Alineados con Feijóo e ignorando a Vox, así prepara el número dos de Ayuso el congreso nacional del PP

"Con Ayuso hay una obsesión psicopática y compulsiva". Empezó contundente su discurso Alfonso Serrano, el número dos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, en un multitudiario desayuno informativo en el Hotel Palace de Madrid. El acto llevaba semanas cerrado, pero adquirió especial relevancia el día que Alberto Núñez Feijóo lo designó presidente del Comité Organizador del Congreso del Partido Popular. Escucharle, por tanto, se presentaba como una buena oportunidad para testar el estado de la relación entre el líder de la oposición y la presidentra madrileña, tan proclive (la relación) a generar titulares incendiarios entre quienes quieren desgastar al líder popular.

Serrano es un desconocido a nivel nacional (salvo por sus cameos televisivo con Risto Mejide), pero no en la política madrileña. Ha sido siempre un hombre de partido, una figura muy orgánica, pero es mucho más que un fontanero (en estos días conviene aclararlo) del PP de Madrid. Conoce muy bien la formación, y no es la primera vez que organiza un congreso. Experto en campañas electorales, ha dirigido las últimas de Ayuso y coordina toda la estrategia municipal del partido.

Aunque ahora se cumplen 30 años de gobiernos del PP en Madrid, lo cierto es que a nivel partido lo que ha primado ha sido la excepcionalidad, con gestoras y mandatos interinos. Sin embargo, el tándem Ayuso-Serrano desde 2022 ha propiciado un momento de estabilidad, y no sólo por los líos internos del partido, sino también porque el PP de Madrid ha sufrido lo indecible por el auge de Cs y luego Vox en Madrid.

Sabiendo todo eso, Feijóo lo eligió para organizar el congreso nacional, lo que la opinión pública interpretó como un gesto inteligente y de acercamiento con la presidenta madrileña. Sin embargo, cuando unos días después trascendió que la ponencia política la redactarían los presidentes de Andalucía y Castilla y León, Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco, volvió el runrún. Hasta ayer.

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Serrano se subió a la tribuna del Palace consciente de que sus palabras se medirían con el termómetro de la lealtad a Feijóo. Para escucharle acudió, además de la presidenta Ayuso, su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, que no se prodiga demasiado en estos eventos, y la figura al alza del PP de Madrid, Alma Ezcurra, elegida para la ponencia política, entre consejeros y dirigentes regionales. También hubo una buena representación de la cúpula nacional del PP, salvo el presidente, que estaba fuera de Madrid: Cuca Gamarra, Miguel Tellado, Carmen Fúnez o Carmen Navarro.

Se sumaron exministros de Rajoy como María Dolores de Cospedal o Rafael Catalá. También había representación empresarial, pero lo que más llamó la atención fue la destacada presencia de directivos del mundo de la consultoría y los asuntos públicos: Kreab, Llorente y Cuenca, Acento, BeBarlet, Harmon o Roman. Había interés, y la asistencia a estos desayunos sirven también para testar el clima social en torno a los liderazgos políticos. Por supuesto, como en las grandes ocasiones, no faltó el padre Ángel, otra forma de medir el interés del ponente. Si no está, es que no pintas nada.

"No entrar en la cárcel"

El organizador del congreso tenía dos ideas claras que traslucieron a lo largo de los 20 minutos de discurso inicial y los 42 de preguntas de la prensa. La primera fue la defensa a ultranza de Isabel Díaz Ayuso -como demostró desde la primera frase- y de su proyecto político, como desarrolló con la convicción propia de "un lugarteniente". La segunda, la crítica más severa al proyecto de Pedro Sánchez, un Gobierno "a la defensiva", "hasta el cuello de corrupción" y con "la colonización institucional y el desarme progresivo de los contrapoderes" como único plan. "Ayuso tiene un proyecto de futuro y Sánchez un proyecto para no ir a la cárcel", resumió.

Fijada la posición, Serrano se centró en ofrecer el proyecto madrileño al congreso del Partido Popular. "Estamos a disposición del partido y de Alberto Núñez Feijóo", dijo. "En el PP de Madrid lo vamos a dar todo, lo mejor de nosotros, para que este congreso sea un éxito y Feijóo llegue a la Moncloa. Ese es nuestro destino y ese es nuestro objetivo", insistió tratando de despejar toda duda sobre las intenciones de Ayuso en este congreso: "Este PP quiere ser la proa, la cabeza tractora de la nación".

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En el caso de que los deseos de Serrano se cumplan, lo probable es que el PP requiera del apoyo de Vox, pero este es un asunto que no se va a tratar en el cónclave de los próximos 4, 5 y 6 de junio. "Hablar de Vox en un congreso no tiene sentido. Ni ahora ni nunca en un congreso hemos hablado de la relación con un partido, con la Chunta Aragonesista o con el Partido Regionalista Cántabro (PRC)", dijo haciendo de menos al partido de Santiago Abascal, que en Madrid tiene poco margen porque Ayuso tiene mayoría absoluta, pero que en España -guste o no- en el mejor de los casos para Feijóo será un partido a tener en cuenta.

"Enésima campaña del PSOE"

Hubo tiempo también para abordar dos asuntos incómodos, en los que la oposición madrileña está poniendo el foco: las residencias durante la pandemia y Alberto González Amador. Y ahí es donde Serrano se crece. Sobre el novio de Ayuso, Serrano dijo que "si no fuera la pareja de la presidenta, nadie sabría absolutamente nada de un ciudadano particular, porque es una operación de Estado contra la presidenta". y en relación con la investigación abierta en un juzgado de Leganés sobre las residencias de mayores en pandemia, dijo que se trata de la "enésima campaña del Partido Socialista", recordó que ya se han producido 62 archivos judiciales y arremetió contra la juez de un modo similar, aunque más irónico, al que utiliza el Gobierno contra los jueces que les meten en problemas: "Yo no voy a opinar, yo no soy como el Partido Socialista, que señala o manda a gente a buscar cosas de los jueces, pero la información está ahí: ha caído casualmente en una jueza que fue directora general con un Gobierno del PSOE en Galicia, que fue casualmente directora general con Zapatero y que casualmente soltó al hijo de Cándido Conde-Pumpido cuando fue detenido por una relación sexual".

Serrano demostró ayer que está cómodo siendo el lugarteniente de Ayuso y que no tiene problemas en ser el portavoz en los asuntos más espinosos. "Moriría por Ayuso hoy y por Feijóo mañana si se lo piden", apuntaba al finalizar el desayuno uno de los suyos. Y tras el baño de multitudes (peperas), Alfonso Serrano insistió en que en cuanto se celebre el congreso del PP volverá al 100% a sus funciones de secretario general del PP de Madrid. "Tengo mucha plancha", concluyó, tratando de despejar rumores sobre un eventual santo al partido a nivel nacional.