El informe interno del 'apagón' de las pulseras antimaltrato desvela que fue más grave y duró al menos ocho meses
El centro de control Cometa avisó a un juzgado en febrero de 2024 de que no podían "desarrollar sus funciones y, en especial, las de protección de una víctima"
La ministra de Igualdad, Ana Redondo. durante el Congreso Socialista de Castilla y León. (Europa Press/Isa Saiz)
Los problemas en torno a las pulseras antimaltrato pusieron en riesgo la protección de las víctimas y se alargaron durante al menos ocho meses de 2024. Así se desprende de dos informes del centro de control Cometa, el organismo que gestiona estos dispositivos y alerta a los juzgados cuando un maltratador o un agresor sexual incumple una orden de alejamiento.
"Este centro de control, dada la imposible localización del dispositivo portado por el usuario del servicio y en consecuencia de su persona, no puede desarrollar sus funciones y, en especial, las de protección de la víctima", advirtió la asesoría jurídica de Cometa a un juzgado después de que este le pidiera explicaciones por los errores que estaba dando el sistema de alertas en febrero de 2024.
"Con motivo de la última actualización, de manera temporal, no es posible la realización de nuevas instalaciones y/o sustituciones de dispositivos", indicó a otro juzgado que le solicitó colocar una pulsera a un investigado en septiembre de 2024. "En el momento en que se pueda llevar a cabo la instalación solicitada, este centro de control se pondrá en contacto con ese juzgado".
El Confidencial ha accedido al contenido de estos informes tras las explicaciones ofrecidas por el Ministerio de Igualdad, que ha reconocido que se produjeron errores cuando el servicio pasó de Telefónica a Vodafone a comienzos de 2024. También defienden que el sistema "funciona ahora con absoluta normalidad" y que los problemas se limitaron a "algún caso puntual del año pasado", pero ambos informes revelan que fueron recurrentes. "Han de llevarse a cabo actualizaciones en el sistema, como ha ocurrido en múltiples ocasiones desde el inicio de la prestación del servicio", admitía Cometa en el escrito de septiembre.
Desde Igualdad tratan de minimizar la importancia de estos informes y apuntan a que el motivo del primero "puede ser desde policial hasta la destrucción del aparato". Sin embargo, esta teoría no encaja con la frase final que Cometa incluía en su respuesta al juzgado: "Sin perjuicio de lo indicado, en el supuesto de recibirse en el sistema el evento de restauración de la alarma (...), esta será puesta inmediatamente en su conocimiento". En cuanto al segundo informe, desde el ministerio también tratan de justificarlo: "El sistema requiere actualizaciones, como cualquier ordenador. Máxime tratándose de un servicio así", argumentan.
Como desveló este jueves El Confidencial, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, un órgano adscrito al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), alertó en enero de 2024 a la actual ministra de Igualdad, Ana Redondo, del riesgo que entrañaban las nuevas pulseras. "Se lo advertimos. Le advertimos de que este servicio no tenía las garantías", explicó a El Confidencial María Ángeles Carmona, su entonces presidenta.
Estas sospechas se confirmaron en los siguientes meses y, en septiembre de 2024, los responsables de Cometa avisaron al juzgado de que Igualdad estaba al tanto de los problemas: "Esta situación se ha puesto en conocimiento del Ministerio de Igualdad y de todos los organismos oficiales correspondientes", destacaron en su informe.
La propia memoria de la Fiscalía General del Estado de 2024 incluye también una advertencia sobre la "gran cantidad de sobreseimientos provisionales o fallos absolutorios" que ha provocado esta situación, aunque este jueves matizaron sus críticas a través de un comunicado: "Las víctimas estuvieron protegidas en todo momento porque los dispositivos funcionaron", aseguraron.
Esta afirmación choca con lo vivido por un juez de violencia sobre la mujer, que sostiene que los problemas con las nuevas pulseras siguen produciéndose a día de hoy. Ya no solo por los errores que reconoce Igualdad y que se centran en el modo en que se pasaron los datos de una empresa a otra en 2024, sino también por los nuevos dispositivos que el ministerio compró al comienzo de ese mismo año.
"Tenemos problemas de localización, problemas de cobertura, problemas de batería y algo todavía más vergonzoso: ahora algunos investigados se han quitado fácilmente el dispositivo sin ningún tipo de herramienta o instrumento", afirma. Desde Igualdad niegan esta versión y sostienen que los nuevos dispositivos son "más modernos", pero el juez apunta a que las diferencias son innegables: "Antes tú no podías quitarte la pulsera ni con un cortafrío".
Sus críticas coinciden con las de la mencionada expresidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, que ahora ejerce como letrada de la administración de Justicia en un juzgado de violencia sobre la mujer. Según advertía este miércoles en conversación con El Confidencial, las pulseras están generando una enorme preocupación en la judicatura, hasta el punto de que su uso ha disminuido en los últimos meses.
"Es por una razón muy sencilla: poner una pulsera no va a proteger más a la víctima que adoptar otras medidas más restrictivas, como puede ser ordenar el ingreso en prisión o prohibir a un señor que entre en una población", confirma el juez de violencia sobre la mujer. "Yo ya llevo varios meses que no impongo una pulsera. No me la juego".
Los problemas en torno a las pulseras antimaltrato pusieron en riesgo la protección de las víctimas y se alargaron durante al menos ocho meses de 2024. Así se desprende de dos informes del centro de control Cometa, el organismo que gestiona estos dispositivos y alerta a los juzgados cuando un maltratador o un agresor sexual incumple una orden de alejamiento.