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Sánchez consulta el apoyo de sus socios antes de decidir la continuidad de su Gobierno
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Legislatura en vilo

Sánchez consulta el apoyo de sus socios antes de decidir la continuidad de su Gobierno

Moncloa ha tenido ya contactos, que siguen esta semana con reuniones del propio presidente. Comparece en Ferraz y el PSOE espera una dirección limpia. Pero se limitará a un equipo de transición. El Gobierno descarta elecciones inminentes

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Moncloa. (EFE/Javier Lizón)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Moncloa. (EFE/Javier Lizón)
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La Moncloa ha mantenido contactos en los dos últimos días con sus socios parlamentarios para acabar de definir la salida a la descomunal crisis que los amaños de contratos y las mordidas de Santos Cerdán han provocado en el PSOE y en el Gobierno. El propio Pedro Sánchez prevé continuarlos con reuniones a lo largo de la semana.

La solución, si es que hay, es muy compleja. El presidente ignora cuántas bombas más pueden explotar y en el Ejecutivo se vive con gran "preocupación" que nuevas grabaciones pongan en riesgo a la presidenta del Congreso, Francina Armengol.

La decisión de hacer una limpia en Ferraz está tomada, pero la situación política es tan extrema que los cambios podrían ser de más alcance. Por eso, se han hecho las consultas con los aliados parlamentarios, muy inquietos por la "gravedad" del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre el exsecretario de Organización del PSOE y por sus posibles réplicas. "Nadie quiere quedarse con el culo al aire".

En las conversaciones con sus aliados en el Congreso de este fin de semana, la Moncloa no ha ofrecido "detalle de las decisiones que se van a adoptar". "Es todo muy general". Según fuentes de distintos grupos parlamentarios, "ponen el termómetro para ver cómo se respira" pero "cero información". Un abordaje exploratorio, una "consulta para decidir, no para comunicar". Y será en los encuentros de esta semana, con los que el jefe del Ejecutivo intenta ganar tiempo, cuando se produzca el test decisivo.

Foto: El secretario general del PSOE con parte de su ejecutiva. (EFE)

Pese a la gravedad del momento político que viven los socialistas, los grupos no piensan olvidar los compromisos pendientes de Sánchez. Junts exige que el catalán sea lengua oficial en la Unión Europea y que Carles Puigdemont consiga la amnistía. Y en la última semana, ERC ha ido al choque con la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a quien acusa de ralentizar el acuerdo para una financiación singular de Cataluña, que debe formalizarse "durante el primer semestre de 2025 en la comisión bilateral entre la Generalitat y el Estado".

Hasta ellos asumen la dificultad, por su condición de candidata a la Junta de Andalucía en las elecciones de junio de 2026. Pero el "problema" no es suyo. Montero tiene que dejar el Ejecutivo en el primer trimestre del año que viene, la cuestión es si lo hace antes y si el presidente opta por sacar del Gobierno a todos los que han tenido contacto con las tramas de corrupción del Ministerio de Transportes.

Foto: Pedro Sánchez en su rueda de prensa del jueves. (Europa Press) Opinión
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El PSOE esperaba que Sánchez anuncie este lunes una remodelación de la dirección del partido en una nueva comparecencia en Ferraz tras la reunión de la ejecutiva. Pero se limitará a avanzar un equipo de transición para hacerse cargo de la secretaría de Organización hasta la celebración del Comité Federal del próximo 5 de julio en Sevilla. Lo compondrá Cristina Narbona, presidenta del PSOE; Ana Maria Fuentes, gerente; la secretaria de Trabajo, Montse Mínguez, y el secretario de Acción Democrática y Transparencia, Borja Cabezón.

En la rueda de prensa del pasado jueves en la sede tras la salida de Cerdán, el jefe del Ejecutivo insistió en que agotará la legislatura y descartó cambios en el Gobierno. Pese a sus palabras, en los últimos cuatro días un flanco no previsto, el interno, le ha abierto otra grieta. El terror a que la corrupción de Cerdán arrase con todos se ha apoderado de la organización y el punto de cocción ahora mismo es que el mejor desenlace es el adelanto electoral, para que la crisis no alcance a las elecciones autonómicas y municipales de 2027.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una acto esta semana en el Palacio Real. (EFE/Juanjo Martin)

Lo que el presidente ha transmitido a su Gobierno este fin de semana es que valora "todas las alternativas" aunque, las fuentes consultadas, excluyen una convocatoria electoral inmediata. Eso no significaría, según las lecturas que hacen cargos del Ejecutivo, resistir hasta 2027 sino buscar un momento idóneo después del verano, en el último trimestre de 2025 o el primero de 2026. "El mejor final posible aunque vayas a perder para preservar al máximo al PSOE", explican.

Mientras, la apuesta es aguantar. La Moncloa transmitió ayer oficialmente que lo sucedido con Santos Cerdán es "super grave" pero "no es motivo de dimisión del presidente ni de convocatoria de elecciones". "Tenemos un problema muy gordo, se nos ha metido una trama corrupta dentro de casa y ha robado a nuestra costa", aunque la postura es "ni cambios en el Gobierno, ni adelanto, ni moción de confianza".

Desde el Gobierno se apunta también a poner en marcha "medidas para que las líneas rojas con la corrupción sigan intactas". Ferraz ha corroborado que en el Comité Federal se presentarán "medidas de control y regeneración". En este trabajo se integrará también la Fundación Avanza, el nuevo laboratorio de ideas del PSOE,

El argumentario del Ejecutivo es que se ha actuado con rapidez al conocerse el informe de la UCO y forzar la dimisión de Cerdán. Sin tener en cuenta que durante siete años recibió comisiones por adjudicaciones irregulares y que nadie hizo caso a los apuntes judiciales sobre la trama vasca o a la información de El Confidencial, semanas antes de que estallara el jueves el escándalo, donde se apuntaba a Acciona y otras empresas implicadas.

La duda latente es si todos estos primeros movimientos del presidente esta semana van a servir para amortiguar la crisis política, con un PSOE encendido y sus críticos acérrimos pidiendo un congreso extraordinario con Sánchez ya fuera de primera línea y preparándose para una ofensiva pública.

La Moncloa ha mantenido contactos en los dos últimos días con sus socios parlamentarios para acabar de definir la salida a la descomunal crisis que los amaños de contratos y las mordidas de Santos Cerdán han provocado en el PSOE y en el Gobierno. El propio Pedro Sánchez prevé continuarlos con reuniones a lo largo de la semana.

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