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La comarca del norte que parece sacada de una película: está llena de ríos y lagos y es perfecta para refrescarse
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La comarca del norte que parece sacada de una película: está llena de ríos y lagos y es perfecta para refrescarse

España está llena de lugares con encanto a los que huir cuando el calor comienza a ser insoportable. Este rincón asturiano es sin duda uno de ellos

Foto: Villanueva de Oscos (Turismo de Asturias)
Villanueva de Oscos (Turismo de Asturias)

Parece un decorado de cine, pero es un lugar real, lleno de encanto, en el corazón del occidente asturiano. Enclavado entre montañas verdes, ríos que serpentean entre robles y cascadas que caen como velos de cristal, Los Oscos es un territorio donde la naturaleza, la historia y la leyenda se dan la mano para ofrecer un destino rural inolvidable.

Los Oscos no es un único pueblo, sino tres municipios hermanados: Santa Eulalia, San Martín y Villanueva, cada uno con su carácter y su magia particular. Juntos forman parte de una Reserva de la Biosfera que combina la tranquilidad de la montaña con la cercanía del mar Cantábrico, a solo media hora en coche.

El río Agüeira es el alma que atraviesa este paisaje de postal, y uno de sus grandes espectáculos naturales es la cascada de Seimeira. Para llegar a ella hay que caminar entre bosques de alisos, robles y castaños, atravesando un sendero sencillo que parte de Pumares. En el trayecto, las ruinas del pueblo abandonado de Ancadeira y el místico Valle del Desterrado cuentan leyendas que aún flotan entre las hojas.

Cada rincón de Los Oscos guarda historia, y la industria del hierro es una de las más profundas. En Santa Eulalia, el Conjunto Etnográfico de Mazonovo conserva una antigua “ferrería” del siglo XVIII con un mazo hidráulico en funcionamiento. Allí, el agua, el fuego y el hierro no son solo elementos, son memoria viva de una comarca forjada por artesanos.

Además de herreros, Los Oscos también es tierra de telares y navajas. En Santalla, el Telar de Irene recupera con maestría técnicas antiguas para crear prendas modernas con materiales naturales. Y en el taller Hyottoko, la artesanía japonesa se funde con la tradición asturiana en navajas únicas hechas a mano.

La arquitectura tradicional es otro de sus tesoros. Las aldeas de Pumares, Santa Eufemia o San Cristobo parecen suspendidas en el tiempo, con casas de piedra y tejados de pizarra, hórreos que desafían la gravedad y arroyos que susurran al pasar. Lugares que invitan a quedarse, a caminar sin rumbo y a escuchar el silencio.

En Villanueva de Oscos, el monasterio de Santa María impone con su historia. Fundado en el siglo XII, sus muros han albergado cistercienses, benedictinos y siglos de espiritualidad. A escasos metros, el Palacio de Villanueva recuerda el esplendor de las familias nobles que poblaron estas tierras, aunque hoy solo se pueda contemplar desde fuera.

La comarca también ha sabido preservar sus costumbres campesinas. La Casa del Marco, en Villarquille, muestra cómo era la vida rural hace siglos: el telar, los hornos, los aperos. Y en el Ecomuseo del Pan, en Santa Eufemia, el proceso de hacer pan se convierte en una experiencia educativa y sensorial que encanta a mayores y pequeños.

Si lo tuyo es el agua, en Ferreira te espera una playa fluvial de postal, con zona de baño, canoas y un área recreativa para pasar el día. Y si lo tuyo es el senderismo, Los Oscos ofrece más de 15 rutas señalizadas, suaves y contemplativas, como la del Silencio o la de Mon, perfectas para perderse entre árboles centenarios y sonidos de la naturaleza.

Pero hay más: talleres de velas, cosmética natural, apiturismo, visitas a granjas, recolección de arándanos… La comarca se ha reinventado sin perder su esencia. Y un buen ejemplo es la Ruta con Arte, un recorrido pionero donde esculturas, poesía y cerámica se integran en el bosque, transformando un camino en una galería al aire libre.

Los Oscos es ese tipo de lugar que no se olvida. Un refugio de calma, de tradición y de belleza, perfecto para desconectar del ruido y reconectar con la tierra: tan real como mágico y tan cercano como extraordinario.

Parece un decorado de cine, pero es un lugar real, lleno de encanto, en el corazón del occidente asturiano. Enclavado entre montañas verdes, ríos que serpentean entre robles y cascadas que caen como velos de cristal, Los Oscos es un territorio donde la naturaleza, la historia y la leyenda se dan la mano para ofrecer un destino rural inolvidable.

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