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La playa de Gijón lleva años llena de carbón y ahora el Puerto trata de descifrar (de nuevo) su origen
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Guerra por averiguar de dónde viene

La playa de Gijón lleva años llena de carbón y ahora el Puerto trata de descifrar (de nuevo) su origen

Desde 2018, prácticamente a diario, llegan grandes manchas de carbón hasta la playa de San Lorenzo. Ahora la Autoridad Portuaria quiere retomar los estudios para averiguar de dónde proceden y cómo combatirlas

Foto: Mancha de carbón en la playa de San Lorenzo (EFE/José Luis Cereijido)
Mancha de carbón en la playa de San Lorenzo (EFE/José Luis Cereijido)

Los vecinos de Gijón, desde el año 2018, se asoman cada mañana a la playa de San Lorenzo con temor. ¿Estará hoy todo lleno de carbón? Desde entonces y con frecuencia aparecen manchas negras por toda la arena, especialmente los días con más oleaje. Hay varias teorías y estudios sobre de dónde podrían proceder y cómo se les podría hacer frente, pero en estos siete años los organismos implicados no han conseguido alcanzar un consenso: por un lado, están los estudios de la Autoridad Portuaria de Gijón y por otro, los del Instituto Nacional del Carbón (Incar), perteneciente al CSIC. Entre ambas instituciones solo hay contradicciones. Los vecinos, hartos de ver cómo el tinte negro alcanza la orilla, esperan con resignación una solución.

"No es solo una cuestión estética, sino también simbólica: ver restos de carbón en la arena, en un entorno que representa lo mejor de nuestra ciudad, produce una mezcla de indignación y resignación", señala David Iglesias, vecino de Gijón y divulgador sobre la ciudad en redes (Gijón ye Xixón). A finales de este septiembre, la Autoridad Portuaria de Gijón decidió dar un nuevo paso al frente. "Somos conscientes del problema que supone para la ciudadanía la aparición de restos de carbón en la playa", sostienen fuentes de la infraestructura.

Junto al lnstituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, la entidad quiere determinar "las variables que condicionan la aparición de manchas de carbón". Para conseguirlo, realizarán una revisión de los informes ya existentes, estudiarán nuevas muestras sedimentarias y analizarán los principales factores que propician la aparición de carbón: el viento, el oleaje y las mareas.

placeholder Un hombre camina junto a unas manchas en la playa de San Lorenzo en Gijón (EFE/ Eloy Alonso)
Un hombre camina junto a unas manchas en la playa de San Lorenzo en Gijón (EFE/ Eloy Alonso)

Además, la Autoridad Portuaria también pretende analizar el comportamiento de las partículas de carbón detectadas en la playa de San Lorenzo a fin de determinar su movimiento y sus flujos. "Todo ello permitirá aproximarse a la compleja realidad del transporte de sedimentos en la zona de Gijón y, en su caso, adoptar las medidas de prevención necesarias", señalan fuentes del organismo.

Más allá de tratar de dar con el origen del carbón en San Lorenzo, el nuevo proyecto del Puerto también busca evitar que, cuando llueva o se rieguen las instalaciones portuarias, el agua presente en muelles y explanadas genere arrastres de sólidos, como carbón, al mar. Por otro lado, y junto a la Universidad de Oviedo, el Puerto analizará la presencia y la concentración de restos carbonosos en las dársenas para establecer posteriormente medidas correctoras o preventivas.

La llegada del carbón hace ya más de siete años trajo consigo una carrera entre el Incar y el Puerto para descifrar su origen. En 2018, pocos meses después de la aparición de las manchas por primera vez, la alcaldesa, Carmen Moriyón (Foro Asturias), aseguró que provenían del buque Castillo de Salas, un barco de la empresa estatal ElCano cargado con 99.072 toneladas de carbón que en enero de 1986 naufragó frente al cerro gijonés de Santa Catalina. “No es contaminante” ni “supone ningún problema ambiental”, señaló en 2018 Moriyón.

