Colas en América para hacerse español antes de octubre: "Ahora hay más prisa que nunca"

El 21 de octubre de 2025 no podrán presentarse más solicitudes de nacionalidad en los consulados españoles para los descendientes beneficiarios de la Ley de Memoria Democrática (LMD). Un día antes caduca el plazo establecido para iniciar los trámites que derivan en la obtención del pasaporte español y por eso miles de personas se están movilizando en medio mundo. El caos en el que se han sumido las sedes diplomáticas de los países latinoamericanos, las más demandadas, llega hasta los registros civiles o archivos religiosos en territorio español.

El proceso que han comenzado cientos de miles de descendientes suele partir de la búsqueda de la certificación de nacimiento de su antepasado español. Esos documentos se hallan generalmente en archivos españoles diseñados para una demanda endémica de trámites, que ahora están colapsados debido a la falta de recursos humanos y materiales para hacer frente a la avalancha de peticiones que se amontonan.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (MAEUEC), las solicitudes de nacionalidad por LMD casi se triplicaron en 2024 con respecto a las de 2023. Sin embargo, no crecieron tanto las inscripciones de expedientes, el paso dado una vez se resuelven favorables las solicitudes, debido al retraso de los consulados en el procesamiento. El siguiente gráfico muestra cómo el crecimiento es aún menor en las inscripciones en el registro civil, último paso de los nuevos españoles para poder, por ejemplo, sacarse el DNI.

Caos en La Habana

La LMD abarca muchos temas y problemáticas, que van desde la resignificación del Valle de los Caídos hasta la investigación de desapariciones forzadas. Son estas líneas de acción gubernamental, más apegadas a la sociedad española, las que han copado titulares aquí desde que entró en vigor la ley en octubre de 2022. Otra parte de la LMD va dirigida a resarcir a los descendientes otorgándoles la posibilidad de acceder a la nacionalidad española de sus antepasados exiliados. La Disposición Adicional Octava de la ley, la que establece el mecanismo para optar por la ciudadanía española, es la que quedará sin efecto el próximo 21 de octubre. De ahí la prisa que corre en tantos países.

La LMD no se diseñó exactamente para los descendientes en Latinoamérica, pero allí se concentró gran parte de la emigración española a raíz de la Guerra Civil. Solo en Cuba podrían haberse beneficiado unos cinco millones de personas de la LMD y las estimaciones más conservadoras hablaban de 1,5 o dos millones de nuevos españoles en todo el mundo a raíz de esta ley.

Cuba y Argentina son los dos países donde más descendientes y solicitudes se han presentado. Paradójicamente, también destacan entre los escenarios más complicados para materializar la nacionalización de descendientes. Estos por lo general son nietos de españoles que emigraron tras la posguerra a Latinoamérica, de ahí que la LMD también se conozca como “Ley de Nietos”. Los siguientes datos, facilitados por el MAEUEC a El País, muestran cómo en el consulado de La Habana, por ejemplo, “han surgido” más españoles con la LMD que todos los nacidos en la comunidad autónoma de Castilla y León en 2023 y 2024.

Este martes 24 de junio, el medio digital Diario de Cuba (no controlado por el régimen de la isla), se hacía eco de la compleja situación que enfrentan los descendientes que aplican a la LMD desde allí. Su reporte “La fiebre por conseguir la nacionalidad española aumenta en Cuba a medida que se acerca la fecha límite”, muestra las inmensas filas de personas que se forman cada mañana a las afueras del consulado para ser atendidas, llegando algunas a acampar en parques de las inmediaciones.

Estela Marina Pérez, presidenta de la Asociación de Descendientes Españoles en el Mundo (ADEM), explica el contexto de esta situación: “Un funcionario consular español en La Habana dijo que desde hace un año paralizaron el otorgamiento de credenciales (usuario y contraseña para avanzar en el el proceso) a los descendientes, porque había decenas de miles de solicitudes acumuladas. Cuba es el caso más complicado y se debe a un problema de mala gestión consular, porque los responsables no han sabido lidiar con esto. Yo trabajo con los consulados de muchos países latinos. En República Dominicana incluso me reuní con las tres chicas que atienden lo relacionado con esta ley y todo funciona genial. Menos en Cuba, en todos los países enseguida se da alguna respuesta a los solicitantes, quienes apenas pueden tener contacto con la administración”.

