Vox saca la cabeza en la crisis de los incendios para capitalizar el malestar frente a PP y PSOE
Los de Abascal cargan contra el "terrorismo climático", del que culpan a populares y socialistas, y buscan blindar el voto rural, uno de los grandes nichos que los ultraconservadores se disputan con Feijóo
El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Pablo R. Seco)
Mientras PSOE y PP se enfrascan en una nueva guerra política por la responsabilidad ante la devastadora oleada de incendios de agosto, Vox trata de sacar la cabeza y capitalizar el malestar ciudadano culpando al bipartidismo de la situación. La defensa del campo es una de las grandes banderas que Santiago Abascal se disputa con Alberto Núñez Feijóo. En el voto rural reside o al menos residía buena parte de su fortaleza en los sondeos. Por eso, los ultraconservadores no han dudado en endurecer su discurso y responsabilizar tanto a socialistas como a populares de la crisis.
Tras la ruptura de Vox con Feijóo y su salida de los gobiernos autonómicos hace algo más de un año, Santiago Abascal inició una estrategia de desgaste contra su homólogo en el Partido Popular, al que insiste en ubicar en el mismo marco que el PSOE en los asuntos más espinosos y en los que el partido a la derecha del PP cuenta con mayor predicamento: la inmigración y el debate climático. Y es una hoja de ruta que ha dado resultados. Vox ha experimentado un ascenso sostenido en las encuestas, especialmente tras el estallido del 'caso Cerdán', una tendencia que también perciben en la propia sede de Génova.
De poco o nada sirvió la discreta reunión que Feijóo mantuvo con Abascal antes del cierre de curso. Más allá del combate contra el Gobierno, Vox no dejará de apretar al PP. El martes, su líder publicó un vídeo en redes sociales en el que cargaba duramente contra los dos grandes partidos, y pedía "echar" a "la mafia y la estafa de unos y de otros". "Cuánta impotencia viendo España arder, y cuánta rabia viendo a los gobiernos de unos y de otros dejando que arda", lanzó, aprovechando, de nuevo, la baza de su salida de los ejecutivos del PP —entre ellos Castilla y León, una de las regiones más castigadas— para arremeter contra la gestión autonómica y central.
Está ardiendo todo menos lo único que tiene arder: un sistema corrupto diseñado contra el pueblo español. pic.twitter.com/dZPTgbgjES
La acometida no se quedó ahí. Vox quiere emprender su propia guerra contra el "terrorismo climático" del que culpa también al PP, y asegurar el granero de votos que suponen agricultores y ganaderos. Este miércoles, el jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, subió aún más el diapasón contra el "bipartidismo pirómano" que "ha aprobado leyes y reglamentos que han permitido la destrucción del territorio nacional". Sacó a relucir, además, el pacto suscrito por todos los partidos en el Congreso en diciembre de 2024 contra el cambio climático, lo que a ojos del dirigente es "basura agendista y globalista".
Siguen los rescoldos de la batalla política por los fuegos de estos días
El último barómetro del CIS refleja que el 27,5% de los trabajadores del ámbito rural, pesquero o forestal optaría por Vox en las próximas elecciones generales, menos de dos puntos por debajo del PP. Los de Feijóo no son ajenos a que la batalla del campo es una prioridad, y en los últimos meses han endurecido su discurso contra las políticas ecologistas de la Comisión Europea, a la que exigen una flexibilización. Algunos barones del PP, como Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana o Fernando López Miras en Murcia han repudiado la llamada Agenda Verde, una de las condiciones que Vox puso encima de la mesa para apoyar sus presupuestos autonómicos.
En la dirección del PP asumen que el creciente clima de polarización, primero con el estallido de las causas de corrupción que cercan a la Moncloa y ahora con el desastre provocado por los fuegos, beneficia a los ultraconservadores. Son conscientes, dicen fuentes de la cúpula, que la guerra del 'y tú más' con el PSOE es un caldo de cultivo en el que los de Abascal se sienten cómodos.
Génova no aprecia por ahora desgaste demoscópico de sus barones por la gestión de los incendios. Es pronto, dicen, porque todos los esfuerzos están puestos aún en la extinción y en las tareas de reconstrucción. El PSOE, especialmente de la mano del ministro de Transportes, Óscar Puente, ha puesto en la diana a Alfonso Fernández Mañueco ante la proximidad de las elecciones en Castilla y León, que se celebrarán en el primer trimestre de 2026 e inaugurarán el próximo ciclo electoral. Fuentes del PP creen que los socialistas no conseguirán sacar rédito político de la catástrofe por la enorme "crisis reputacional" de Sánchez, aunque sí admiten que la situación puede mejorar la posición de Vox.
Los de Abascal tratan de marcar el paso a populares y socialistas ante un hartazgo que creen transversal. En el partido recuerdan que en julio Vox registró una batería de medidas para prevenir los incendios, desde la recuperación de los métodos tradicionales de limpieza de montes al endurecimiento de las penas a los pirómanos. Esta semana también registró una batería de preguntas por el caos ferroviario derivado de los incendios.
Por ahora, el PP se ha centrado en situar la responsabilidad sobre los hombros del Gobierno con peticiones de comparecencia de los ministros implicados, pero prevé impulsar nuevas acciones a nivel nacional en los próximos días. Sánchez, por su parte, aprobará la próxima semana la declaración de zonas de emergencia mientras prepara un paquete de ayudas tras 15 días de incendios casi sin precedentes, aunque ha puesto el peso de toda su estrategia en la "emergencia climática" que pretende vehiculizar a través de un pacto de Estado en septiembre.
Génova recela de las intenciones del presidente con este gran acuerdo y ve un intento de situar a Feijóo en una situación comprometida: o pacto con el PSOE, o alineación con de Vox. El PP tratará de marcar perfil propio con una posición intermedia: más políticas ambientalistas que huyan del "dogmatismo" y la "ideología" de la izquierda y de la posición "negacionista" del cambio climático de Vox. Por ahora, y a la espera de que el Gobierno presente un texto, los populares se niegan a estrechar la mano al jefe del Ejecutivo por esta cuestión.
Mientras PSOE y PP se enfrascan en una nueva guerra política por la responsabilidad ante la devastadora oleada de incendios de agosto, Vox trata de sacar la cabeza y capitalizar el malestar ciudadano culpando al bipartidismo de la situación. La defensa del campo es una de las grandes banderas que Santiago Abascal se disputa con Alberto Núñez Feijóo. En el voto rural reside o al menos residía buena parte de su fortaleza en los sondeos. Por eso, los ultraconservadores no han dudado en endurecer su discurso y responsabilizar tanto a socialistas como a populares de la crisis.