Sánchez liga su supervivencia a que los socios no quieren elecciones ni moción de censura
El convencimiento de que mantiene a todos sus aliados tras llamadas a Barcelona y Bilbao permite a la Moncloa seguir. Todos le exigen una operación limpieza pero hasta Podemos, en pleno engorde, rechaza poner las urnas
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Hay amigos que son un tesoro y socios parlamentarios que te permiten salvar una legislatura. Pedro Sánchez no es sólo un presidente socialista, es el presidente de un bloque político en el Congreso donde convergen muchos otros partidos. En su nueva comparecencia este lunes en Ferraz para abordar la colosal crisis provocada por el escándalo Santos Cerdán, él mismo lo admitió. No sólo representa al PSOE, dijo, "sino a millones de personas que rechazan un Gobierno de PP y Vox".
Por eso, mientras el PSOE padecía en sus carnes el impacto de las mentiras de su exsecretario de Organización, sus audios sobre contratos amañados y comisiones, la Moncloa se centraba en conocer la opinión de los socios parlamentarios. Una primera ronda de llamadas el mismo jueves, cuando el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil produjo un reventón en la legislatura. Otro ciclo de conversaciones a lo largo del sábado y el domingo para comprobar la digestión. Y reuniones encabezadas por el propio jefe del Ejecutivo esta semana, que empezaron ayer mismo con un encuentro con la vicepresidenta segunda y referente político de Sumar, Yolanda Díaz.
Durante estos días en el PSOE, algunos dirigentes en público, muchos en privado, han reclamado a Sánchez un adelanto electoral a corto plazo, en un horizonte de menos de un año para alejar al máximo las elecciones generales de las autonómicas y municipales. Otro sector, mucho más crítico, le quiere echar directamente con un congreso extraordinario. A todos los emplazó ayer a hablar en el Comité Federal del próximo 5 de julio en Madrid, pero con el anticipo de que piensa resistir.
Su principal prioridad desde el jueves ha sido Sumar y sus aliados parlamentarios. De su aval depende que el presidente sobreviva. Sánchez ha hablado con Aitor Esteban (PNV) y con Oriol Junqueras (ERC). También se ha conversado con Jordi Turull (Junts), aunque los posconvergentes no desvelan si también llamó él. Carles Puigdemont convocó este domingo a la permanente de Junts, precisamente para abordar el caso Cerdán.
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La Moncloa ha podido resistir hasta ahora sin unos nuevos presupuestos y con una larga lista de votaciones perdidas porque tiene una convicción: ni Junts ni PNV, los únicos partidos que podían acercarse al PP, van a votar una moción de censura que también implica a Vox. Sobre la fidelidad de los vascos no existe ni una sola duda. A sus pésimas relaciones con Alberto Núñez Feijóo y la crisis del palacete se añade que siempre han dicho que no estarán en una ecuación con la ultraderecha.
Con Junts, un partido más imprevisible, el PSOE podía tener más recelos. Pero, el trabajo del PP en la UE para evitar un acuerdo sobre la oficialidad del catalán, ha echado al traste cualquier aproximación. "Han cruzado una línea con el tema de la lengua", subrayan en Barcelona. "Es un asunto transversal en Cataluña y supone romper todos los puentes".
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Sin mayoría alternativa, Sánchez puede resistir. No siempre ni en cualquier circunstancia. Los socios ya le están reclamando más explicaciones, medidas y una operación limpieza. Por ello no es descartable que en algún momento se vea obligado a hacer una remodelación de Gobierno para eliminar a quienes han estado muy expuestos a Koldo García, José Luis Ábalos y Santos Cerdán o descabalgar a la presidenta del Congreso, Francina Armengol.
Que sea Sánchez quien se entreviste con los portavoces parlamentarios, algo que sólo sucede normalmente en las conversaciones para la investidura, no es gratuito y da la medida de la crisis política que asola al Gobierno y al PSOE. Tampoco que haya comprometido su comparecencia a petición propia en la Cámara y la creación de una comisión de investigación, que no dejan de ser gestos hacia los grupos de su mayoría.
A la convicción de que una moción de censura no cuenta con votos suficientes, él mismo retó ayer a Feijóo a registrarla "cuanto antes", se une otra circunstancia: a los socios no les conviene unas elecciones inmediatas. Al PSOE, el que menos, que perdería la Moncloa. Pero los resultados tampoco favorecerían al resto de sus aliados en una fase de polarización extrema. "¿A quién salvo a Podemos le interesan?", señalan en Ferraz.
El respaldo de los socios igual no dura eternamente. Le demandarán más y pondrán por delante cumplir los acuerdos pendientes
La respuesta es que ni a ellos. Pablo Iglesias fue cristalino ayer en RNE. "¿Quién puede pensar en elecciones en este momento? Podemos no, si hay es porque Sánchez quiere, no por ninguna otra razón, declaró". Y eso que han anunciado que no se reunirán con él, si acaso una conversación telefónica, porque el presidente no ha recibido a su secretaria general, Ione Belarra, ni una sola vez en estos dos años en la Moncloa.
Están decididos, como el resto, a sacarle los ojos con toda una lista de peticiones, pero Podemos está en la 'operación engorde', con el electorado del PSOE o de los partidos del conglomerado de Sumar. Todo la izquierda en plan caníbal, a la espera de que la situación se estabilice o Sánchez caiga a plomo.
El respaldo de los socios igual no dura eternamente. Ahora, a falta del resultado de los encuentros con el presidente, parecen dispuestos a taparse la nariz ante el fétido olor de las manfarrufias de Cerdán, pero no lo pueden resistir todo. Le demandarán más y pondrán por delante cumplir los acuerdos pendientes. Y si aparece más corrupción, se acabó el crédito.
Hay amigos que son un tesoro y socios parlamentarios que te permiten salvar una legislatura. Pedro Sánchez no es sólo un presidente socialista, es el presidente de un bloque político en el Congreso donde convergen muchos otros partidos. En su nueva comparecencia este lunes en Ferraz para abordar la colosal crisis provocada por el escándalo Santos Cerdán, él mismo lo admitió. No sólo representa al PSOE, dijo, "sino a millones de personas que rechazan un Gobierno de PP y Vox".