¿Viernes negros? TVE presume de audiencias mientras la plantilla prepara movilizaciones

El presidente de RTVE, José Pablo López, sacó pecho en la última comisión parlamentaria de control al ente por los datos de audiencia de la televisión pública. La cadena, muy cuestionada por los nuevos contenidos, se sitúa en el inicio de la temporada a solo 1,5 puntos de la líder Antena 3 y muy por delante de Telecinco. "Somos ya la segunda cadena nacional", declaró López en el Congreso de los Diputados.

El ascenso obedece a distintas variables, justificado en parte por el subidón de los programas de corte político, en su mejor momento en pleno clima de polarización. Pero también despierta una lectura negativa. El Consejo de Informativos insiste en las denuncias por falta de rigor y pluralidad en la Corporación, con producciones como Directo al grano, Malas lenguas o Mañaneros 360 en la diana. El hartazgo es tal, que ya urgen a la convocatoria de movilizaciones.

Los 'Viernes negros' planean de nuevo. "La audiencia no lo es todo y tiene que haber un límite", subrayó un representante del Consejo de Informativos la semana pasada, tras la celebración de una asamblea con los trabajadores. El organismo, con gran peso en la Corporación pública, hace tiempo que evita los paños calientes: "La situación es grave".

Durante el encuentro pidieron a los trabajadores su apoyo para "plantear una acción de protesta", habida cuenta de que el Consejo no puede hacerlo por su cuenta. El principal temor de la plantilla en ese sentido es que haya represalias por parte de la dirección en caso de una votación. "Buscaremos una forma que garantice que no se sepa quién ha votado ni cómo ha votado cualquiera de los trabajadores que vaya a participar", añadió este portavoz.

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La dirección del ente parece ignorar esta situación. El equipo de José Pablo López mantuvo el pasado mes de julio una tensa reunión con el Consejo de Informativos y no atendió ninguna de sus urgencias. Ni el gasto, ni las duplicidades, ni la merma de la calidad informativa con estas producciones externas. La apuesta de RTVE por figuras como Javier Ruiz, Jesús Cintora o Gonzalo Miró es total y no habrá cambios en la parrilla. El argumento que esgrimen es que se trata de "programas de actualidad" y, según una resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de 2021, había que diferenciarlos de los contenidos informativos.

La audiencia es la prioridad de José Pablo López desde que asumió la presidencia de RTVE, compitiendo de tú a tú con las cadenas privadas. Una "obsesión", según fuentes internas de la Corporación, que recuerdan el empecinamiento en programas como La familia de la tele, que puso en pie de guerra a prácticamente toda la plantilla. Los contenidos de corte político, pese al aluvión de críticas por presunto sesgo y manipulación, son otra de las grandes apuestas de la nueva televisión pública. Y los últimos datos vienen a refrendar la insistencia de López, que esta temporada incluso añadió Directo al grano a la terna en pantalla.

La 1 llega al 11,6% de share

El propio López pidió tiempo antes del verano, convencido de que Malas Lenguas o Mañaneros 360 iban a remontar en mitad de las críticas. Las audiencias de septiembre, pese a todo, han inflado las velas de RTVE, con los mejores datos en mucho tiempo. La 1 obtuvo en septiembre un 11,6% de share, cada vez más cerca de Antena 3, con un 13% en el mismo periodo. El programa de Javier Ruiz, por su parte, logró un promedio de 14,5%, mientras que Jesús Cintora alcanzó un 9,4%. Internamente achacan estas cifras a una especie de "dopaje" sostenido en grandes emisiones como los eventos deportivos, entre otras cuestiones.

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Los números, sin embargo, solo agradan a la dirección. El Consejo de Informativos expuso tras la asamblea de la semana pasada que los informativos han perdido peso en la cadena pública, desplazados por estas producciones externas, con duplicidades que van en contra del servicio público de la Corporación, incluso al límite de la Ley General de Comunicación Audiovisual. "Produce esperpento ver en la calle cinco micrófonos de RTVE. Es lamentable y encima con dos líneas editoriales que perjudican a esta cadena", subrayó el representante del organismo, en alusión a Mañaneros, Malas lenguas o Directo al grano.

El Consejo impulsó una investigación sobre los programas de Javier Ruiz y Jesús Cintora hace meses, abierta tras las quejas de la plantilla, aunque aún no ha podido desarrollarse como debiera porque la dirección ha puesto palos en las ruedas. Así lo explicó el organismo, detallando que José Pablo López y su equipo no han atendido sus demandas. "Según nuestro reglamento, tenemos que esperar a que conteste la dirección, pero no han contestado a nada. Quieren que salga más tarde para ralentizar nuestros pasos", añadió, siempre en el marco de futuras protestas.

El clamor interno es total. Como ya ocurrió con La familia de la tele, el Sálvame 2.0, el rechazo a la parrilla política es generalizado, con denuncias y críticas al fondo y las formas de estos programas, con una enorme carga opinativa. El último en pronunciarse fue CCOO en Cataluña, censurando los comentarios de Gonzalo Miró en la cadena pública sobre el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y lo que hizo durante la comida que tuvo en El Ventorro con una periodista el día de la dana.

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"Pues parece que a pesar de todos los esfuerzos de la Generalitat porque no se conozca la verdad, hay algunas cosas que sí podemos ir sabiendo. Hay otras que están por saber. De momento no sabemos qué pasó en esa comida tan larga de Carlos Mazón, no sabemos si estaba despierto, estaba dormido, si tenía los pantalones puestos o quitados o cuál era su tasa de alcohol en sangre... Carlos Mazón y su cara de cemento armado, porque no se puede tener más rostro, resulta que todavía cree que los vídeos que están saliendo le favorecen...", dijo el presentador de Directo al grano.

Los sindicatos han puesto pie en pared y exigen rectificaciones o ceses por algo que se ha convertido en la norma: "En la Corporación RTVE se está convirtiendo en norma mezclar información y opinión. Es un hecho que perjudica a la credibilidad del servicio que debe ofrecer la radiotelevisión pública estatal. Las salidas de tono, las afirmaciones sin fundamento y el lenguaje vulgar con el único objetivo de desacreditar al contrario no deben tener cabida en las antenas de esta empresa".