álvarez de Toledo se ha interesado por ello en una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados que, cómo no, ha pivotado sobre los escándalos de corrupción que cercan al presidente del Gobierno, aunque esta vez han surgido otros temas importantes.

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