Pérez cree que muchas personas “se van a quedar fuera” y sin aplicar a la LMD, porque las apostillas de documentos tardan muchos meses y Cuba no está adscrita al sistema de legalizaciones de La Haya. “En los otros países no hay apagones de más de 20 horas diarias, la conexión a internet es mucho mejor y puedes comunicarte perfectamente con un archivo español para obtener la certificación de nacimiento de tu abuelo”, lamenta la también abogada.

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El 23 de junio debía entrar en vigor un nuevo sistema informático para agilizar los trámites de miles de cubanos que llevan hasta más de un año esperando. Mientras se escribe este reportaje, no se ha cumplido ese anuncio de la Embajada española en La Habana, sede que busca emular la experiencia de otros consulados como el de Argentina, donde los trámites se recepcionan y procesan de forma mucho más ágil.

Manuel Camejo, un abogado de extranjería que trabajaba junto a dos colegas en Buenos Aires, ha aumentado el equipo de su despacho hasta llegar a 10 letrados. La aprobación de la LMD supuso un incremento sostenido de su volumen de trabajo y apenas da abasto para cubrir toda demanda.

“Ahora incluso colaboramos con colegas de Uruguay, México o Chile para buscar documentos que necesitan nuestros clientes para solicitar la nacionalidad”, explica Camejo. “Al principio el trámite duraba pocos meses, pero tengo clientes que han ido al consulado (español) de Córdoba y les han dicho que tienen que esperar cinco años. Ahora tarda más por el aumento en la cantidad de solicitudes y por la falta de personal de los consulados, donde ni siquiera puede contratarse a personal extra debido a la falta de presupuesto”.

Muchos de estos nuevos españoles nunca llegan a poner un pie en España

En la demanda de estos trámites también influye la situación económica que viven los países de los descendientes, opina Camejo. “El pasaporte español, uno de los mejor valorados del mundo, es visto por muchas familias como una garantía futura para sus hijos. Les da la posibilidad salir para Europa e incluso EEUU”. Muchos de estos nuevos españoles nunca llegan a poner un pie en España y solo utilizan el pasaporte para viajar más fácilmente o emigrar a un tercer país.

Camejo está notando que sus clientes ahora “tienen más prisa que nunca” y están “desesperados” para iniciar los trámites antes de octubre. “Ese es el objetivo de muchos, pues no les importa obtener la nacionalidad en 2026 o 2027, solo quieren aplicar a esta ley mientras esté vigente. En estos últimos meses creo que las solicitudes se multiplicarán por 15”.

En República Dominicana, un país donde se reportan menos solicitudes, también se ha ajetreado últimamente el trabajo del abogado Francisco Peralta. Este joven de 25 años lleva los últimos tres dedicado casi por completo al asesoramiento de descendientes de españoles. Pasa mucho tiempo con ellos porque sus trámites están durando 17 meses como promedio.

“Antes de esta ley, los trabajadores del consulado de aquí de Santo Domingo ya se quejaban por falta de recursos”, explica Peralta a este diario. “Ahora es entendible que estén mucho peor y que la sobrecarga de trabajo haga más lentos los procesos. Yo hago otros trabajos, pero más de la mitad de mi tiempo lo dedico a los que buscan un pasaporte español. El dominicano suele ser muy desconfiado e incrédulo, por eso cuando salió esta ley nadie creía que podía obtener un pasaporte español solo con traer un acta de nacimiento de su abuelo o bisabuelo. Al ver que sí funcionaba, empezaron a correr y ahora estoy llevando las solicitudes de unas 15 familias casi completas que quieren obtener la nacionalidad española”.

Las trabas se extienden a archivos y registros españoles

Peralta muchas veces tiene que contratar los servicios de colegas en España para encontrar aquí los documentos que necesitan sus clientes. A veces él mismo ha contactado directamente a registros o archivos españoles, “pero muchos no contestan” o están cerrados por la diferencia de horario.

