Rajoy: "Un populista puede ser de extrema derecha, de extrema izquierda, de extrema nada o de extrema estupidez"

El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy ha defendido este jueves la salud de la democracia liberal en Europa, aunque sin negar que existe un déficit de calidad democrática, pero ha advertido contra su principal amenaza: el populismo. En el Foro La Toja, Rajoy ha participado junto al expresidente mexicano Ernesto Zedillo en una mesa redonda moderada por la exministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya. “Soy optimista, porque ser pesimista no vale absolutamente para nada”, ha dicho Rajoy con su gracejo habitual, antes de responder a una pregunta que él mismo se ha formulado: “¿Y qué es el populismo?".

En todo didáctico, Rajoy ha querido enumerar las claves para identificar a un populista, algo "muy difícil" porque "puede ser un populista un millonario de Nueva York, un comunista español fascinado por dictaduras tropicales, un xenófobo centroeuropeo: y puede ser de extrema derecha, de extrema izquierda, de extrema nada y de extrema estupidez". En este sentido, ha tratado de diagnosticar sus características comunes, sin citar líderes actuales pero dando suficientes pistas para que el auditorio supiera identificarlos.

Primero, la casta. “Cuando oigan a alguien hablar de los privilegiados, de la casta, de los que machacan al pueblo y tal, ahí hay un populista en potencia”. En segundo lugar, “cuando vean a alguien diciendo que todo lo que se ha producido hasta que llegó es un desastre, desconfíen porque ahí hay un populista. El mundo feliz, claro". La tercera característica, según Rajoy, es que el líder “suele ser alguien con mucho carisma, muy potente. Recuerden ustedes, a Perón, Fidel Castro, todos estos”.

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En conclusión, el expresidente del Gobierno ha lamentado que este tipo de políticos ahora proliferan en Europa "por doquier. "En España también tenemos algún populista despistado". Y de nuevo, una pregunta: "¿Qué es lo que hay detrás de todo esto?". Es entonces cuando Rajoy ha desarrollado su tesis final en defensa de la democracia, porque según su criterio este tipo de políticos "reducen la democracia a votar: en democracia se vota, gano, y a partir de ahí hago lo que estimo oportuno y conveniente: los controles, el Estado de derecho, la separación de poderes les traen completamente sin cuidado". Y así, Rajoy ha enviado un mensaje a las democracias liberales y a los europeos: "Tenemos que dar la batalla contra el populista".

Democracia "bajo asedio"

En este sentido, y continuando con el tono establecido por Rajoy, Zedillo ha explicado con claridad que la forma de defender la democracia liberal es defendiendo sus fortalezas, algo que reclamó a las instituciones europeas: "A los populistas no los vas a ganar siendo populista. A los payasos no los vas a ganar siendo payaso". Zedillo ha argumentado que la democracia liberal “está bajo asedio porque los populistas son ahora más sofisticados”. Lo ha explicado: “Antes venían por un golpe de estado, ahora son populistas que juegan a ser demócratas, participan a través de un partido y una vez que se instalan en el poder minan las reglas democráticas hasta que controlan el poder. Controlar la democracia para destruir la democracia”.

Por ello, ha explicado que “la última gran potencia benigna es Europa, que tiene una responsabilidad moral para defender la democracia. Ojalá puedan reformarse las instituciones multilaterales”, ha subrayado para insistir en la defensa del multilateralismo. "Lo que ha pasado con el sistema multilateral de comercio es verdaderamente atroz y mi reclamación, que es una reclamación fuerte, es haber ido al rinconcito de Mar-a-lago y aceptar el acuerdo bilateral con Estados Unidos, en lugar de decir que hay reglas". En esta defensa del derecho internacional, Zedillo ha explicado que Europa ha reaccionado de manera equivocada al órdago de Donald Trump en materia arancelaria.

Finalmente, Rajoy ha insistido en defender el modelo bipartidista frente al populismo. "La historia de Europa es la historia de un éxito. Y los 45 mejores años de nuestra historia han sido estos 45 años de modelo bipartidismo. Cuando entra un populista pasa esto (en referencia a la inestabilidad política actual). Por lo tanto hay que hacer mucha pedagogía. Al extremismo no se le puede plantar cara con una opción extremista, porque si no acaban todos a bofetadas; y a un demagogo no se le puede combatir con demagogia y no se puede debatir en el barro, sobre los que no estamos acostumbrados".

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En este sentido, ha querido defender la figura del partido político: "Es muy fácil vituperar a los partidos y a los políticos, pero ¿cuál es la alternativa a los partidos? ¿Qué pasó en Venezuela, Nicaragua o Argentina cuando llegó a Perón, que es la quintaesencia del populismo? No hay otra alternativa que un autócrata, que hace lo que le da la gana y no da explicaciones a nadie". Es más, ha asegurado que en los catorce años que fue presidente del PP tuvo "que dar muchas explicaciones, y créanme que no es lo más agradable". Así, dijo irónicamente que no conoce a ningún líder de un partido político que no deba someterse a los controles de su organización.

González Laya ha querido preguntar por ese porcentaje elevado de jóvenes que creen que es mejor vivir en un modelo autoritario a una democracia, que están dispuestos a renunciar a cotas de libertad por ganar en bienestar. Rajoy se ha limitado a pedir pedagogía y a decir que "en determinados momentos de la vida la gente es más proclive a creer a aquellos que proponen soluciones fáciles a problemas difíciles". Por su parte, Zedillo también se ha agarrado al argumento de la pedagogía, porque "si en algo hemos fallado en explicar a los ciudadanos lo que da la democracia y las responsabilidades que conlleva. Hay que explicarles que en una dictadura un día vienen a por tu padre porque piensa distinto al gobernante de turno".

Opinión

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Rajoy ha sido crítico con algunos de los problemas de la Unión. En este sentido, y a modo de broma, ha recordado una anécdota de la edición del foro, cuando un vídeo suyo abriendo una botella de agua se hizo viral. El expresidente intentó beber y acabó derramándola ante la imposibilidad de quitar el tapón de plástico. Entonces, como esta vez, ha culpado a la hiperregulación europea, pero se alegró de que este año le hayan puesto una botella con un tapón de metal que sí se podía quitar. "De lo otro me olvido", ha dicho ante el reproche simpático de González Laya.

Para finalizar, Zedillo ha solicitado que Europa pase a jugar un papel activo en el escenario geoestratégico internacional, "por el bien de la Humanidad". "Para que haya democracia", ha concluido Rajoy, "Europa es capital".