Pacto climático: el próximo test de la Moncloa para dividir a la derecha

Otoño caliente en la Moncloa para mantener el aliento logrado con la posición de España ante la guerra en Gaza y abrir otro respiradero con el debate sobre los efectos del cambio climático y la necesidad de un pacto nacional. Se puede ir preparando el PP para otro monográfico, con las elecciones en Castilla y León en menos de seis meses, y una discusión en ciernes sobre política verde.

Pedro Sánchez pretende cabalgar a lomos de la transversalidad social. Se implicó desde el comienzo en el último conflicto de Oriente Próximo, primero con la denuncia del brutal atentado de Hamás y después con la desproporcionada reacción de Israel, el reconocimiento de Palestina y la solución de los dos estados. Y en este caso se ha cumplido la máxima de quien siembra, recoge. "Hay que defender lo que es justo, independientemente de que sea minoritario", sostuvo ante los parlamentarios socialistas, en el arranque del curso.

En un contexto que ha evolucionado hacia una amplia censura mundial de Benjamin Netanyahu, en la Moncloa aún no entienden cómo el PP no ha leído este cambio y ha sido consciente de la indignación de la opinión pública ante la matanza de civiles y niños.

El acierto en la posición sobre lo que ocurría en Gaza ha supuesto para el Gobierno un éxito momentáneo. Primero, porque ha propiciado una tímida movilización del electorado progresista. Y segundo porque, de manera inesperada, le ha generado un lío al PP. Aunque históricamente ha defendido la solución de los dos estados, Alberto Núñez Feijóo ha estado ausente del debate durante meses. Y ahora, mientras algunos de sus barones hablan de genocidio, Isabel Díaz Ayuso y José María Aznar se muestran proisraelíes.

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El PSOE lleva semanas hurgando en estas diferencias con el único propósito de erosionar a Feijóo. A nivel interno, cuanto más levanta el Gobierno la bandera de Gaza, más opciones ven de activar al electorado joven de este espacio y empezar a despertar a los votantes indecisos, muy retraídos por el grave escándalo de corrupción que han protagonizado José Luis Ábalos y Santos Cerdán, con todas sus derivadas.

Se han hecho lecturas sobre si los socialistas pretenden así morder en el votante de Sumar y de Podemos para engordar a costa de ellos. La única realidad es que Sánchez necesita a la izquierda, a su izquierda, organizada en una sola candidatura y no derruida para tener alguna posibilidad de reeditar un Gobierno de coalición. Y la cuestión palestina, señalan fuentes del Ejecutivo, no genera división de opiniones entre el electorado progresista. Al contrario, vitamina a todos y en la derecha, subrayan, provoca conflicto. "Entre lo que dicen los dirigentes del PP y lo que piensan sus votantes pero también entre PP y Vox".

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Este esquema es exportable a la inquietud ciudadana por el cambio climático, después de varios veranos de calor extremo, la trágica dana en Valencia y la ola de incendios este último agosto. Sánchez ha propuesto un pacto de Estado frente a la emergencia climática y, sin abandonar el foco sobre el drama en la franja de Gaza, quiere alcanzar un amplio acuerdo político, social e institucional, que involucre también a la Administración autonómica y local.

La preocupación por el calentamiento del planeta y sus consecuencias alcanza en España al 80% de la población. Y, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el pacto de Estado tiene un apoyo del 75%. Es un debate prácticamente ganado de antemano que, mantienen en Moncloa, conecta al Gobierno con las "personas sensatas" que ven un peligro en el cambio climático. Y, añaden, "no es el tema favorito" del PP porque "divide a su electorado", no tiene un proyecto nítido y "le enfrenta también a Vox".

Convención en León

Así han diseñado los socialistas políticamente el otoño. Con la intención de despertar a los jóvenes y los indecisos y propiciar todos los líos posibles en la derecha. Una convención en León en las próximas semanas, para empezar a calentar las elecciones autonómicas, sentará las bases de la propuesta del PSOE en temas verdes.

Esta agenda les permite llenar el espacio y colocar en un segundo plano las continuas votaciones perdidas en el Congreso, las dificultades judiciales de la familia del presidente y la corrupción de Ábalos y Santos. El runrún es que nuevos informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil le puede aguar la fiesta a la Moncloa. Pero este daño, los golpes consecutivos de las andanzas de sus dos exsecretarios de Organización, casi lo dan por amortizado.