Ayuso busca atajos legales para mantener el pulso con el Gobierno por el aborto

"El decreto para crear el registro sigue sus cauces y sus plazos. Es interno y confidencial, no señalas a nadie y garantizas también el derecho de los objetores". "El Departamento de Sanidad ya ha iniciado los trámites para la creación de dicho registro y lo hará dentro de plazo". "No voy a hacer una lista negra de médicos nunca". Aunque no lo parezca, estos tres posicionamientos respecto a la obligación legal de crear un listado de profesionales contrarios a practicar abortos parten de las tres comunidades del PP que se habían quedado rezagadas en el cumplimiento de la ley nacional. Baleares y Aragón cumplirán. Pero Madrid anticipa batalla.

Isabel Díaz Ayuso no está dispuesta a discurrir por el mismo carril que el resto de sus compañeros autonómicos, incluso a riesgo de tensar también la relación con un Feijóo que la semana pasada pidió expresamente no amplificar el debate del aborto. La presidenta de la Comunidad de Madrid no quiere ceder al órdago planteado por el Gobierno. Al menos no sin presentar resistencia. En su entorno siguen si despejar la incógnita de si la región creará o no la figura del registro de objetores que le demanda Moncloa. Lo que sí ratifican es que no obligarán a ningún médico a firmar ese listado. En todo caso, la inscripción al mismo tendrá un carácter "voluntario".

La Puerta del Sol estudia mecanismos legales para imponer su criterio y no dar la razón —al menos no completamente— al Gobierno. No aclaran, por ahora, qué atajos legales emplearán para forzar a que el mencionado registro sea opcional en la Comunidad de Madrid. "Partido a partido. Todo se andará", apuntan. Este martes, Ayuso apeló al derecho constitucional de la "libertad de conciencia" y a que "nadie pueda ser obligado a declarar sobre sus creencias". "Quien quiera estar en un registro, como se ha hecho hasta la fecha, se apuntará. Y quien no, no se hará", afirmó.

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Madrid aún no ha contestado al requerimiento enviado por el Gobierno. En esa respuesta vehiculizarán la fórmula que seguirán para la creación del registro médico. La incógnita es si será suficiente para evitar que el choque abierto entre Sánchez y Ayuso termine en el Tribunal Constitucional. El Ejecutivo, interesado también en la confrontación política con la dirigente madrileña como vía para desgastar de manera indirecta a Feijóo, inició ayer la vía judicial y dio a la Puerta del Sol un mes de plazo para cumplir. Si persiste en su resistencia, el Gobierno dispondrá de dos meses para acudir a los tribunales.

El aborto ha vuelto a la primera página del debate nacional. Y no fue Sánchez, sino un resbalón del PP en el Ayuntamiento de Madrid lo que lo reactivó hace casi dos semanas. Almeida apoyó una moción de Vox para que en la capital se informase a las mujeres que quieren interrumpir su embarazo de un supuesto síndrome postaborto, un "error" que Génova rectificó a toda velocidad. Ya era tarde. El Gobierno vio una ventana de oportunidad para desviar el foco de sus problemas judiciales y, en paralelo, incomodar a un Feijóo que no ha logrado reconciliar a las dos almas del partido en una posición común y que mira con recelo el auge de Vox en las encuestas.

Moncloa sacó entonces toda la artillería. Pese a que no dispone de apoyos, anunció una reforma constitucional para blindar el derecho al aborto. También retó a Ayuso con la cuestión concreta del registro de objetores de conciencia, que la Comunidad de Madrid sí cumple en el caso de la eutanasia. Y encontró agua en esa piscina. Génova había dado dos órdenes a los suyos: zanjar el debate del aborto y cumplir la ley. En primera instancia, Ayuso se desmarcó de ambas. Fuentes del PP de Madrid aseguran ahora que "la ley se cumple" en la región. Aunque, a diferencia del resto de territorios, habrá objeciones.

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El "¡váyanse a otro lado a abortar!" que espetó la madrileña la semana pasada en la Asamblea de Madrid generó malestar en las filas del PP, al igual que la intención de rebelarse contra el listado obligatorio de médicos. "Es ruido innecesario", aportaban en la cúpula nacional. Distintos dirigentes consultados por El Confidencial apuntan a que el paso adelante de Ayuso con esta cuestión responde a un intento de "marcar perfil propio" y frenar el auge de Vox en las encuestas que también se deja notar en la región. "En Madrid funciona demoscópicamente ese verso libre y el establecer una confrontación permanente y continua con lo que diga y haga Sánchez. ¿Es algo que beneficie a Feijóo? Indudablemente no", reflexionan.

Las mismas fuentes recuerdan que tanto la Comunidad de Madrid como el resto de las regiones gobernadas por el PP avalaron en diciembre de 2024 el protocolo para la creación del mencionado registro de personas objetoras de conciencia para la interrupción del embarazo. "Quiere llamar la atención", afirman en los sectores más críticos.

El inédito comunicado que Feijóo publicó en redes la semana pasada cayó pronto en saco roto. El líder del PP salió al paso del encontronazo entre Sánchez y Ayuso exigiendo "dejar de manosear las causas superadas por las mujeres", y advirtiendo, en un medido toque de atención a la presidenta de la Comunidad de Madrid, que el debate del aborto sirve al Gobierno de "cortina de humo" en plena escalada judicial. Pero la tensión por este tema siguió subiendo. En público, Feijóo evitó desautorizar a la baronesa, y se comprometió en Espejo Público a impulsar un registro para aquellos que sí estén dispuestos a practicar abortos, y no a la inversa.

Los intentos de Génova por enterrar el debate no han dado sus frutos. Este martes, los temas de actualidad se agolpaban por la entrevista de Sánchez en la Cadena SER, en la que defendió los pagos en metálico en Ferraz y Feióo viajó a Barcelona para solemnizar el plan migratorio del PP, una hoja de ruta de gran relevancia para el PP. Y prácticamente a la misma hora en que el líder del PP comparecía, el choque entre Sánchez y Ayuso volvió a escalar.

La presidenta de la Comunidad de Madrid llevó la batalla al terreno de lo personal y opacó, en parte, el anuncio migratorio del mandatario popular. Ayuso rechazó las "lecciones de machito" de un jefe del Ejecutivo que "se cree Dios", y aseguró haber "sufrido la pérdida de dos bebés". "He sufrido dos veces, por desgracia, el drama del aborto. ¿Tengo que recibir lecciones del presidente del Gobierno?", lanzó. En Génova guardan silencio sobre esta afrenta para no amplificar un debate claramente incómodo. "No hay nada que añadir", zanjan.