¿Por qué Sánchez apoya a Santos Cerdán, pero soltó lastre con Abalos?
El grupo socialista culpa a la UCO de todas las informaciones que afectan a su secretario de Organización y está rumiando cómo hacer emerger el debate de las filtraciones en el Congreso
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"¿Avala usted la gestión del señor Cerdán, sí o no?". Alberto Núñez Feijóo lanzó este miércoles al presidente del Gobierno una pregunta muy concreta, en medio de las informaciones que vinculan al número tres del PSOE con adjudicaciones de obras públicas. Y Pedro Sánchez contestó: "Usted que no venía a insultar y a lo que se dedica es a difamar a personas honestas". Todo el mundo lo entendió. Fue cristalino. El apoyo público que nunca le ha dado a José Luis Ábalos lo concentró en el caso de Santos Cerdán en un único adjetivo.
Dos secretarios de Organización del PSOE en apuros y una respuesta de Sánchez absolutamente distinta. El político ha admitido que hizo llamadas a los ministerios interesándose por contratos pero las relaciona con su actividad de diputado y su condición de coordinador territorial del partido. Fue elegido para este cargo en 2017, que suponía ser el adjunto de Ábalos en Ferraz. Inicialmente no pasaba de ser una función nominal, pero fuentes socialistas explican que cuando un año después el entonces exsecretario de Organización se convirtió en ministro de Transportes, empezó a ejercerla en serio.
Ábalos, destacan, "apenas se ocupaba del partido" y Cerdán tuvo que ejercer de "enlace" entre el PSOE y el Gobierno. A la desaparición del primero de la sede socialista se añadió que el jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, era una persona sin vinculación con la organización. El PSOE y la Moncloa eran mundos distintos. En este contexto incardinan sus conversaciones con los territorios para interesarse por obras que, según ha revelado El Confidencial, aparecen en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Él ha negado que de estas pueda derivarse algún delito. E internamente, a quien ha querido escucharle, "jura y perjura que es mentira" y asegura que si se le señala por algo lo podrá demostrar. A diferencia de lo que sucedió con Ábalos, a quien muchas personas advirtieron sobre quien era su asesor de confianza, Koldo García, a Santos Cerdán sí le creen en el PSOE. El primero, Sánchez. Sólo a la certeza de que está limpio atribuyen en el partido que haya puesto la mano en el fuego por él en público y que en el último congreso lo mantuviera en su puesto. "Si el presidente creyera que Santos Cerdán está implicado (su nombre ya ha surgido en el caso Koldo) no lo habría ratificado como secretario de Organización", subrayan.
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Lo de Ábalos y lo de Santos, señalan en el partido, "se parece como un huevo a una gallina". No hay "ningún paralelismo". En el PSOE hablan de "cacería" contra el partido y contra su número tres. "Se está estigmatizando y atacando a personas sin pruebas". Esta supuesta persecución ya es sello de fábrica en otros casos, como las investigaciones contra el hermano y la esposa del presidente del Gobierno. Pero nunca se ha aplicado en el caso Ábalos.
En julio de 2021, Sánchez prescindió de él de manera inesperada. Lo descabalgó como ministro y lo obligó su puesto en la dirección. La versión más contrastada en el PSOE es que lo hizo por su "vida disoluta", sin aclarar si fue sólo porque supo de sus novias y la prostitución o también que las enchufaba en la Administración. Muchas de las cosas que la Moncloa conoció de la vida de Ábalos fue, según mantienen fuentes conocedoras, por lo que reveló su propia mujer.
"Si el presidente creyera que Santos Cerdán está implicado no lo habría ratificado como secretario de Organización"
Fuentes del Ejecutivo sostienen que de haber sabido las comisiones del contrato de las mascarillas "no lo hubiéramos metido en las listas del 23-J" como diputado por Valencia, ni apalabrado con él tiempo después que iría en la candidatura a las europeas. Otros interlocutores explican que cuando se produjo la detención de Koldo García, la tesis oficial durante unas horas fue que no se podía culpar al ministro de lo que podía haber hecho su asesor. Ese argumento se esfumó en cuanto Sánchez y su equipo fueron conscientes del estrechísimo vínculo entre Ábalos y el militante navarro que comenzó como su chófer. El siguiente movimiento fue forzar que renunciara el acta de diputado aunque él, para conservar el aforamiento, se fue al Grupo Mixto.
Nada de esto ha sucedido con Santos Cerdán. Todo lo contrario. Dentro del PSOE ha prendido la mecha del "ataque" de la UCO, a quien atribuyen las informaciones sobre un inminente informe en su contra. Los socialistas, según confirman fuentes parlamentarias, están mascando cómo hacer emerger esa situación y que sea debatida en el Congreso. "Hay guerra con la UCO y algo quieren destapar", reconocen desde otros grupos.
"¿Avala usted la gestión del señor Cerdán, sí o no?". Alberto Núñez Feijóo lanzó este miércoles al presidente del Gobierno una pregunta muy concreta, en medio de las informaciones que vinculan al número tres del PSOE con adjudicaciones de obras públicas. Y Pedro Sánchez contestó: "Usted que no venía a insultar y a lo que se dedica es a difamar a personas honestas". Todo el mundo lo entendió. Fue cristalino. El apoyo público que nunca le ha dado a José Luis Ábalos lo concentró en el caso de Santos Cerdán en un único adjetivo.