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El movimiento en las derechas y lo que puede acelerar la caída de Sánchez
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El movimiento en las derechas y lo que puede acelerar la caída de Sánchez

Feijóo emerge tras una semana convulsa: se le clarifica el congreso del PP, desanima la creación de un partido mileista y le beneficia el impulso del voto útil. Pero Vox tiene sus bazas

Foto: Feijóo en Guadalajara. (Rafael Martín/Europa Press)
Feijóo en Guadalajara. (Rafael Martín/Europa Press)
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El caso Cerdán está recolocando las piezas políticas, y no solo en el espectro izquierdo. Sus consecuencias introducen nuevas variables en el seno de las derechas. En primera instancia, el mayor beneficiado es el PP, porque el principal partido de la oposición es el que más rédito suele obtener cuando el gobierno entra en crisis. Dado que el objetivo compartido por las derechas es sacar a Sánchez de Moncloa, sería lógico que los populares se vieran impulsados por el peso del voto útil.

La nueva situación le viene especialmente bien a Feijóo, porque clarifica el congreso del partido en el próximo mes de julio. Con Sánchez contra las cuerdas, al PP le toca ofrecer unidad. Aquellos mensajes, como los de “un militante, un voto”, que podían resonar como amenaza para el liderazgo del gallego, tienen ahora menos validez. Toca cohesión y cerrar filas. Con motivo o sin él, estos días se ha extendido entre las derechas la creencia en que la debilidad del gobierno le podría hacer caer en cualquier instante. No es, por tanto, el momento de preguntarse por el liderazgo, sino de acelerar los procesos para conseguir que la coalición de gobierno se rompa.

En segundo lugar, el PSOE se ha apoyado, a la hora de combatir a los populares, en las dudas de los votantes de la derecha respecto del liderazgo de Feijóo. Pero si el gobierno está a un paso de caer, importa mucho menos si los simpatizantes están de acuerdo o no con las formas y los mensajes del presidente del PP. El objetivo parece cerca y eso es lo relevante.

Ese mismo hecho vuelve más improbables las tentaciones de crear un nuevo partido, como se estaba rumoreando con los mileistas de Vistalegre. Su existencia resultaría difícilmente comprensible para los votantes, por el efecto de dispersión del voto, y por lo que supone de riesgo de que las derechas no llegaran a gobernar.

La reacción de Vox

Vox tratará de contrarrestar los cambios mediante acciones, la mayoría esperadas, en distintos planos. Su principal argumento consiste en equiparar PSOE y PP a partir de los distintos pactos que han realizado y de la alianza que mantienen en Bruselas las fuerzas políticas a las que pertenecen. Las continuas movilizaciones que ya han tenido lugar se reforzarán en estos días, como las que tienen lugar ante la sede del PSOE. Bambú presentará en pocas fechas un plan económico con el que intentará separarse del PP y fijar posiciones.

Europa es el apoyo más firme que tiene Sánchez y el PP podría restárselo. Es la única manera que perciben de acelerar la caída socialista

Además, se insistirá en la necesidad de la moción de censura. Más allá de su resultado, se entiende necesaria para que los socios de Sánchez, como PNV y Junts, queden retratados, pero también para presionar más intensamente al PSOE. Hay que sacarle los colores a Sánchez.

Sin embargo, en Vox entienden que donde mayor presión se puede realizar y más práctica resultaría es en Bruselas. En España, los socios de coalición sostendrán a Sánchez. Pero si Europa comienza a distanciarse del presidente socialista, el gobierno no podría resistir. Es el Partido Popular Europeo el que tiene la clave en este aspecto, por lo que Vox tratará de empujar a Feijóo hacia una acción continental mucho más decidida. Europa es el apoyo más firme que tiene el presidente y el PP podría restárselo. Es la única manera que perciben de acelerar la caída socialista.

El PSOE razonable

Estos son los movimientos a corto plazo que está provocando el caso Cerdán, siempre condicionados por las investigaciones que están en marcha y por la aparición o no de nuevos datos y de nuevos incriminados. Hay confianza entre las derechas en que se está solo al principio del camino judicial y que pueden conocerse más hechos relevantes políticamente, lo que podría quebrar a un gobierno que afirmará que resistirá hasta 2027.

