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21.000 vecinos vs. Robles: Defensa quiere ampliar el área militar de uno de los parajes más bonitos de Mallorca
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145 hectáreas

21.000 vecinos vs. Robles: Defensa quiere ampliar el área militar de uno de los parajes más bonitos de Mallorca

Desde la década de los 40, el Ejército tiene unos terrenos en el Cabo del Pinar. Los vecinos que quieren realizar excursiones, celebrar las fiestas patronales o cazar tienen que pedir permisos. Ahora la situación se agrava

Foto: Cabo del Pinar (Ayuntamiento de Alcúdia)
Cabo del Pinar (Ayuntamiento de Alcúdia)

El cabo del Pinar, ubicado en el municipio mallorquín de Alcúdia (21.000 habitantes), es uno de los tres salientes del norte de la isla y el preferido por los senderistas. Un amplio bosque, con cuevas, calas y puestos de vigilancia antiguos, conforman un paraje con unas privilegiadas vistas al Mediterráneo. Es, además, un lugar especial para los alcudienses porque hasta allí suben todos para celebrar a principios de julio las fiestas de La Victoria. Sin embargo, desde hace décadas, hay unas hectáreas utilizadas por el Ministerio de Defensa, liderado ahora por Margarita Robles. Hasta el momento, el ocio y los trabajos militares han podido convivir, aunque generando limitaciones para los vecinos. La cartera de Margarita Robles quiere ahora declarar el cuartel Jaume II, situado en el camino de este cabo, como Zona de Interés para la Defensa Nacional lo que conllevaría un aumento hasta las 145 hectáreas de los terrenos que posee allí el Ministerio.

La cesión de los terrenos se remonta al año 1943. En ese momento, el Ejército tramitó un expediente de expropiación forzosa de los terrenos de La Victoria para ubicar baterías militares y servicios auxiliares en el Cabo del Pinar y el Cabo Gros. Tres años después, en 1947, el Ayuntamiento de Alcúdia, en un pleno extraordinario, cerró la cesión con algunas condiciones. Entre las que destacan: el carácter temporal (aunque por tiempo ilimitado) y que el Ayuntamiento se reserva el derecho de repoblar y aprovechar las zonas ocupadas.

A partir de ese momento, el acceso al cabo y a sus calas, quedó restringido por razones estratégicas. En 2010, tras años de reivindicaciones vecinales, el Ministerio y el Gobierno de las islas llegaron a un acuerdo: hasta 50 personas podrían acceder cada día, pero siempre con una autorización previa. Y así es hasta el día de hoy, aunque no hay realmente un límite en el número de personas. "Es una zona de alto valor natural y patrimonial para nosotros. Esta es nuestra principal reivindicación: no queremos tener que estar pidiendo permisos para subir. Hay muchos vecinos que deciden no ir porque es un trámite administrativo que les da pereza o les quita tiempo", explica a El Confidencial Fina Batlessa (PP), alcaldesa del municipio.

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En las fiestas, los vecinos suben hasta el Cabo con las figuras populares de los gigantes y posteriormente hacen una verbena con los tradicionales buñuelos, mistela y ron quemado. Además de ser el lugar de peregrinaje, la Asociación de Cazadores de Alcúdia tiene en el área una licencia de caza y pastura, al menos hasta el año 2028 y con posibilidad de prorrogarse. También muchos excursionistas cruzan desde la ermita de La Victoria hasta la Peña del Migdia y algunos tratan de sumergirse en las calas, a las que no es tan fácil acceder por la restricción.

Ante los planes de expansión del Ejército, el Ayuntamiento presentó el pasado 2 de octubre unas alegaciones al Real Decreto con el que Defensa pretende llevar a cabo la ampliación. "La aprobación conllevaría consecuencias sobre las competencias urbanísticas del Ayuntamiento de Alcúdia y en su autonomía de gestión del patrimonio", censuran desde el Gobierno local.

El Consistorio pide como condición quitar las autorizaciones que hasta hoy hay que solicitar para poder acceder a la zona. Que la ampliación "no suponga interferencias en la actividad senderista o excursionista que se lleva a cabo en los territorios afectados, de manera específica en los accesos libres y sin autorización previa a la Peña del Mediodía y el Nido del Águila", concretan en el Ayuntamiento. Este medio ha tratado de trasladar estas cuestiones a Defensa, sin obtener respuesta. Sin embargo, según adelantó el Diario de Mallorca, el Ministerio asegura que no afectará al uso civil y que, aunque el Ejército aumente su terreno en 400 metros, los excursionistas y cazadores podrán ejercer su actividad.

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La polémica no solo se ha dejado notar en el municipio mallorquín, sino que ha saltado al ámbito de la política nacional. El diputado Vicenç Vidal, de Més uno de los partidos integrados en Sumar, ha mostrado su rechazo a las pretensiones del Ministerio de Defensa a través de unas preguntas y solicitudes de documentación, y ha abierto así un cisma en el Gobierno central. "Que en 2025 el PSOE pretenda cerrar zonas de Mallorca a los mallorquines para poder hacer ejercicios militares responde al clima de exaltación militarista de la derecha trumpista que en la izquierda no podemos caer", criticó el diputado de Sumar.

Los vecinos y muchos otros mallorquines esperan con especial interés la resolución final de Defensa. "No tenemos ningún problema con que ellos estén aquí. Pero no queremos más restricciones. Es una zona muy frecuentada por todos y queremos transitar libremente", zanja la alcaldesa.

El cabo del Pinar, ubicado en el municipio mallorquín de Alcúdia (21.000 habitantes), es uno de los tres salientes del norte de la isla y el preferido por los senderistas. Un amplio bosque, con cuevas, calas y puestos de vigilancia antiguos, conforman un paraje con unas privilegiadas vistas al Mediterráneo. Es, además, un lugar especial para los alcudienses porque hasta allí suben todos para celebrar a principios de julio las fiestas de La Victoria. Sin embargo, desde hace décadas, hay unas hectáreas utilizadas por el Ministerio de Defensa, liderado ahora por Margarita Robles. Hasta el momento, el ocio y los trabajos militares han podido convivir, aunque generando limitaciones para los vecinos. La cartera de Margarita Robles quiere ahora declarar el cuartel Jaume II, situado en el camino de este cabo, como Zona de Interés para la Defensa Nacional lo que conllevaría un aumento hasta las 145 hectáreas de los terrenos que posee allí el Ministerio.

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