El Congreso aplaza la votación del embargo de armas para no coincidir con el aniversario del 7-O
El Gobierno gana 24 horas para intentar negociar. El PP se inclina por el 'no' al decreto contra Israel y deja todo el peso en manos de Podemos, que evita desvelar el sentido de su voto y persiste en las críticas
Con la incógnita hasta el final. El Gobierno contiene de nuevo la respiración ante la aprobación del decreto sobre el embargo de armas a Israel, la bandera política sobre la que Sánchez ha intentado contrarrestar su agenda judicial desde que arrancó el curso... y que depende de lo lejos que quiera llevar Podemos su órdago frente al Ejecutivo. La formación morada mantiene intactas sus críticas, pero no desvela si esta semana habrá pulgar hacia arriba o precipitará otra derrota. Y el PP, que tendría en sus manos salvar la iniciativa que rompe todos los lazos con la industria armamentística israelí, se inclina por votar en contra.
La votación estaba prevista para la noche de este martes, pero la Junta de Portavoces del Congreso ha decidido aplazar a mañana la convalidación para evitar que coincida con el segundo aniversario de los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre. Se trata de un gesto simbólico, que Francina Armengol ha autorizado tras la petición de varios grupos parlamentarios. El PP, molesto con el calendario escogido por el Ejecutivo, solicitó posponer también al miércoles el debate del decreto, pero su petición fue desestimada. Se debatirá hoy, y se votará mañana.
Génova no desvelará de forma oficial el sentido de su voto previsiblemente hasta el filo de la votación. Pero según trasladan a El Confidencial diversos cargos nacionales de la formación, todo apunta a que el PP mantendrá su estrategia de oposición frontal contra el Gobierno sin valorar siquiera una abstención. El Gobierno confiaba en que al menos los de Feijóo se quedasen en esta posición, suficiente como para salvar el decreto sin el concurso de Podemos. Pero, a priori, no parece haber agua en esa piscina.
Las fuentes consultadas apuntan a que el PP no ayudará a Sánchez a ganar oxígeno ni a desplegar "cortinas de humo" para que no se hable de su agenda judicial, esta semana marcada por las revelaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre los sobres de dinero en efectivo con el sello del PSOE que recibían Ábalos y Koldo. A la espera de que la cúpula dé luz verde definitiva al sentido de voto, la tesis más extendida es que el PP no puede convertirse en "salvavidas" del Gobierno si sus socios le fallan. Menos aún en un asunto que tensa las costuras del PP por la existencia de distintas sensibilidades internas.
En la dirección nacional aseguran que, al menos hasta este lunes, la Moncloa no había descolgado el teléfono para negociar el texto con el PP. "Estamos al otro lado del muro", ironizan. En el partido de Feijóo tampoco había sentado precisamente bien que el Gobierno escogiese este martes 7 de octubre para someter a votación el decreto, justo cuando se cumplen dos años del atentado de Hamás contra Israel que desencadenó la sangrienta respuesta del Gobierno de Netanyahu en la Franja de Gaza. "Es impresentable", censuró Cuca Gamarra este mismo lunes en la sede nacional del partido. Finalmente, lograron cambiar de día la votación, apoyados por Junts.
Opinión Se trata de una postura que coincide con la expresada por la embajada de Israel en España que este lunes, a través de un comunicado, calificó de "perverso, inhumano y aberrante", que se vote justo ese día "cuando todo el pueblo de Israel y las comunidades judías de todo el mundo estarán de luto, recordando a sus víctimas".
En Génova no se oponen de manera frontal a promover medidas contra Israel, pero siempre de la mano del consenso de la comunidad internacional, ahora pendiente de las negociaciones para el plan de paz propuesto por Donald Trump. En el partido recelan, además, de las posibles consecuencias que el paquete de medidas impulsado por Sánchez puede acarrear para la defensa, a pesar de que el decreto incluye una disposición adicional que permitiría al Gobierno saltarse el embargo en circunstancias "excepcionales", con elementos relacionados con la "política exterior" o la "seguridad nacional".
Es precisamente este punto el que incomoda a Podemos, que se queja de que el decreto "fake" por el Gobierno no supone un "embargo real" al país hebreo por las excepciones que éste incluye. Sumar presiona públicamente a la formación morada para que facilite la convalidación y tramitarlo como proyecto de ley para introducir modificaciones a posteriori. Sólo con su abstención, el decreto saldría adelante. Si optase por el voto en contra, y puesto que esta vez Junts avanzó que apoyaría al Gobierno, se produciría un empate a 175 votos junto a PP, Vox y UPN. De mantenerse esa posición después de tres votaciones consecutivas, la iniciativa decaería.
La convalidación del decreto contra Israel no es la única iniciativa ante la que el Gobierno puede estar en apuros esta semana. Tras una larga tramitación parlamentaria, la Cámara Baja votará el miércoles la ley de Movilidad Sostenible, que se encuentra también pendiente del aval de la formación que preside Ione Belarra, y de la que depende el desbloqueo de 10.000 millones de fondos europeos.
Aunque han presentado enmiendas que se someterán a votación en el pleno, el PP está fuera de este asunto. Ya se posicionó en contra del trámite en la comisión parlamentaria. El foco, por tanto, vuelve a estar en Podemos, que pone como condición la paralización de la ampliación del aeropuerto de El Prat y del puerto de Valencia. Con estas exigencias sobre la mesa, las impresiones del Ejecutivo sobre su aprobación no son buenas. Pero nada está aún escrito y, a pesar de que los morados reiteraron por la mañana sus peticiones, en las últimas horas se ha abierto la posibilidad de que finalmente se abstengan.
Si se confirma, la Moncloa salvaría este trance. Y sólo quedaría convalidar el real decreto ley sobre el embargo de armas. Hace unos días, el principal temor del Ejecutivo era Junts, que esta semana ha dejado a Podemos el rol de 'socio incómodo' para el Ejecutivo. Los de Belarra son el gran interrogante, mientras que el PP, por ahora, se echa a un lado y se sacude de los "chantajes" de Sánchez.
Con la incógnita hasta el final. El Gobierno contiene de nuevo la respiración ante la aprobación del decreto sobre el embargo de armas a Israel, la bandera política sobre la que Sánchez ha intentado contrarrestar su agenda judicial desde que arrancó el curso... y que depende de lo lejos que quiera llevar Podemos su órdago frente al Ejecutivo. La formación morada mantiene intactas sus críticas, pero no desvela si esta semana habrá pulgar hacia arriba o precipitará otra derrota. Y el PP, que tendría en sus manos salvar la iniciativa que rompe todos los lazos con la industria armamentística israelí, se inclina por votar en contra.