Si el gobierno resiste, también podrían moverse piezas de carácter táctico. Las próximas elecciones autonómicas deberían ser las de Castilla y León. Se ha rumoreado su adelanto, pero también una posible coincidencia con las andaluzas. En el primer caso, otoño de 2025 sería el momento; en el segundo, se podría forzar el calendario hasta llegar a marzo. Pero si el gobierno aguanta y el desgaste le va pasando factura, se podría optar por unir las elecciones de los dos territorios en la fecha más convenientes. En ambos el PP podría obtener un muy buen resultado, con un PSOE a la baja y con un Vox algo debilitado. Mañueco y Moreno Bonilla marcarían así el camino del PP hacia La Moncloa, y dejarían claro que no solo que los populares son el partido que gobernará España, sino que podrían hacerlo en solitario.

Es una de las opciones preferidas en Madrid, pero también en Bruselas: un PSOE razonable que evite que Abascal sea vicepresidente

La otra variable relevante proviene de los movimientos dentro del PSOE. Más allá de la apuesta por el regreso al partido de siempre, por borrar el sanchismo, eso por lo que pelean Felipe y Madina, el descontento dentro de las filas socialistas proviene de las decisiones de Sánchez en los territorios, de su intento por colocar a candidatos afines por encima de aquellos que tenían peso en las organizaciones locales y autonómicas. Ese descontento se está dejando sentir: cuando las cosas van mal, la cohesión deja paso a la dispersión.

Una derrota electoral de Sánchez traería de nuevo a escena la posibilidad de un PSOE más centrado. Es un contexto que el PP aprovecharía: si los números lo permiten, presionaría a los socialistas para que invistieran al candidato del PP. Es una de las opciones preferidas en Madrid, pero también en Bruselas: un PSOE razonable que ayude a evitar que Abascal sea vicepresidente.

Si se produjese una entente PP-PSOE tras las siguientes elecciones, Vox tendría un amplio espacio para crecer

Si el PSOE aceptase cumplir con ese papel, las consecuencias serían notables. El riesgo lo señalan las experiencias francesa e italiana, países que gobernaron los socialistas en épocas complicadas y en los que sufrieron un varapalo muy serio en las siguientes elecciones. Ahora que el eje electoral ha cambiado, y ha pasado de izquierda/derecha a prosistema/antisistema, un PSOE posicionado junto al PP para evitar la entrada de Vox en el gobierno, aceptaría un lugar secundario en un entorno en el que solo hay espacio para un partido sistémico. Muchas elecciones europeas subrayan cómo, fruto de ese eje, han desaparecido de los lugares relevantes los partidos socialistas y algunos partidos de la derecha liberal.

Esa posibilidad está todavía lejos de poder concretarse, pero no es un asunto menor. El proyecto de un PSOE “sensato” es algo que la derecha tiene en mente, y es una alianza que Vox recalca con insistencia. Los de Abascal se ofrecerán al PP para gobernar con ellos si sus votos fueran necesarios, porque otra cosa no sería comprensible. Pero si son rechazados y se produce una entente PP-PSOE, les dejarían libre todo el espacio antisistema, lo que les ofrecería una oportunidad de crecer. En Vox entienden que la posición idónea es gobernar con el PP, pero la otra opción tampoco les estorba.

La corrupción en el PSOE está trastocando posiciones en la izquierda y en la derecha. La legislatura ha entrado en una nueva fase y la política cobra otro carácter.

El caso Cerdán está recolocando las piezas políticas, y no solo en el espectro izquierdo. Sus consecuencias introducen nuevas variables en el seno de las derechas. En primera instancia, el mayor beneficiado es el PP, porque el principal partido de la oposición es el que más rédito suele obtener cuando el gobierno entra en crisis. Dado que el objetivo compartido por las derechas es sacar a Sánchez de Moncloa, sería lógico que los populares se vieran impulsados por el peso del voto útil.

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