Pérez, la presidenta de la ADEM, detalló a este diario los registros civiles y arzobispados más demandados para estos trámites, e intentamos contactar durante varios días con sus trabajadores. No hubo suerte. Solo contestó el teléfono una empleada del Archivo Municipal de Vélez, un pueblo de Málaga del que partieron muchos migrantes a Cuba décadas atrás.

La señora explicó que solo contaba con dos libros de inscripciones de nacimiento del siglo XIX: “Tenemos poca información abierta a consulta, porque el resto de los libros están en el registro civil y allí es más difícil acceder a ellos. A otros interesados los remito al obispado de Málaga por si quedan allí copias de los registros de bautismo. Esos sitios sí mantienen un alto volumen de trabajo. Hay varios lugares donde buscar porque antiguamente la Iglesia Católica se encargaba de registrar los nacimientos, bautismos y matrimonios, pero a partir de 1871 se creó el registro civil”.

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La premura que sufren muchos interesados para adquirir estos documentos fomentan redes de contrabando que cobran precios desorbitados por una partida de nacimiento. En Cuba, por ejemplo, a través de grupos de Facebook, Telegram y WhatsApp, se ofrecen documentos por precios que oscilan entre los 200 y 500 dólares, pudiendo incluso pagarse con criptomonedas. “A pesar de múltiples denuncias, las autoridades consulares no han dado señales de enfrentar ni frenar este mercado negro, lo que ha levantado sospechas entre juristas y gestores”, lamenta una web de noticias especializada en descendientes que aplican a la LMD.

Otro gran problema es el Registro Civil Central de Madrid, que está tardando seis meses en emitir partidas de nacimiento, lamenta Pérez. El Arzobispado de Oviedo, por ejemplo, abre pocas horas y el día 20 de cada mes reparte ocho citas para que los interesados acudan los martes y jueves a buscar documentos. “Yo he tenido problemas con el archivero principal de ese sitio. Me ha dicho que aunque vaya personalmente y localice un documento, él tardaría un año en expedírmelo. En Canarias hay más problemas aún, porque el registro civil de allí está pidiendo a los descendientes las partidas de nacimiento de todos los parientes que los conectan con el antepasado que desean buscar, algo sumamente difícil de lograr. En el arzobispado de Gran Canaria hay una sola señora disponible para buscar documentos, cosa que hace únicamente los miércoles de 9:00am a 12:00m”.

Para colmo, algunos de los documentos expedidos por los arzobispados españoles luego son rechazados en los consulados. Estos invalidan determinadas partidas de bautismo, por ejemplo, porque les llegan con solo uno de los dos sellos que exigen.

Detrás de esta entrega de nacionalidades puede haber un rédito electoral

También se han incrementado los costos, añade Pérez. “Antes la Nunciatura Apostólica de Madrid cobraba tres euros por documento, ahora cobra 30. Los arzobispados expedían los documentos gratuitamente, pero ya están cobrando entre 10 y 20 euros”.

La presidenta de la ADEM cree que lo ocurrido durante este tiempo ha sido un parche fabricado por el Gobierno español: “Nosotros queremos impulsar una ley única de nacionalidad o una reforma del código civil en materia de nacionalidad para que todos los descendientes puedan naturalizarse sin que medie esta o cualquier otra ley. Nadie nos hace caso porque no les interesamos a las autoridades a no ser que llegue el momento de votar. Como les conviene, sí arreglaron el voto rogado y la matrícula consular para que todas estas personas puedan votar en las elecciones”.

La tesis de Pérez sobre el interés electoral que puede existir en la entrega de nacionalidades tiene sentido si analizamos las que se otorgan por residencia, casi siempre crecientes durante los periodos de gobierno del PSOE, como muestra el siguiente gráfico. La Ley de Memoria Histórica, precendente de la LDM impulsada por Zapatero cuando pasó por Moncloa, también entregó miles de pasaportes españoles a descendientes nacidos en el extranjero.