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La llegada de mantas al Mediterráneo trae locos a los científicos españoles: "Es inaudito"
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La llegada de mantas al Mediterráneo trae locos a los científicos españoles: "Es inaudito"

Hasta las costas españolas han llegado 25 ejemplares en solo tres semanas. Son cifras "muy altas" frente a las dos que se contabilizaron el año pasado. Los científicos estudian las causas, pero advierten de que los resultados "no son concluyentes"

Foto: Manta en la playa de Badalona. (CRAM)
Manta en la playa de Badalona. (CRAM)

El pasado viernes 30 de mayo las centralitas del Centro de Recuperación de Animales Marinos de Cataluña (CRAM) comenzaron a sonar. Al otro lado de la línea, varios agentes rurales pedían ayuda desde una playa de Badalona (Barcelona). A sus pies se extendía un ejemplar de manta raya y trataban de encontrar una solución para el animal. No era un caso asilado. Seis días antes, otra manta llegó hasta la orilla de Castelló d'Empúries (Girona). La semana anterior, un submarinista encontraba otra.

El fenómeno se ha repetido hasta nueve veces en las últimas semanas en la comunidad. Pero no solo en esta región. En total, según sostienen desde la Fundación Ocenogràfic de Valencia, se han encontrado unas 25 mantas en las tres últimas semanas. Las llegadas desconciertan a los expertos, que todavía no han podido encontrar un patrón y aclarar el motivo. El año pasado solo se identificaron dos varamientos y uno de ellos fue por una captura accidental. Y en todo 2023, solo tocó la superficie una.

“Estamos alucinados. La presencia de algunas mantas mar adentro es normal. Pero no estas cantidades y mucho menos que lleguen hasta la superficie”, explica José Luis Crespo, responsable de Conservación del Oceanogràfic de Valencia y uno de los científicos que está llevando a cabo las primeras indagaciones. La aparición de estos animales es tan “inusual” que se han formado grupos de investigación, con entidades privadas y públicas, liderados por el Ministerio de Transición Ecológica.

Este consorcio realiza reuniones semanales en las que participan las comunidades autónomas más afectadas: Cataluña (con nueve varamientos), Andalucía (2), Baleares (3) y Comunidad Valenciana (9). "Son datos muy altos. Y más teniendo en cuenta que el año pasado se identificó a la primera manta viva varada de toda la historia del CRAM", expone Lucía Garrido, investigadora de este centro. La intención es dar una respuesta a este fenómeno, pero de momento todo se queda en hipótesis que los científicos tildan como “muy incipientes” porque los hallazgos hasta el momento "no son relevadores".

Foto: Delfín muerto hallado en la orilla de la playa.

Aunque la costa española sea actualmente donde más varamientos de rayas se han contabilizado, también han sonado las primeras alarmas en Francia, principalmente en la zona de Córcega, e Italia. La presencia de esta especie marina es habitual en el Mediterráneo, mar adentro. Pero en ningún caso es normal que los animales se encuentren tan próximos a la orilla y menos, que lleguen hasta la arena. “No sabemos qué es lo que pasa. Solo que llegan con una condición corporal muy pobre. La clave es averiguar el porqué”, señala Crespo.

También en este sentido apunta Lucía Garrido: “Aún es pronto para saber, pero vemos que llegan con una nutrición inadecuada”. La subida de la temperatura del agua, una de las hipótesis que siempre se barajan cuando ocurren fenómenos extraños con animales, no parece ser el motivo detrás de este aluvión de varamientos, según sostienen los científicos. Desde la Universidad Autónoma de Barcelona respaldan que las causas en un principio se pueden deber a "múltiples factores simultáneamente".

Foto: Un ala de raya comprada en un mercado de Madrid. (Michael McLoughlin)
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Las pesquisas de los grupos de investigación se centran en dos frentes. Por un lado, la atención a los ejemplares que llegan vivos y que se suelen encontrar heridos. Y por otro, hacer un estudio postmortem en el que se describe la patología encontrada y se analizan las causas tanto físicas como medioambientales. “El objetivo es recopilar información que nos sirva para legislar posteriormente y aprender sobre su biología y fisiología”, subraya José Luis Crespo. Aunque las muestras “no son muy reveladoras aún”, los científicos señalan que son trascendentales porque se trata de una especie protegida en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Los expertos inciden en que en principio las mantas no suponen un peligro para los bañistas y no son agresivas, aunque subrayan que es primordial avisar al 112 y alejarse del animal porque tienen un gran tamaño. Las más pequeñas que se han encontrado miden 1,8 metros de ancho y las más grandes, 3 metros, aunque los expertos subrayan que "pueden ser más grandes". Además, son “altamente estresables”, expone Garrido. “Aunque lo haga sin querer, un simple aletazo puede hacer mucho daño por las dimensiones”, sostiene la científica. José Luis Crespo, por su parte, recalca que “tienen un pequeño aguijón detrás, pero es simplemente defensa frente a otros animales”. Los científicos encaran ahora todo un verano para identificar las causas: "Tenemos que dar una respuesta coordinada para proteger al máximo a esta especie".

El pasado viernes 30 de mayo las centralitas del Centro de Recuperación de Animales Marinos de Cataluña (CRAM) comenzaron a sonar. Al otro lado de la línea, varios agentes rurales pedían ayuda desde una playa de Badalona (Barcelona). A sus pies se extendía un ejemplar de manta raya y trataban de encontrar una solución para el animal. No era un caso asilado. Seis días antes, otra manta llegó hasta la orilla de Castelló d'Empúries (Girona). La semana anterior, un submarinista encontraba otra.

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