Feijóo diferencia su reforma migratoria del "buenismo" del PSOE y del "fanatismo" de Vox
El líder del PP presenta en Barcelona su plan para frenar la irregularidad con dardos al "partidismo" que, a izquierda y derecha, hacen de la cuestión. Endurecerá el Código Penal y la Ley de Extranjería: "La nacionalidad no se regala, se merece"
Alberto Núñez Feijóo busca marcar discurso propio en un debate que, hasta ahora, ha capitalizado Vox. Desde Barcelona, y acompañado por parte de la plana mayor del partido, el líder del PP ha solemnizado una "reforma profunda" de la política migratoria nacional, un documento en el que lleva trabajando "meses" con el asesoramiento de expertos, sindicatos y otras asociaciones, y con el que pretende diferenciarse de las propuestas que hacen tanto a su izquierda como a su derecha. Los primeros actúan desde el "buenismo". Los segundos, desde el "fanatismo". Y ambos lo utilizan "de manera partidista".
"La inmigración irregular no es un problema que haya que ignorar o que haya que aprovechar", lanzó Feijóo, que condensó en una frase su intento de desmarcarse tanto del PSOE como de Vox. "No somos ni duros ni blandos", sino "firmes y consistentes". Aunque criticó con dureza el "descontrol" de la política migratoria del Gobierno, se centró especialmente en los órdagos velados al partido de Santiago Abascal, consciente de que éste es el debate sobre el que el partido ultraconservador asienta su crecimiento sostenido en los sondeos, en parte a costa del PP.
"No se trata de cerrar todas las puertas, ni de criminalizar a nadie por el mero hecho de ser inmigrante (...). Mano dura con las mafias y delincuentes, y mano tendida a los que quieren hacer prosperar a nuestro país", expresó. El jefe de la oposición espoleó la falta de experiencia de gestión de Vox, un partido que "habla del tema sin proponer soluciones posibles porque cree que así consigue votos". "Nuestro plan afronta el debate de la única forma que hay para hacerlo: con medidas, con diagnóstico y con tratamiento", insistió.
En la misma línea se expresó la 'ideóloga' del plan, la vicesecretaria Alma Ezcurra, que cargó contra la "permisividad" del Gobierno y que también tildó veladamente a los de Abascal de "salvapatrias de salón". "La derecha radical convierte la identidad en un arma y el miedo en una ideología, y olvida algo tan esencial como que cada persona vale por lo que hace, y no por dónde nace". Ezcurra, que se ha convertido en la cabeza visible del PP en la afrenta directa y abierta contra Vox, especificó que "el buenismo y el fanatismo son dos caras de una misma moneda". Y concluyó: "La historia ha demostrado que no han servido nunca para gobernar ni una sola nación".
Los 10 ejes del PP
Génova ha ido desgranando a lo largo de las últimas semanas los ejes que guían sus medidas en materia migratoria, y que Feijóo consultó y debatió con sus presidentes autonómicos en la última cumbre de barones celebrada en Murcia. El documento, de 11 páginas, es un "contrato" que el líder del PP promete impulsar si logra llegar a la Moncloa, y que compromete al resto de regiones gobernadas por los conservadores.
Feijóo propone, en primer lugar, la creación de una única autoridad del Estado para centralizar las competencias frente al "descontrol" actual, con responsabilidades repartidas en cinco ministerios distintos. En segundo lugar, especificó el compromiso de reforzar con "más agentes" las fronteras de España, que "tiene derecho a decidir quién entra y cómo entra" como Estado "soberano". Una de las medidas estrella será la reforma del Código Penal y de la Ley de Extranjería para "perseguir los delitos de tráfico de personas", y la intención de dotar tanto a la Fiscalía y a la Guardia Civil de "medios especializados para la recogida de pruebas en alta mar".
En cuarto lugar, el PP promoverá una "tolerancia cero con el delito" y garantizará la "pérdida de residencia automática por delitos graves", para que "no paguen justos por pecadores. En este punto, el plan del PP también contempla la expulsión de migrantes con papeles que cometan faltas severas o que sean multireincidentes. La quinta medida tiene que ver con el impulso de un visado por puntos para cribar inmigrantes y favorecer a los culturalmente cercanos y a aquellos que vengan a "contribuir". El carnet incluirá todos los requisitos y exigencias para acceder legalmente a nuestro país.
El PP también promoverá un "sistema de cuotas" con terceros países para vigilar la "colaboración" de los mismos en la tramitación de los retornos y en la ejecución de los expedientes de expulsión. "Los países que nos ayuden a poner orden, tendrán más oportunidades" para derivar inmigrantes a nuestro país, pero los que no lo hagan "perderán cupo y facilidades en el año siguiente", especificó. En séptimo lugar, Feijóo plantea endurecer los controles para que el factor de la "reagrupación familiar" y el "carácter excepcional del arraigo" no se convierta en una vía para la regularización masiva, sino una "oportunidad individual para quien ha demostrado con hechos su compromiso con nuestro país".
El octavo eje tiene que ver con ligar residencia a contrato de trabajo, así como limitar las prestaciones como el Ingreso Mínimo Vital en exclusiva a aquellos inmigrantes que se encuentren en procesos de búsqueda activa de empleo. "Si el sistema solo subsidia, el sistema se agota", reiteró. Feijóo añadió, además, que "la nacionalidad española no se regala, se merece" y que, por tanto, reforzará los requisitos y "los niveles de exigencia cultural y lingüística" para el acceso a la nacionalidad española, que "no puede ser un mero trámite administrativo".
Por último, y en relación a los menores no acompañados, el PP promoverá el retorno "siempre que sea posible" de los menores a su núcleo familiar, e impulsará pruebas de edad en un máximo de 72 horas para evitar el "fraude" de las personas que entran en nuestro país fingiendo ser menores de edad. Si se demuestra la falta, tendrá consecuencias, ya que el PP también tipificará el delito por fraude de edad o nacionalidad en el Código Penal.
Alberto Núñez Feijóo busca marcar discurso propio en un debate que, hasta ahora, ha capitalizado Vox. Desde Barcelona, y acompañado por parte de la plana mayor del partido, el líder del PP ha solemnizado una "reforma profunda" de la política migratoria nacional, un documento en el que lleva trabajando "meses" con el asesoramiento de expertos, sindicatos y otras asociaciones, y con el que pretende diferenciarse de las propuestas que hacen tanto a su izquierda como a su derecha. Los primeros actúan desde el "buenismo". Los segundos, desde el "fanatismo". Y ambos lo utilizan "de manera partidista".