El habla popular de Extremadura conserva un buen número de expresiones que sorprenden a quienes no son de la región: son palabras que nacieron del uso cotidiano y que se transmitieron de generación en generación, hasta convertirse en parte de la identidad local. Una de las más llamativas es “sapalipanda”, que se utiliza en zonas concretas de la comunidad para describir una situación de alboroto o desorden, y que desconcierta a cualquiera que no haya crecido escuchándola.
“Sapalipanda” se usa de forma coloquial para hablar de una gresca, un jaleo o un tumulto, ya sea en la calle, en una fiesta o en cualquier situación donde el ruido y el desorden acaban dominando el ambiente. Es frecuente escucharla en conversaciones del día a día, con frases como: “Se montó una sapalipanda en la plaza”. El término tiene un sonido peculiar y rotundo, lo que contribuye a que permanezca en la memoria de quienes lo escuchan por primera vez.
Aunque se reconoce también en otras partes de Extremadura, la expresión está especialmente vinculada a Alburquerque, en la provincia de Badajoz, donde se ha mantenido viva en el habla popular.
Allí forma parte del vocabulario cotidiano y se transmite de generación en generación como un signo del carácter expresivo de la zona. Este vínculo local refuerza la importancia de “sapalipanda” como muestra del arraigo cultural de las palabras en los pueblos extremeños. El proyecto Frontera hispano-portuguesa (FRONTESPO), que recoge documentación lingüística de la franja fronteriza entre España y Portugal, incluye esta palabra en sus archivos con la definición de "gresca, riña, alboroto".
Más allá de su origen concreto, la fuerza de esta expresión radica en su capacidad de describir de forma gráfica una situación de caos o bullicio colectivo. No se trata de un insulto ni de una palabra con connotaciones negativas, sino de una manera pintoresca de reflejar la realidad de un desorden, con un matiz humorístico que refleja bien el carácter popular extremeño.
El habla popular de Extremadura conserva un buen número de expresiones que sorprenden a quienes no son de la región: son palabras que nacieron del uso cotidiano y que se transmitieron de generación en generación, hasta convertirse en parte de la identidad local. Una de las más llamativas es “sapalipanda”, que se utiliza en zonas concretas de la comunidad para describir una situación de alboroto o desorden, y que desconcierta a cualquiera que no haya crecido escuchándola.