La menor del vídeo sexual pide 4 años de cárcel para el futbolista Raúl Asencio

La joven que era menor de edad cuando varios canteranos del Real Madrid la grabaron mientras mantenían relaciones sexuales con ella y luego difundieron sus imágenes a decenas de personas sin su consentimiento solicita penas de cárcel para los cuatro futbolistas procesados y a la espera de juicio. Uno de ellos es el actual defensa central del primer equipo blanco Raúl Asencio, para el que la denunciante solicita cuatro años de prisión y una multa de 6.000 euros. Además, reclama en total una indemnización de 58.000 euros por el daño moral y las secuelas psicológicas que padece, según el escrito al que ha tenido acceso El Confidencial.

A Asencio le acusa de un delito de revelación y cesión a terceros de imágenes captadas sin consentimiento, con afectación a la vida sexual de una menor. También de un delito de pornografía infantil en su modalidad de exhibición de la misma por medio audiovisual. A los otros tres jugadores acusados les pide cuatro años y diez meses de cárcel. La pena para estos tres futbolistas --que en su caso ya no están en el Real Madrid-- es mayor porque les acusa del delito de relevación en modo agravado al ser los que grabaron durante el acto sexual.

Para fijar la cantidad en concepto de indemnización, el escrito destaca que Asencio “es jugador de fútbol del Real Madrid de primera división”. Explica que “esta cuestión puede parecer nimia o sin importancia en su influencia efectiva en el daño causado, pero lo cierto es que causa una doble victimización a la perjudicada debido a que el delito que se investigaba en fase de instrucción tuvo una importante repercusión mediática que ha ido creciendo en tanto el acusado Raúl Asencio ha ascendido en su carrera profesional”.

Pone de ejemplo que la noticia se difundió en varios continentes, que en las redes sociales hay rastro de la gente buscando el contenido del vídeo y también afirma que ha estado expuesta "a comentarios despectivos y vejatorios en las redes sociales, lo que ha acentuado el daño". A eso se suma la certeza de que los vídeos que le grabaron se difundieron a decenas de personas.

Su relato de los hechos

La menor establece un relato de hechos en el que otorga un protagonismo a Asencio en la organización del plan que dio lugar a los presuntos delitos. Fue el 15 de junio de 2023 y en ese momento la denunciante tenía 16 años de edad. Junto con otras dos amigas de 18 y 17 años acudieron con los jugadores del Real Madrid a un reservado del Beach Club de la Playa de Amadores, ubicado en el municipio de Mogán (Gran Canaria). Estaban los futbolistas acusados Ferrán Ruiz, Juan Rodríguez, Raúl Asencio y Andrés García, todos ellos mayores de edad en el momento de los hechos.

El reservado era una cabaña que pagó Asencio con su tarjeta de crédito, según el relato de la menor de edad. Costó 600 euros. Era una estancia apartada del establecimiento con sillones y una piscina privada justo en frente y una cortina entre medias para tener intimidad.

Señala al jugador de la primera plantilla del Real Madrid como la persona que se encargó de ir a buscarlas y dirigirlas hacia la cabaña: “El acusado Raúl Asencio del Rosario salió al encuentro de las víctimas a la puerta de acceso del Beach Club y tras ello acceden a la cabaña”. Ya en la piscina de la cabaña, los acusados le preguntaron la edad a la menor “manifestando esta expresamente que contaba con 16 años, lo que llevó a los acusados a manifestar en referencia a la minoría de edad: ‘¿Qué le dan de comer a las chicas canarias?’, ‘¡no aparentas esa edad!’”

Las referencias a la edad de 16 años de la joven fueron “claras y expresas, incluso cuando todos tomaban el sol y disfrutaban del día”. Añade el escrito que eso no impidió que le ofrecieran “bebidas alcohólicas como champán, llegando incluso el acusado Ferrán Ruiz a captar fotografías y vídeos” de la menor y otra de las amigas sin consentimiento “mientras tomaban el sol boca abajo, en tanga y sin parte de arriba del bikini con la intención de vulnerar su intimidad”.

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La menor de edad y la otra joven que tenía en ese momento 18 años entraron a la cabaña y mantuvieron relaciones sexuales con tres de los canteranos: Ferrán Ruiz, Juan Rodríguez y Andrés García. El central del Real Madrid y la selección española Asencio no entró en la cabaña reservada durante el tiempo que se produjo el acto sexual.

