El Gobierno no tiene aún votos para aprobar el embargo de armas a Israel

El PSOE ha afrontado tantas veces una votación en el Congreso, sin saber si la ganaría o se llevaría un revés, que ha perdido ya la sensación de vértigo. "Asomados al precipicio estamos todos los días", admitía este miércoles un dirigente socialista, sobre la perenne inestabilidad de su mayoría parlamentaria. En unos días, la Cámara decidirá si convalida o no el real decreto ley de embargo de armas a Israel, con el que España pretende dar un paso más contra Benjamin Netanyahu. El debate está fijada para el martes pero el Gobierno no sabe aún si cuenta con votos suficientes para poder convalidarlo.

Es un test importante para la Moncloa porque precisamente la posición en defensa de la solución de los Estados y el reconocimiento de Palestina, que Pedro Sánchez defendió en soledad casi desde el estallido de esta guerra y que ahora cuenta con un amplio respaldo a nivel global, ha permitido al Ejecutivo coger fuelle tras el verano.

Y este real decreto ley busca incrementar la presión sobre Israel, con medidas contra el genocidio en Gaza y de apoyo a la población palestina, que incluyen el veto a contratar material o tecnología de defensa israelí o la prohibición de que barcos o aviones con armamento destinado al país hebreo atraviesen el espacio español. La fecha de la votación coincide además con el segundo aniversario de los brutales atentados de Hamás, que desencadenaron el conflicto actual. Una circunstancia que no ha pasado desapercibida en los medios de comunicación hebreos.

Podemos ha puesto públicamente reparos al texto por entender que es un "coladero" para mantener el comercio armamentístico con Israel, en parte por la cláusula de seguridad que permitirá al Gobierno incumplir el embargo si así lo dicta el "interés nacional".

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En Moncloa molesta mucho el discurso de los morados, muy crítico con Sánchez y el PSOE, pero no ven al partido de Ione Belarra votando en contra de este real decreto ley. La verdadera incógnita es Junts. Inmersos en una larga reflexión sobre si sostener o no al Ejecutivo, en este asunto se añade el choque entre dos placas tectónicas: la herencia pujolista de simpatía hacia el sionismo y la presión de la opinión pública contra la matanza indiscriminada de civiles y niños en Gaza.

A estas alturas de la semana, el Gobierno desconoce si Junts avalará o no el embargo de armas. Y la duda es tan profunda que se han llegado a plantear como salida una abstención del PP. Alberto Núñez Feijóo apenas se ha ocupado de este tema en dos años, pero últimamente ha hablado de "masacre" en Gaza. Y esto, a ojos del Ejecutivo, podría significar que no se sitúan en contra. Los populares todavía no han desvelado el sentido de su voto pero, como publicó este periódico, su propósito es dejar solo al Gobierno con su decreto.

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Los problemas de la Moncloa no terminan en esta votación. El Ejecutivo tampoco cuenta con garantías para aprobar la ley de movilidad sostenible, de la que dependen el desbloqueo de 10.000 millones de euros de fondos europeos, en este caso únicamente por el rechazo de Podemos. Su secretaria general, Ione Belarra, advirtió ayer que "va a ser papel mojado" si no se paralizan megaproyectos como la ampliación del aeropuerto del Prat o del puerto de Valencia.

Fuentes gubernamentales admiten que las negociaciones para sacar adelante esta ley "no van bien". Pero el Gobierno se ha acostumbrado a las vistas que se divisan desde el borde del precipicio y sostiene que "hay tiempo". De no lograr avances, el Ejecutivo se expone a dos severas derrotas, que podrían comprometer su posición internacional, ante la UE y en su apoyo a Palestina.