Dos años más tarde, llegó la guerra de estudios. A finales de 2020, el Incar presentó su primer informe solicitado por el Consistorio gijonés. En él, este organismo ya negó las primeras palabras de la alcaldesa y declaró que las manchas provenían del proceso de carga y descarga de los barcos en el Puerto de El Musel (Puerto de Gijón). En paralelo, la Autoridad Portuaria también encargó por su cuenta la elaboración de otro estudio para dar respuestas a la presencia de este mineral. En mayo de 2021, el Puerto presentó sus conclusiones: de nuevo, se atribuía el problema a la mercancía del buque Castillo de Salas y, en mucha menor medida, al propio Puerto de El Musel.

Los técnicos del Incar no tardaron en responder. "Tal y como está redactado el informe parece que había ya unas conclusiones que son las de siempre, que todo el carbón del arenal es del Castillo de Salas", criticó entonces Isabel Suárez, investigadora del Incar, quien señaló que el estudio "no tiene ninguna validez". Los años pasaron con algún tira y afloja. En mitad de la polémica, los vecinos elevaron en varias ocasiones quejas al Ayuntamiento y exigieron soluciones. Pero los meses pasaron y el carbón continuó llegando.

"Que no mientan más con la excusa de que es del Castillo de Sala. El Puerto sabe de sobra de dónde vienen. Y lo que llega hasta la playa es solo una pequeña parte de todo lo que hay", explica a El Confidencial Fructuoso Pontingo, portavoz de la Coordinadora Ecologistas de Asturias.

placeholder La playa de San Lorenzo el pasado mes de junio (EFE/ Juan González)
La playa de San Lorenzo el pasado mes de junio (EFE/ Juan González)

Este organismo señala que es el Puerto, con sus pilas de carbón y su forma de trabajar mediante graneles (es el principal puerto español en movimiento de graneles sólidos), el responsable. Además, exige a la entidad la instalación de un capote. "En todos los grandes puertos donde se trabaja con graneles, como pasa en Gijón, el puerto está encapotado. De hecho, solo hay que moverse 25 km. El puerto de Avilés es así", asegura Pontingo, quien también pide a la Autoridad Portuaria unas barreras para evitar que cuando llueva la corriente arrastre el carbón al agua.

La presencia de este mineral ya se ha convertido en un problema enquistado en la ciudad y la indignación y enfado de los vecinos crece por momentos. "Ninguna administración se encarga de quitarlo, alguna vez que otra, cuando la ciudadanía alza la voz, pero raramente", denuncia David Iglesias, quien cuenta que el temor a afecciones a la salud es cada día mayor: "El principal problema es la generación de nubes de polvo de carbón que, con la ayuda de los vientos, se dispersan por la ciudad, afectando a barrios y zonas cercanas al puerto, como ocurrió en 2015 con el barrio de la zona oeste de Gijón".

Con el nuevo estudio, los vecinos esperan que se acabe el problema, aunque no consiguen camuflar su inquietud: "Hay preocupación por el impacto ambiental, por la imagen que proyectamos como ciudad costera, y también por la falta de medidas claras desde el Puerto. En mi caso, lo vivo con especial sensibilidad porque creo que los espacios públicos deben reflejar cuidado, respeto y orgullo cívico", concluye Iglesias.

Los vecinos de Gijón, desde el año 2018, se asoman cada mañana a la playa de San Lorenzo con temor. ¿Estará hoy todo lleno de carbón? Desde entonces y con frecuencia aparecen manchas negras por toda la arena, especialmente los días con más oleaje. Hay varias teorías y estudios sobre de dónde podrían proceder y cómo se les podría hacer frente, pero en estos siete años los organismos implicados no han conseguido alcanzar un consenso: por un lado, están los estudios de la Autoridad Portuaria de Gijón y por otro, los del Instituto Nacional del Carbón (Incar), perteneciente al CSIC. Entre ambas instituciones solo hay contradicciones. Los vecinos, hartos de ver cómo el tinte negro alcanza la orilla, esperan con resignación una solución.

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