“Ferrán Ruiz, sin avisar a las dos víctimas, sacó su teléfono móvil. Sin consentimiento de ninguna de las dos y con clara intención de vulnerar la intimidad de estas, utilizó el dispositivo para comenzar a grabar la escena sexual y después pasó el teléfono al coacusado Juan Rodríguez, que siguió grabando desde su perspectiva, sin consentimiento” de la menor “y con idéntica intención de vulnerar su intimidad”.

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“Lo anterior se hizo de forma oculta”, insiste el escrito que lleva fecha de este lunes. La menor sostiene que no se dio cuenta de que estaban grabando hasta que no empezaron a pasarse el teléfono unos a otros. De Ferrán Ruiz a Juan Rodríguez y después a Andrés García.

Al terminar el acto sexual, las dos jóvenes fueron a buscar a su amiga, que estaba con Asencio en otro lugar del establecimiento. Manifestaron lo que había pasado y minutos después los otros jugadores reconocieron que habían grabado al menos cinco vídeos. La mayor de edad llegó a ver uno de ellos y se percató de que había otros en la galería del teléfono.

“El acusado Ferrán Ruiz borró los vídeos delante de las víctimas y de los demás acompañantes presentes, pero, bien porque tenía copias en otras carpetas, bien porque ya los había enviado a otras personas, los vídeos se conservaron contra la voluntad expresa de las víctimas y manifestada a los cuatro acusados”, narra el escrito. Al terminar el día, seguían teniéndolos en su poder “llegando a compartirlos con terceras personas”.

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El escrito da cuenta de que desde ese mismo día ya comenzaron a difundir los vídeos entre amigos y grupos de WhatsApp. En algunos de esos chats estaban los cuatro futbolistas, incluido Asenio. Este periódico desveló en su día el contenido de los comentarios incautados por la Guardia Civil en los que abundaban los mensajes vejatorios hacia las jóvenes mientras comentaban las imágenes. También alusiones a que una de ellas era menor de edad.

“Esta difusión se hizo sin limitar los vídeos a un solo visionado, con lo cual quedaron almacenados en los terminales de los destinatarios que, a su vez, tuvieron la posibilidad de enviarlos a terceras personas, perdiéndose, por tanto, el control de las grabaciones y fotos por quién los compartió”, describe el abogado de la víctima menor de edad.

Semanas después de aquello, en julio de 2023, “Raúl Asencio pidió al acusado Juan Rodríguez uno de los videos del encuentro sexual para que se lo enviara a su teléfono móvil en modalidad de un solo visionado, a través de WhatsApp o Instragram. Raúl Asencio conocía de antemano su contenido sexual, sabía que se había obtenido sin consentimiento de las víctimas, que se conservaba ese vídeo contra la exigencia de la menor de que se borraran y también sabía que era menor de edad”.

Secuelas en la denunciante

A pesar de ello, lo pidió cuando estaba en compañía de otro joven en Canarias —la tierra natal del defensa del Madrid— “con la intención de vulnerar la intimidad e integridad de la denunciante” y poder enseñárselo “expresamente a aquel, lo que efectivamente hizo. En el vídeo se podía identificar claramente el rostro y el cuerpo” de la chica.

Esta persona que vio el vídeo acabó siendo novio de la menor. En ese sentido, consta un mensaje que Asencio le mandó a este joven el 6 de septiembre en el que dejó constancia de los hechos: "Oye, hermano, yo a ti te enseñé el vídeo porque me lo pasó Juan, que me pasó por una vez en plan que se pudiese ver solo una vez, por tanto, no lo puedo tener el vídeo no se me guardó, pero eso te lo enseñé antes de tu conocerla".

El escrito destaca que Asencio también profirió comentarios vejatorios sobre la menor en uno de los grupos de WhatsApp analizados: “Esa se tuvo que poner aloe vera en el culo y en el coño”. Los implicados fueron detenidos unos días después, el 14 de septiembre, una vez que la menor de edad acudió a denunciar los hechos a la Guardia Civil al tener conocimiento de que habían difundido los vídeos.

Esto ha dejado secuelas en la denunciante, que sufre un trastorno por estrés postraumático asociado a sintomatología ansioso-depresiva. Ese trastorno está asociado a los hechos vividos y le causa un malestar clínicamente significativo y disminución de su capacidad funcional personal, social y académica. Hasta el día de hoy tiene efectos negativos para la misma, debiendo abandonar ocasionalmente las clases por graves crisis de ansiedad”. Ha aportado documentación médica para acreditar estas secuelas.