Empieza la carrera electoral: el Gobierno a la guerra con los barones del PP
La sucesión de crisis en territorios populares, Valencia, Castilla y Leon y Andalucía, lanzan a la Moncloa contra su modelo gestión para confrontar proyectos. Ferraz no ve elecciones en Aragón o Extremadura en pleno auge de Vox
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, este martes, junto a los ministros Diana Morant, Mónica García y Óscar López. (Alberto Ortega / Europa Press)
Con el soniquete de que pueden aguantar hasta 2027, la Moncloa ha empezado a planificar entrenamientos muy serios para afrontar la próxima carrera electoral. El ecuador de la legislatura se ha rebasado y con unas elecciones en Castilla y León en marzo y otras en Andalucía, presumiblemente en junio, el Gobierno abre una etapa de confrontación política con los barones del PP para desgastar su proyecto.
Una estrategia global que va más allá de las continuas críticas a Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña, empeñada en confrontar directamente con Pedro Sánchez, es casi un regalo para los socialistas. Les permite tener un discurso propio en Madrid, que no enarbolaba el anterior secretario general, Juan Lobato, y, a nivel nacional, cargar contra Alberto Núñez Feijóo y colgarle el sambenito de "falta de liderazgo", con ayuda de Ayuso.
Pero, con el comienzo de un nuevo ciclo electoral, la decisión es ir al choque con todas las autonomías del PP. La Moncloa lo justifica en que durante dos años se ha repartido a las comunidades "más dinero que en la vida" y que esta inversión no se traduce en una mejora del denominado estado del bienestar. "Dos años de mapa azul y la voluntad de boicotear las políticas sociales es evidente", reflexionan, con ejemplos como la ley de vivienda, para fijar límites al alquiler en las llamadas zonas tensionadas, o la remesa de financiación para construir VPO, que también desechan.
El Ejecutivo está decidido a transmitir a la opinión pública que "no es lo mismo unos gobiernos que otros" y que "bajar impuestos a los ricos tiene un impacto directo en la inversión en sanidad y educación". A pesar de los problemas judiciales y políticos de Sánchez y del PSOE, este será el mantra del bienio. Y la oposición a los barones del PP, se hará incluso en las ruedas de prensa posteriores a la reunión del Consejo de Ministros.
Ya se vio este martes, la ministra de Ciencia, Diana Morant, presentó el real decreto de creación, reconocimiento y autorización de universidades, que eleva el listón para nuevos centros privados y, tras las críticas a Ayuso por la "asfixia" a la universidad pública, aprovechó para destacar una subvención a la Academia Valenciana de la Llengua, maltratada ahora por Carlos Mazón. Morant es secretaria general del PSPV y futura candidata a la Generalitat.
La ministra de Sanidad, Mónica García, contó un informe sobre el mapa de abortos en España y afeó a Madrid y Andalucía el escaso porcentaje en el sistema público. Y el titular de Transformación Digital, Óscar López, también candidato del PSOE en la Comunidad de Madrid, añadió que no es la única ley que Ayuso incumple (se niega a hacer el registro de médicos objetores al que está obligada legalmente). Lo hace, además, con la vivienda o la memoria histórica, dijo. Y si no se habló de la crisis de los cribados en el cáncer de mama en Andalucía, fue porque el asunto aún no tenía tanta envergadura.
En el Gobierno no le ven pegas a estos discursos, que desbordan totalmente el cuenco institucional, porque, esgrimen, ellos son objeto del mismo trato en las comunidades del PP. "¿Tiene encaje que Jorge Azcón y su portavoz cuestionen cada día a Pilar Alegría. Hay que estar callados y para ellos ancha es Castilla?, replican.
La batalla electoral queda así inaugurada, tras dos años en los que el Ejecutivo intentó sin éxito acercarse a las comunidades del PP con el propósito de aislar a Feijóo y culparle de ser el único contrario a pactos. Esa voluntad inicial ha tenido algo de efecto: El número de recursos directos de inconstitucionalidad ha descendido un 58% con los Gobiernos del PSOE respecto a los del PP (de 124 a 52 recursos).
Pero ahora se abre un nuevo ciclo de elecciones y Pedro Sánchez va a por todas. En Ferraz se agarran a las dos votaciones superadas esta semana en el Congreso, la convalidación del real decreto ley de embargo de armas a Israel y la aprobación de la ley de Movilidad, para reiterar que son "los únicos capaces de lograr estos consensos". Mientras que el PP, añaden, "los rompe con el aborto", un debate desatado inexplicablemente por José Luis Martínez Almeida al que ha subido Ayuso.
"Las costuras al aire son las del PP y sus crisis por negligencia en Andalucía, Castilla y León, Valencia, Madrid... el modelo de esas comunidades viene abajo porque va contra los ciudadanos. Solo beneficia a los amigos del PP, la gente se ha cansado ya de tanta desidia", señalan fuentes socialistas.
Este será el relato durante los próximos meses. En Castilla y León por la ola de incendios de este verano y la privatización de la prevención y en Andalucía por la crisis sanitaria que ya le ha costado el puesto a la consejera.
A corto plazo, en el PSOE no ven más elecciones. Aunque la presidenta de Extremadura, María Guardiola, ha dicho públicamente que convocará si Vox no le aprueba los presupuestos, y Aragón también podría estar pensándolo, en Ferraz no lo ven factible. En las encuestas hay unanimidad sobre que Vox se encuentra en su fase más álgida, en parte a que absorbe del PP un millón de votos. ¿Van a convocar en el peor momento?, cuestionan los socialistas.
Con el soniquete de que pueden aguantar hasta 2027, la Moncloa ha empezado a planificar entrenamientos muy serios para afrontar la próxima carrera electoral. El ecuador de la legislatura se ha rebasado y con unas elecciones en Castilla y León en marzo y otras en Andalucía, presumiblemente en junio, el Gobierno abre una etapa de confrontación política con los barones del PP para desgastar su proyecto.