"El verano se extiende": la explicación de la Aemet a lo que está sucediendo en España

El calendario marca octubre, pero buena parte de España continúa registrando temperaturas más propias de finales de agosto. Este fenómeno no es casualidad ni una simple anomalía puntual. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el verano se está alargando hasta 20 días más de lo habitual, una consecuencia directa del cambio climático que está modificando el ritmo natural de las estaciones.

La Aemet ha confirmado que el verano de 2025 ha sido el más cálido desde que existen registros, superando incluso al de 2022 y 2023. Los datos recogidos en 103 estaciones meteorológicas entre 1979 y 2025 muestran una tendencia clara: el calor no solo es más intenso, sino que también dura más.

De media, este año se han registrado 83 días con temperaturas veraniegas, frente a los 79 de 2022 y los 78 de 2023. Además, las primeras jornadas de calor intenso han llegado antes: el 29 de mayo de 2025 ya se alcanzaban valores típicos del verano, cuando hace apenas dos décadas el calor estable no se instalaba hasta mediados de junio.

Casi dos grados más que en los ochenta

El análisis histórico muestra una desviación térmica cada vez mayor respecto al promedio. En los años ochenta la temperatura media del verano era 1,31 °C superior a la media histórica, mientras que en la década de 2000 ya ascendía a 1,66 °C y en la siguiente a 1,74 °C. En los últimos cinco años, esta desviación se ha disparado hasta los 2,18 °C, reflejando el impacto del calentamiento global sobre el clima peninsular.

El alargamiento del verano no afecta a todas las regiones por igual. El noreste peninsular y el área pirenaica son las zonas donde más se ha prolongado la estación cálida, según el estudio de la Aemet.

En la estación de La Molina (Girona), por ejemplo, los días de verano han pasado de 49 en el periodo 1979-2000 a 69 en los últimos 25 años. En el aeropuerto de Zaragoza, el número de jornadas veraniegas ha aumentado de 52 a 64, con una temperatura media que ha subido de 23,8 °C a 25,4 °C.

Pese al aumento generalizado, algunas regiones resisten los cambios. El sur peninsular, ya acostumbrado a veranos largos y calurosos, y buena parte de la cornisa cantábrica y Galicia mantienen cifras prácticamente invariables. La explicación está en su climatología habitual: el sur parte de valores ya muy altos, mientras que el norte atlántico mantiene una estabilidad térmica gracias a la influencia del mar.

En Campdevànol (Girona), el verano comienza 20 días antes que hace 45 años y la temperatura media ha subido un grado. En Huesca, el inicio de la estación se ha adelantado del 1 de julio al 21 de junio, mientras que Madrid ha pasado de estrenar el calor el 30 de junio al 23 del mismo mes. En ambas ciudades, los veranos duran entre 11 y 12 días más que antes y las medias superan ya los 25 °C.

O dicho de otro modo, el verano ya no termina cuando lo dice el calendario. El calor ha decidido quedarse un poco más.