Sánchez replica al juicio a su mujer con más acciones en Gaza: envía un buque a proteger la flotilla

El día no ha terminado como Pedro Sánchez esperaba. Su última jornada en Nueva York, tras la Asamblea General de la ONU, con la matanza de civiles en Gaza convertida ya en una denuncia de resonancia global y una apuesta muy amplia por la solución de los dos Estados, debía concluir sin sustos. Con satisfacción incluso, tras comprobar que las posiciones que España ha mantenido en soledad a lo largo de estos dos años, han acabado por ser mayoritarias.

Pero un juez y un tribunal en dos ciudades distintas del país, le han amargado la semana al presidente. Este martes, la Audiencia Provincial de Badajoz confirmó la apertura de juicio oral contra su hermano por prevaricación y tráfico de influencias en la creación de una plaza como coordinador de las actividades de los conservatorios de música. Sólo 24 horas después, el juez Juan Carlos Peinado, que instruye la causa contra su mujer, ha convertido la pieza sobre presunta malversación, por valerse de su asistente en la Moncloa para sus actividades profesionales privadas, en un procedimiento con jurado popular, que será el encargado de juzgarla, si finalmente se sienta en el banquillo.

En el núcleo duro de Sánchez han visto en esta última decisión un intento de Peinado de reventar su comparecencia en esta cumbre. Pero apenas hubo réplica. El presidente sorteó todas estas vicisitudes pasando casi de puntillas por los problemas judiciales de su familia y repitió las mismas declaraciones que ha realizado hasta ahora. "La verdad es que mi hermano y mi mujer son inocentes y espero que cuando eso suceda, y la justicia así lo dicte, pues tenga la misma repercusión mediática que tiene ahora mismo todo lo que está planteando en este caso el juez Peinado". Hasta se contuvo y no insistió en la tesis con la que comenzó el curso político: “Hay jueces haciendo política que no cumplen la ley”.

Su reiterada denuncia sobre la masacre perpetrada por Israel contra la población gazatí le ha dado una ventaja política estas semanas, que ha situado en un segundo plano los procesos contra su esposa y su hermano y las constantes derrotas en el Congreso. Y el presidente se resiste a orillar este asunto, a pesar de la actualidad judicial.

Sánchez aprovechó la rueda de prensa para anunciar que, como ya ha ha hecho Italia, enviará un buque de la Armada para proteger la Flotilla de la Paz, que viaja a Oriente Próximo con personas de 45 países para llevar alimentos a los gazatíes y expresar la "solidaridad con su sufrimiento". Ya se advirtió al Gobierno de Israel, recordó, que íbamos a "proteger" a nuestros ciudadanos. Esta será la tarea de este buque: "En caso de que haya alguna dificultad, rescatar a los nacionales y también los integrantes de la Flotilla de la Paz".

En los últimos días, los barcos con voluntarios, donde entre otros españoles viaja la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, han sufrido ataques con drones que provocan daños de distinta índole y afectan a las comunicaciones. El jefe del Ejecutivo demandó que "se cumpla la ley internacional y que se respete el derecho de nuestros ciudadanos a navegar por el Mediterráneo en condiciones de seguridad".

El buque partirá este jueves desde el puerto de Cartagena y esto abre un escenario incierto. España e Israel no han dado el paso de la ruptura diplomática, según Sánchez, porque las relaciones entre dos países están por encima de las discrepancias entre dos gobiernos. "Esa es nuestra posición y nuestra ambición, pero no sé exactamente qué es lo que puede suceder en los próximos días o las próximas semanas", indicó, en referencia a la seguridad de la flotilla.

El Gobierno cree haber reconectado socialmente con este tema, mientras están a la espera de nuevos informes judiciales sobre la corrupción de José Luis Ábalos y Santos Cerdán. Si el presidente no encuentra un momento favorable para convocar elecciones, la decisión es resistir. En Moncloa piensan que pueden hacerlo, pese a no tener apoyo para aprobar unos presupuestos o vivir en el Congreso continuas derrotas por la imprevisibilidad de Junts. La única bomba atómica capaz de sacarlos del Ejecutivo es que Carles Puigdemont apoye una moción de censura de PP y Vox. Un escenario que por el momento no contemplan. En todo caso, Sánchez volverá a presentarse a la reelección en 2027, y así lo ha expresado este martes en una entrevista en Bloomberg. "Lo haré sin duda", ha afirmado.