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Leire Díez y los "frikis" del primer sanchismo: ascenso y caída del juguete roto socialista
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En 2014 estuvo con Madina

Leire Díez y los "frikis" del primer sanchismo: ascenso y caída del juguete roto socialista

La fontanera, aunque ella niega este papel, ascendió al calor de su conocimiento en redes sociales en un contexto en el que se premió a los pocos fieles que apoyaron al ahora presidente en su lucha con Susana Díaz

Foto: Leire Díez en la comparecencia del hotel de Madrid. (EP/Carlos Luján)
Leire Díez en la comparecencia del hotel de Madrid. (EP/Carlos Luján)

Dice Leire Díez que ella no es "ni fontanera, ni cobarde", pero sí es una de esas pocas personas que estuvo en las plataformas de apoyo a Pedro Sánchez cuando el ahora presidente del Gobierno era un paria en su partido. Es ahí donde hay que buscar para entender cómo es posible que una militante de base del PSOE, ahora de baja voluntaria en el partido, haya puesto nerviosa a una organización que está a punto de cumplir 150 años de existencia. Periodista de profesión —de investigación, según ella afirma— destacó como activista, sobre todo a través de las redes sociales, en las guerras fratricidas que estuvieron a punto de romper a la formación socialista en la pasada década.

Esos logros son los que explican sus ascensos en el organigrama de la Administración General del Estado y esta es una realidad que tiene sentido entre distintas fuentes socialistas que se cruzaron en algún momento con Díez en los últimos diez años. Estas fuentes colocan a la militante de Portugalete (Vizcaya) en el grupo de "frikis" que respaldaron a Sánchez y dedicaron tiempo y esfuerzo para impulsar su candidatura tras ser expulsado de la secretaría general del PSOE el 1 de octubre de 2016. Después del periodo de reflexión y la presión de un grupo de fieles en el que tuvo un papel relevante Francisco Toscano, exalcalde de Dos Hermanas, el jefe del Ejecutivo se lanzó a la carretera para desafiar a las estructuras de su partido.

Por allí pululaba Leire, como confirma uno de estos sanchistas de primera ola que coincidió con ella en algunos actos en el País Vasco. "Teníamos una relación escasa, pero recuerdo verla en un evento en el área metropolitana de Bilbao y después también en Madrid", apunta este exdirigente socialista, que define a Díez como "una mujer muy de partido". Antes también la había visto en actos municipalistas por su condición de concejal del pequeño pueblo cántabro de Vega del Pas, donde la periodista fue edil entre 2011 y 2015. Aquel mandato municipal coincidió con las primarias de 2014, cuando Sánchez se aupó a la cúpula de Ferraz con el apoyo de quien después sería su contrincante, Susana Díaz.

Díez estaba entonces en el otro bando, en el de Eduardo Madina, que esta semana ha cargado duramente contra ella y contra la actual dirección del PSOE por la tibieza con la que ha afrontado las prácticas desveladas por este medio. "Aquí están alucinando con lo que dijo Madina, ya que entonces era una de las personas que más lo apoyaba", cuenta un cargo socialista de Cantabria, donde Díez milita desde su etapa en Vega de Pas. Esta fuente explica su ascenso por los conocimientos que la ex alto cargo de Correos y Enusa tenía entonces de las redes sociales en un momento en el que no era tan común, hace ya casi 15 años. "Era muy conocedora del mundo de las redes", remacha otra fuente del PSOE que la conoció en aquellos años.

Foto: EL secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán (Europa Press/Marta Fernández)

"Después de volcarse con Madina, ella se volcó con Pedro Sánchez cuando todo el aparato en Cantabria se había posicionado con Susana Díaz", apunta este socialista cántabro en alusión a las primarias de 2017. Así se entiende ahora el mensaje que Díez publicó hace ahora unas semanas, antes de eliminar su cuenta de X, cuando reprochó a la expresidenta de la Junta que ella no fue una "monja insulina" (sic).

Quienes se cruzaron con Díez en las filas del sanchismo de primera ola aluden también a su capacidad de trabajo y su entrega con las causas a las que se adhería. Sus contrincantes de entonces también le reconocen ese despliegue y explican así sus posteriores ascensos. Tras la moción de censura, Leire Díez pasó a ser jefa de comunicación de la Empresa Nacional de Uranio (Enusa) cuando la presidía José Vicente Berlanga, una de las personas de confianza de José Luis Ábalos. El entonces ministro de Fomento y secretario de Organización es otro de esos primeros fieles del sanchismo y creador del llamado "espíritu de Xirivella", la localidad donde Sánchez celebró su primer acto público tras volver al ruedo para intentar ganar las primarias a Susana Díaz.

Foto: Juanma Moreno se hace una foto con una simpatizante en la Feria de Abril de Sevilla. (EP / Joaquín Corchero)

Tras Enusa, Díez pasó a la dirección de Filatelia y Relaciones Institucionales de Correos que presidía otro de los fieles del ahora presidente, Juan Manuel Serrano. "Entonces mucha gente ascendió como pago por el trabajo realizado", expresa una fuente socialista que en aquella pugna tuvo un papel principal en el bando susanista. "Nosotros la recordamos por los pasillos de Ferraz", expresa otro exdirigente cercano entonces a la expresidenta de la Junta y también aspirante a liderar el PSOE. En el círculo cercano a la exbaronesa y ahora senadora admiten que sabían quién era la fontanera y viven con extrañeza y cierta desazón los acontecimientos como la rueda de prensa que protagonizó Díez en un hotel del barrio de Salamanca de Madrid.

El enfado de Eduardo Madina ha prendido como la pólvora entre los cargos medios alejados del actual círculo de Ferraz. "Hay quien dice que este no es el PSOE que conocieron de niños y jóvenes, cuando sus padres y familias se partían la cara en los 80", cuenta una fuente que también estuvo con el aparato en las primarias de 2017. Más allá de las prácticas de Díez y sus trabajos para las cloacas del PSOE, hay mucha extrañeza en lo que muchos consideran una falta de contundencia contra una militante de base que acudió a Ferraz para el trámite del expediente informativo y solicitó una reunión con el secretario de Organización, Santos Cerdán, señalado también por este asunto.

"Estoy muy sorprendido, yo considero que no es tonta", expresa uno de los sanchistas que coincidió con Díez en aquellos momentos de movilización contra el aparato y que no entiende el esperpento que provocó con la rueda de prensa. La fuente del PSOE de Cantabria, donde la periodista estuvo contratada como autónoma en tareas de comunicación, se extraña también, pero por otro asunto. Después de años desvinculada de la vida orgánica en la comunidad, apareció en las últimas primarias para apoyar al actual líder regional, Pedro Casares. Fue hace apenas unos meses y allí volvió a esforzarse, como hizo con Madina en 2014 y con Sánchez en 2017, para movilizar a la militancia a favor de su candidato.

Dice Leire Díez que ella no es "ni fontanera, ni cobarde", pero sí es una de esas pocas personas que estuvo en las plataformas de apoyo a Pedro Sánchez cuando el ahora presidente del Gobierno era un paria en su partido. Es ahí donde hay que buscar para entender cómo es posible que una militante de base del PSOE, ahora de baja voluntaria en el partido, haya puesto nerviosa a una organización que está a punto de cumplir 150 años de existencia. Periodista de profesión —de investigación, según ella afirma— destacó como activista, sobre todo a través de las redes sociales, en las guerras fratricidas que estuvieron a punto de romper a la formación socialista en la pasada década.

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