Ascenso y caída del 'clan del Peugeot': Koldo, Ábalos, Cerdán y solo queda "el Uno"
Los cuatro socialistas recorrieron España tratando de convencer a la militancia de que el sanchismo era el futuro del partido. Sánchez es el único que no está imputado o al borde de ello
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Fueron el germen del sanchismo y están a las puertas de cavar su tumba. Pedro Sánchez no se entiende sin José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. El sanchismo trajo una nueva forma de hacer política que podría resumirse en que "el fin justifica los medios", una forma de proceder que se cocinó en el Peugeot 407 en el que el presidente del Gobierno aprendió que su manual de resistencia podía doblegar al viejo aparato socialista y a lo que se le pusiera por delante. Era el jugador con las peores cartas del PSOE en 2017, tras haber sido defenestrado por la cúpula. Solo unos pocos permanecieron con él en aquellos tiempos, fueron leales y auparon de nuevo a Sánchez a la secretaría general de la formación.
A bordo del Peugeot, Ábalos, Koldo, Cerdán y Sánchez recorrieron España tratando de convencer a la militancia socialista de que el sanchismo era el futuro. Hoy, de aquella suerte de Equipo A solo queda uno sin imputar (Cerdán está a un paso de serlo): Sánchez, "el Uno", como se referían a él Víctor de Aldama en las conversaciones que mantenía con Javier Hidalgo sobre el rescate de Air Europa.
Ábalos fue un apoyo fundamental, acogió en su casa en numerosas ocasiones al hoy presidente y le insufló ánimos en los momentos más oscuros. "En él descubrí a una persona consistente. Sus intervenciones en el Comité Federal eran contundentes, me defendía pese a que hasta entonces apenas nos habíamos tratado. Él me decía: 'Tú has acumulado un inmenso capital político de coherencia y eso no se lo puedes traspasar a nadie'", escribe Sánchez en su Manual de resistencia de quien sería su secretario de Organización del PSOE y su ministro de Transportes.
A él le encomendó la tarea de organizar una moción de censura contra Mariano Rajoy, precisamente a cuenta de la corrupción del Partido Popular. "Nosotros no tenemos ningún cargo público al que haya que decirle que se vaya por ya lo ha hecho. Tenemos un código ético... Los españoles no podemos tolerar la corrupción como algo normal", llegó a decir en la tribuna el hoy imputado Ábalos. Fue el interlocutor clave para coordinar con los grupos el apoyo a la moción contra Rajoy. La casa de Ábalos fue registrada esta misma semana por su presunta vinculación al cobro de comisiones por la adjudicación de obra pública.
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Ya en aquel entonces Santos Cerdán se había ganado la confianza de Sánchez. Como se ha podido comprobar en los mensajes de WhatsApp filtrados por El Mundo, Sánchez encomendaba a Cerdán y Ábalos la tarea de amonestar a los barones socialistas que no comulgaran con el manual del sanchismo. Cerdán sucedió a Ábalos en el trono de Ferraz y ha tenido un papel destacadísimo en la negociación de acuerdos para sostener la coalición de Sánchez, con continuos viajes a Waterloo para negociar con Carles Puigdemont. También ha sido el cerebro de la operación Leire Díez, la utilización de esta fontanera del PSOE para recabar información contra magistrados, fiscales y periodistas críticos con el Gobierno.
El actor secundario Koldo
Las investigaciones de la UCO apuntan al papel clave de Cerdán en la historia política de Sánchez. La Guardia Civil señala que en 2014 el ya exsecretario de Organización del PSOE amañó presuntamente la elección de Sánchez como secretario general del partido. "Cuando termine apunta como que han votado esos dos que te faltan sin que te vea nadie y metes las dos papeletas", le indicó Cerdán a Koldo García el 13 de julio de 2014, en plenas primarias. "Ya está", le respondió Koldo García.
Cerdán introdujo a Koldo en la formación, otorgándole un rol de confianza que llegó a compartir no solo José Luis Ábalos, también Pedro Sánchez. Tras su nombramiento como secretario de Organización Territorial, Cerdán, que conocía a Koldo de su época como portero en el club Rosalex en Pamplona, fue quien introdujo al exasesor de Ábalos en las listas para las elecciones municipales de Huarte (Navarra), donde fue concejal.
Koldo fue el custodio de los avales en las segundas primarias a las que se presentó el líder socialista. Se almacenaron en una oficina en el bajo de la calle del Marqués de Riscal número 6, en el castizo barrio madrileño de Chamberí. Pasó dos días y dos noches durmiendo en la oficina para proteger los avales de Sánchez. Tal era su dedicación, que "una vecina del edificio le ofreció su baño para que se duchara porque él no quería dejarlos sin vigilar ni un solo momento", según relata el mismo Sánchez en Manual de resistencia. Un actor secundario con un rol muy protagonista en la historia del sanchismo.
El caso Delorme comenzó como la investigación del presunto cobro de comisiones en la compra de mascarillas y ha derivado en una investigación que cerca al núcleo más cercano a Sánchez. El juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente ha invitado a declarar a Cerdán el 25 de junio, paso previo a su imputación.
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El informe sitúa a Cerdán como el encargado de gestionar los pagos en la presunta organización criminal. "Voy a ir a por todo, voy a ir a pedir todo", llegó a asegurar el ex cargo socialista a Koldo García en otro mensaje. El Confidencial desveló el hallazgo de estas grabaciones que implicaban a Cerdán en el presunto amaño de adjudicaciones de obra pública el pasado 3 de marzo.
Fueron el germen del sanchismo y están a las puertas de cavar su tumba. Pedro Sánchez no se entiende sin José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. El sanchismo trajo una nueva forma de hacer política que podría resumirse en que "el fin justifica los medios", una forma de proceder que se cocinó en el Peugeot 407 en el que el presidente del Gobierno aprendió que su manual de resistencia podía doblegar al viejo aparato socialista y a lo que se le pusiera por delante. Era el jugador con las peores cartas del PSOE en 2017, tras haber sido defenestrado por la cúpula. Solo unos pocos permanecieron con él en aquellos tiempos, fueron leales y auparon de nuevo a Sánchez a la secretaría general de la formación.