Zapatero vuelve al rescate de Sánchez para revivir la moral del PSOE tras el escándalo de Santos
Prepara una ronda de entrevistas para apuntalar la tesis de que el presidente no sabía nada. La Moncloa cree que puede sobrevivir al verano y que este otoño los juicios contra el PP levantarán la presión sobre el Gobierno
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff8a%2F5a7%2F475%2Ff8a5a7475f931b9a6cec630ccd92ab57.jpg)
En la mañana del 29 de mayo de 2023, cuando Pedro Sánchez adelantó por sorpresa las elecciones generales del 23 de julio, no había apenas socialistas que pensaran que continuaría en el Gobierno. Ni en la Moncloa lo creían. La colosal victoria del PP en las autonómicas y municipales no hacía presagiar otro escenario y la prueba es que el presidente colocó a sus ministros y sus más estrechos colaboradores en las listas.
Pero, una concatenación de errores de Alberto Núñez Feijóo y una gran movilización de la izquierda, impidió que PP y Vox alcanzaran la mayoría absoluta. En aquella campaña fue muy importante la contribución de José Luis Rodríguez Zapatero, que protagonizó su propia caravana e hizo más mítines que Sánchez. Ahora, con el PSOE en su peor momento desde que llegó en 2018 al Gobierno por el escándalo de los amaños y mordidas de Santos Cerdán, el expresidente vuelve al rescate.
En los próximos días, con la excusa de los 20 años de la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, tiene previsto volver a la palestra para ayudar a Sánchez e intentar aliviar a los socialistas en este bache anímico. Ayer, en el acto institucional de celebración de esta efeméride, ya fue el encargado de replicar a la petición de adelanto electoral lanzada por el presidente de la Conferencia Episcopal. "¿Por qué no pidieron elecciones en los 40 años de dictadura de Franco?", afirmó. Y de defender su negativa a asumir ya un aumento del gasto militar del 5% en la OTAN.
Fuentes cercanas al expresidente confirman que quiere que estas semanas se le escuche "mucho" y que no va a eludir el asunto de Cerdán. El exsecretario de Organización del PSOE encontró en Zapatero a otros de sus grandes valedores, que en varias ocasiones alabó públicamente su acercamiento a Carles Puigdemont. El propio Zapatero mismo mantiene un canal de comunicación con el político catalán y, durante este año y medio, ha intervenido en las sucesivas crisis con Junts.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F95f%2Fcb9%2F688%2F95fcb9688306783b200bb47524411fbe.jpg)
Con Sánchez decidido a aguantar, pese al desgaste de haber sostenido a Santos Cerdán hasta el mismo día en que se conoció el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el desapego de la militancia y del votante socialista ante el comportamiento de quien fuera su número tres, obliga otra vez a Zapatero a arremangarse. Su intención, según las fuentes consultadas, es defender los "145 años de historia del PSOE" y presentar a José Luis Ábalos y Cerdán, dos personas de la máxima confianza de Sánchez, como una anomalía.
La idea de la Moncloa es que el verano ayude a diluir la enorme erosión política que provoca la corrupción de sus dos exsecretarios de Organización y que en otoño, la realización de los juicios pendientes de casos que afecten al PP, logren distraer el foco sobre Sánchez.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F165%2Ff97%2F8af%2F165f978afa05ea872315d08ee2a1b89e.jpg)
Este plan presenta algunos inconvenientes. La investigación sobre las adjudicaciones irregulares y el cobro de comisiones en el Ministerio de Transportes, en las que según la UCO también estaba implicado Santos Cerdán, sólo acaba de empezar. Y a este obstáculo se añaden las grabaciones sistemáticas realizadas por Koldo García y el hecho de que Ábalos guarde los mensajes que intercambió con el presidente. Circunstancias que hacen muy difícil trazar una hoja de ruta convincente, por mucho auxilio que preste Zapatero.
En la mañana del 29 de mayo de 2023, cuando Pedro Sánchez adelantó por sorpresa las elecciones generales del 23 de julio, no había apenas socialistas que pensaran que continuaría en el Gobierno. Ni en la Moncloa lo creían. La colosal victoria del PP en las autonómicas y municipales no hacía presagiar otro escenario y la prueba es que el presidente colocó a sus ministros y sus más estrechos colaboradores en las listas.