El PSOE escucha a Leire Díez y pacta su baja voluntaria para frenar el daño reputacional
La militante socialista implicada en la guerra sucia contra la UCO se reunió con Santos Cerdán, tras declarar ante el instructor de su expediente, para comunicarle su decisión. Este miércoles comparecerá en un hotel madrileño
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Nueve días después de que estallara el escándalo, la militante socialista Leire Díez, implicada en una guerra sucia para conseguir información comprometida contra la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desvelada por El Confidencial, ha acudido a Ferraz para dar cuenta de estas maniobras. Llegó a la sede poco antes de las 16.30 horas para reunirse con el jefe de los servicios jurídicos del PSOE, que instruye el expediente informativo abierto contra ella. Se marchó más dos horas después, ya como ex militante del partido.
A la entrada advirtió a los medios de comunicación que no iba "a decir nada y voy a seguir sin decir nada". Y a la salida lo cumplió. Pero no es del todo cierto. En un mensaje posterior a los periodistas anunció que este miércoles protagonizará una comparecencia pública en un hotel de Madrid. Lo que tuviera que hablar con el partido, lo dejó zanjado. Tras un largo encuentro con el abogado del PSOE, Leire Díez solicitó la baja voluntaria como afiliada. Una decisión, de la que dio cuenta Ferraz, y que apunta a una salida pactada, ante el horizonte de su posible expulsión.
La secretaría de Organización meditaba ya impulsar en los próximos días un expediente sancionador. Esta posibilidad, no contemplada inicialmente, demuestra que había aumentado el grado de preocupación de la dirección. Fuentes socialistas defendían antes de su presencia en Ferraz que "lo que ha hecho no ha gustado al PSOE". Pero era necesario que se explicara para estimar si habló en nombre del partido y del Gobierno. No ha sido posible aclararlo porque ella con su marcha se ha quitado de en medio.
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En el tiempo que pasó en la sede, Leire Díez mantuvo una breve conversación con el responsable de Organización, Santos Cerdán, a quien reclamó ver en persona, después de comparecer ante el letrado, según informaron fuentes del PSOE. Con su adiós, la presión sobre los socialistas decrece y ella puede defenderse a título personal. Hasta Sumar, el socio de Gobierno, y otros aliados parlamentarios habían puesto en cuestión que el PSOE no reaccionara en el caso Leire con más firmeza.
La contundencia de las pruebas aportadas por este periódico ha abrasado a Moncloa y Ferraz. Aunque en estos ámbitos de poder se mantenía que esta señora no hablaba en su nombre, las 48 horas que el PSOE tardó en actuar y abrirle el expediente sólo informativo han puesto muy difícil a la opinión pública creer que no tiene un vínculo directo con la dirección.
Tanto dentro como fuera del mundo socialista sorprendió que no se pensara de manera inmediata en un expediente disciplinario para poner distancia de las relaciones de Leire Díez con empresarios inmersos en problemas judiciales o de su promesa de mediar ante la Fiscalía y facilitar su intervención para conseguir basura sobre la UCO.
La versión ofrecida por ella estos días es que recopila datos para un libro sobre las llamadas cloacas del Estado, que han colaborado tanto con administraciones del PSOE como del PP. Con la petición de baja voluntaria de Leire Díez, todo el procedimiento interno contra ella queda anulado. Al no ser afiliada, señalan en Ferraz, ya no hay "nada qué hacer". Sólo resta saber si también se esfumará la petición de algunos de los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno, de que el presidente comparezca en el Congreso por este asunto.
Nueve días después de que estallara el escándalo, la militante socialista Leire Díez, implicada en una guerra sucia para conseguir información comprometida contra la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desvelada por El Confidencial, ha acudido a Ferraz para dar cuenta de estas maniobras. Llegó a la sede poco antes de las 16.30 horas para reunirse con el jefe de los servicios jurídicos del PSOE, que instruye el expediente informativo abierto contra ella. Se marchó más dos horas después, ya como ex militante del partido.